DANIEL
Las horas pasan, han venido otra vez los soldados trayendo comida para todos, excepto para mí, aun no entiendo el porqué, pero según mi subconsciente es que quieren que esté débil, para que no pueda pelear. Buen plan.
Los chicos se rehusaron a comer y tomar lo que les trajeron, pero ser apuntados con armas en las cabezas no les dio otra opción que comer.
Y como lo pensé, se quedaron dormidos a los pocos minutos de acabar. Quedando solo, de nuevo.
Veo a mi compañero, gotas de sudor cayéndole por los costados de su rostro, tiembla, y se ve pálido, y eso hace que una gran culpa aparezca en mi interior, pues fui yo quien prácticamente le obligue a venir conmigo.
Me recuesto mirando el techo, me lamo los labios sintiéndolos secos, mis tripas suenan y exigen comida, si ellos quieren que muera por hambre, lo están logrando.
El sonido de la puerta cerrándose a la distancia ya no me alarma, si van a volver a llevarme a alguna parte que lo hagan.
Pero no es quien pensaba, pues en vez de ver una figura alta, corpulenta y con uniforme, veo un cabello castaño atado en un moño, lindos ojos celestes viéndome con algo de pánico y cuerpo delgado pero formado.
Me incorporo lento para sentarme y apoyarme en la pared, no sé que hace aquí, pero me alegra volver a verla, pensé que ayer sería la última vez que la vería y hablaría con ella.
-Hola...- susurro porque no quiero que algún guardia nos escuche y la tenga que botarla.
-Hey...- me devuelve el saludo, está asustada, lo entiendo, no me recuerda, y que yo sepa demasiadas cosas de ella, seguro que la aterra aun más.
Pero el simple hecho de que haya vuelto, significa que ya no me tiene tanto miedo, o su curiosidad es tan grande que no tiene otra opción de venir a verme.
-Viniste- sonrío para luego pasarme la mano por el cabello ya que debe estar desordenado- Me alegra volver a verte.
Se me queda mirando como si no supiera que hacer, responderme o quedarse en silencio.
Pero lo que hace a continuación no me lo esperaba, camina con lentitud y toma asiento a pocos centímetros de separación entre ella y yo.
Se me queda mirando y esboza una sonrisa de lado al ver mi cara de confundido- ¿Cómo estar tu?
No puedo evitar sonreír tras su pregunta, extrañaba hablar con ella- Pues bien, creo, lo único malo es que muero de sed y mis tripas suenan.
Parpadea un par de veces y se levanta, me alarmo, no quiero que se vaya, quiero gritar y decirle que se quede conmigo, pero ya es tarde, se ha ido, la tristeza me invade al pensar que tal vez lo que le dije la espantó.
Estoy a punto de volver a recostarme pero el sonido de pasos y la puerta cerrarse hacen que cambie de idea, trato de ver afuera de la celda agarrando los barrotes de esta, y la veo, en sus manos trae una botella pequeña de agua y una bolsa de plástico.
Toma asiento al frente mío y pasa las cosas por los pequeños espacios que hay entre barrote y barrote, los recibo y al abrir la bolsa veo un emparedado, mis ojos se iluminan y la sonrisa aparece.
La miro y sonrío como un niño pequeño- Me acabas de hacer muy feliz.
No lo pienso más, muerdo el emparedado y se me hace agua la boca, esto sabe a gloria.
Escucho que se ríe a lo bajo, debo verme gracioso comiendo como loco.
-Tener hambre.
-No sabes cuánto, al parecer quieren matarme de hambre aquí- tomo un gran trago de agua- Pero me acabas de salvar la vida.
-De nada.
Al terminar de comer y colocar la botella vacía dentro de la bolsa me la quedo mirando, apreciando la belleza que tanto extrañaba ver.
-Extrañaba hablar contigo- no evito decir, grave error. Pues al escuchar mis palabras su sonrisa se esfuma, y se aleja unos centímetros de mi- Perdón, no fue mi intención asustarte de ese modo, solo que... en serio que te extrañe.
-Yo... no saber quién eres.
-Lo sé, pero puedo contarte todo lo que quieras.
-¿Si es mentira?
Niego varias veces- No, te lo juro- toco mi pecho- Te diré la verdad, todo.
Se queda en silencio, dudando entre aceptar o no, pero después de segundos asiente lento y vuelve a acercarse.
-Hace un año te encontré en un edificio abandonado, estabas encadenada, desnutrida, asustada y no querías que te tocara, me decías "Don't touch me" cada vez que me acercaba. En ese tiempo tenía un perro ¿Recuerdas? ¿Rauss? Así se llamaba.
-¿Por qué yo estar en edificio encadenada?
-Al principio no lo sabía, pero segun lo que me decías era que alguien te había dejado ahí, te llevé conmigo a casa, te di de comer, te di un techo pero aun así no permitías que me acercara a ti. Pase algunos días contigo buscando más comida y agua en casas abandonadas, en uno de esos unos lobos me atacaron, mi brazo y mi pecho resultaron heridos por salvarte.
-¿Y qué pasar?
-Esa misma noche me curaste, pero no lo hiciste con implementos de medicina, sino besándome las heridas- veo como abre sus ojos ante mis palabras, seguro que no cree nada de lo que digo- No sabía por qué lo hiciste al principio, pero me dijiste que podías curar a las personas con solo tocarlas, pero había algo que te detenía hacerlo...
-¿Qué cosa?- se acerca más.
-No podías tocarme ya que te lastimabas, te herías, y es por eso que me decías "Don't touch me" cada vez que me acercaba, tenias miedo, y no supe darme cuenta hasta ese entonces, a parte del virus que tienes dentro.
-¿Yo poder curar?
Asiento- Sí, podías.
-¿Ya no poder? ¿Por qué?
Estoy a punto de continuar la historia cuando voces a la distancia son odias por nosotros, nos miramos espantados, se levanta y con la mirada me dice que tiene que irse.
-Mañana, a esta hora, volveré- asiento y se larga.
Sé que esta no es la mejor situación para ponerme feliz, pero no puedo evitar, y si cuando le cuente toda la historia... ¿Me recordará? No lo sé, pero si eso ayuda en algo no me rendiré.
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RUT
Las ganas de quedarme y seguir escuchando la historia de Daniel siguen en mi cabeza mientras camino por los pasillos alejándome de ese lugar, no me quiero arriesgar en quedarme ahí y que alguien descubra que voy a verlo.
Aun sigo dudando si en creerle o no, él con solo crearse una historia de nosotros puede hacerme caer en su trampa y hacerme daño, pero... ¿Y si no? ¿Y si todo lo que dice es cierto? ¿Y si me olvide de él? Yo nunca le dije del virus que tengo dentro.
Él sabía mi nombre desde que me vio mientras le apuntaba en la cabeza con el arma, sonrió, se animó en verme, y nunca tuvo la iniciativa de hacerme daño cuando me acerqué a él, hubiese sido sencillo agarrarme por los barrotes y golpearme o hacerme algo peor, pero no lo hizo.
A cambio, fue amable, y tal vez es por eso que no dude en traerle algo de comida, por el otro lado tampoco podía quedarme de brazos cruzados viendo como un ser humano se muere de hambre.
Llego a la habitación, abro la puerta con cuidado de no hacer ruido y despertar a Harold, está dormido boca arriba, me siento al borde de la cama para sacarme las botas dejándolas a un costado, me recuesto y estoy decidida en dormir, pero la voz de Harold hace que me dé un paro cardiaco ahí mismo.
-¿A dónde fuiste?- volteo mi cabeza para verlo, sus ojos bien abiertos, viéndome un tanto confundido y enojado.
-¿Qué?
-¿A dónde fuiste?- se voltea quedando boca abajo, incorporándose con sus brazos para verme mejor.
-Fui a dar un paseo, nada más- le doy la espalda porque no soy posible de mentirle a la cara.
-Rut, dime la verdad, no es la primera vez que te vas a mitad de la noche, ayer también lo hiciste, si me di cuenta.
Me muerdo el interior de la boca, y me giro con lentitud para enfrentarlo- Te estoy diciendo la verdad, fui a dar un paseo, últimamente me dificulta dormir, creo que es porque ya me vendrá el periodo.
-¿Solo es eso?
Asiento, no me gusta ocultarle la verdad, pero él también lo hace, él sabe demasiadas cosas y no me lo quiere decir, así que yo tampoco le diré.
-Confío en ti, no quisiera enterarme de que estas yendo a ver a Daniel.
No puedo mentirle, y es por eso que le agarro la cara, acunando sus mejillas en mis manos y acercarlo a mis labios, tal vez distrayéndole con esto no pregunte más sobre el tema.
El beso se profundiza, y en un movimiento rápido se sube arriba mío, siento sus manos tocar la piel desnuda del costado de mi torso, un cosquilleo aparece en todo mi cuerpo, lo quiero mucho, y siento que si le digo la verdad podría separarnos.
Nos separamos para poder tomar aire, nuestras respiraciones aceleradas, abro los ojos ya que los cerré cuando lo besé, encontrándome con sus lindos ojos celestes como los míos, sonrío sin mostrar los dientes y nos volvemos a besar.
-Te- Te amo...- dice entre los besos.
-Yo...- no termino la frase.
Un dolor de cabeza me invade obligándome a cerrar los ojos, imágenes aparecen como una película, y lo veo.
Veo a Daniel, tiene una expresión de asustado. Todo es muy confuso, no sé donde estamos, pero lo que sí sé es que me está viendo, creo que me está agarrando, y como si hiciera zoom, me posiciono en sus labios y escucho que dice "Te amo Rut".
Y ahí acaba las imágenes, abro los ojos para encontrarme a Harold viéndome muy confundido, y yo también lo estoy.
-¿Estás bien?
-Sí... eso creo, me dio un fuerte dolor de cabeza, eso es todo.
-¿Segura?- asiento- Creo que mejor vayamos a dormir, mañana te acompaño a donde el doctor- me besa la punta de la nariz para luego recostarse a mi costado y abrazarme atrayéndome hacia él.
Y aunque la idea de dormir parecía muy prometedor no podía dejar de pensar en la escena que acabo de ver en mi cabeza ¿Fue solo mi imaginación? ¿Ese en realidad fue Daniel? O tal vez ¿Fue un recuerdo?
No lo sé, y tal vez nunca lo sabré, pero lo que si estoy segura es que volveré mañana a donde él, que siga contando la historia, si algo pasó entre nosotros lo dirá.
Tal vez poco a poco voy recordándolo...——-
Nota de autora: ¿Ustedes que creen? ¿Lo está recordando?
No se olviden de votar que me ayudaría mucho.
¡¡¡Besos!!!
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REMEMBER ME (DTM #3) •TERMINADO•
Novela JuvenilAntes de leer este libro ya debiste de haber leído la primera y la segunda para entenderla, puedes buscarlas en mi perfil. El tiempo pasa y lentamente el corazón de Daniel se va recuperando, dejando atrás al amor que le tenia a Rut. Su muerte lo de...