CAP 10

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RUT

-Toma asiento por favor- habla el mismo científico que me recibe cada semana, tomo asiento en una silla de madera que tiene en los porta brazos correas para amarrarme y no moverme ¿Por qué? hoy día toca electroshocks.

Cada semana, al menos unas dos o tres veces tengo que venir a recibir pequeñas descargas para aumentar la fuerza en mi cuerpo, ya que como conté anteriormente, cuando recupere la memoria no podía tocar a nadie, mi piel era muy sensible al tacto y esa es la razón por la que me encuentro aquí.

Desde hace dos meses subieron la intensidad ya que las primeras descargas ya no las sentía dolorosas, el científico me pasa unos tubos metálicos que tengo que agarrar firmemente, me amarra también las piernas y el torso para no moverme y resultar herida.

Me pregunta si ya estoy lista y asiento, prende el aparato y pone en el nivel cuatro, la corriente eléctrica llega a mis manos extendiéndose a mis brazos, duele un poco pero es soportable, mis manos tiemblan, presiono mis labios para no gritar, y después de unos segundos que parecían horas la corriente desaparece.

Suelto un suspiro cansada, esto suele cansarme demasiado, el hombre escribe algo en una libreta mientras descanso en la silla. Las sesiones suelen durar al menos 30 minutos.

En eso desde la puerta entra el jefe Jing, firme y con la mirada fija en su destino, yo. Asiente la cabeza como en señal de saludo y extiende la mano para agarrar la libreta que tiene el hombre en manos.

-¿Cómo van las pruebas?

-Él sujeto ya puede soportar el nivel cuatro por al menos 1 minuto.

-¿Nivel cuatro?- cuestiona mirándolo y luego a mí.
-Sí, tal vez en unas semanas ya no sentirá dolor y podrá aguantar más de un minuto.

Jing le devuelve la libreta y camina hacia la maquina, lo mira, me mira, y sin avisar lo prende subiéndole al nivel a cuatro, el científico siempre empieza subiendo poco a poco, pero ahora no.

Suelto un grito tras el dolor que siente mis manos y brazos, mis piernas se retuercen e intento soltarme, inhalo hondo y trato de concentrarme en que el dolor no es tan grave.

-Jefe Jing, es muy peligroso subir el nivel de corriente en esa velocidad si el sujeto no está preparado.

Pero Jing parece estar en su mundo, gira el rotulador llevándolo al nivel 5 haciendo que la presión de mis labios aumente y sienta un liquido rojo bajar por ellos.

Mis manos no aguantan más dolor y suelto los tubos metálicos, siento un alivio al momento de hacerlo, mi cabeza cae para atrás ante la fuerza que hice, mi pecho sube y baja y mis manos duelen y siento que queman.

Jing apaga y camina hacia mí, se agacha obligándome a mirarlo- Eres muy débil, debes poder al menos llegar al nivel 7.

-No es tan fácil- digo agitada mientras lo fulmino con la mirada.

-Escucha Rut, pronto llegará alguien que puede ser capaz de destruirte si es lo que quiere, debes ser más fuerte.

-¿Destruirme? ¿Cómo?

-Sabes que tú tienes el virus en tu interior, él tiene la cura, y con solo tocarte puede quitarte lo que eres y eso significa...

-Que moriré...- termino por él.

-Exacto- se incorpora para luego dirigirse al hombre- No se irá de aquí hasta que pueda soportar completamente el nivel 4, mañana seguirán con el cinco.

-Pero señor, el sujeto debe descansar al menos un día para pasar a otro nivel.

-Yo soy el jefe y debes seguir mis órdenes- el científico se ve asustado y apenado, asiente y Jing sale de la sala.

-Estoy cansada...

-Lo siento Rut, debo seguir ordenes.

Y así es como me quedo durante dos horas con descargas pasando en todo mi cuerpo, llegando al punto en que mis manos queman y salgan ampollas.

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DANIEL

Nos refugiamos en una pequeña casa, cerca de la camioneta ya que queremos asegurarnos de que un animal no aparezca a comerse la comida guardada en ella.

Estamos sentados alrededor de la chimenea que se encuentra en la sala, esperando a que las latas de sopas se calientes con el calor de las brasas.

-¿Qué pasa Daniel? Has estado muy distraído- cuestiona Bruno, es cierto estoy distraído desde que descubrimos que la llanta de la camioneta ha sido cortada de un forma peculiar.

-Perdón, solo estoy pensando.

-¿Pensando en qué?- cuestiona esta vez Noah.

-¿No creen que es extraño encontrar la llanta con una cortadura? No creo que un animal haya hecho eso.

-Puede ser, pero no quiero averiguarlo- dice Bruno levantándose para verificar si las sopas ya están listas.

-No hay que preocuparnos por eso Daniel, mañana temprano buscamos la llanta de una camioneta, la cambiamos por esta y nos vamos a casa.

Me quedo en silencio pensando en la posibilidad de que tal vez si haya sido un animal el culpable, pero mi corazonada no me va a dejar tranquilo.

Empezamos a comer para cambiar de tema y poder dormir, las armas a cada lado de uno, Andrew y Noah se ocuparon de los sofás, Bruno en un sillón individual y Steve, Clayton y yo en el piso, miro al techo pensando en que mañana volveremos a casa.

-¿Qué pasa hombre?- susurra a mi lado Steve.

-Solo pienso.

-Estas pensando en la llanta ¿Cierto?- no tengo que decir nada para que sepa que es verdad- Tranquilo Daniel, si hay algo haya afuera ya se habrá ido.

Suspiro rindiéndome- Tienes razón.

-Ahora duerme que me estas poniendo ansioso- voltea dándome la espalda y esbozo una sonrisa tras su comentario.

Cierro los ojos para poder dormir, pero no dura mucho, me despierto tras escuchar el sonido de algo en el exterior, y no soy el único, Steve también se ha despertado, nos miramos confundidos para luego levantarnos y agarrar nuestras armas.

Todo está oscuro, es como si no hubiese dormido nada, con la mirada acordamos en despertar a los demás, él se encarga de despertar a Andrew y Noah y yo a Bruno y Clayton.

Apenas abren los ojos le hago una seña con el dedo a que guarde silencio.

El sonido se vuelve a escuchar alertando a todos, lo más posible es que sea un puma.

Todos nos empezamos a acercar a las ventanas, Steve es el primero en asomarse con el arma apuntando a todas partes, igual hago yo.

Preparado para disparar miro hacia la calle, no hay nada, no veo nada.

-¿Ves algo Steve?- cuestiono susurrando.

Se queda en silencio un momento para luego negar con la cabeza, empezamos a incorporarnos para tomar la iniciativa de salir, pero el sonido de un disparo en dirección a nosotros nos obliga a agacharnos para cubrirnos.

Ya en el suelo hablo-No creo que los pumas sepan disparar.

Andrew es el primero en incorporar sigilosamente con el arma levantándose, pero vuelve a agacharse al escuchar el segundo disparo.

-Hay alguien allá afuera, no sabemos cuántos, pero si no los podemos ver es difícil pelear.

Nos quedamos en silencio un momento pensando en algo que podamos hacer, hasta que habla Bruno- Está oscuro allá afuera, lo que podemos hacer es separarnos para ocupar más territorio, al final de este pasillo hay una ventana, salimos por ahí.

Todos nos miramos y asentimos, nos levantamos escuchando los disparos chocar contra la pared o muebles.

Corremos hacia el pasillo indico, Bruno abre la ventana y es el primero en salir para luego lo haga Noah, Andrew, Clayton, Steve y yo.

Los disparos siguen sonando haciendo que nuestros corazones se aceleren, nos escondemos detrás de un tacho de basura, otros detrás de un árbol y uno agachado en los pastizales altos.

-Nos levantamos y salimos corriendo hacia las casa- dice Andrew.

-¿Ese es tu mejor plan?- susurra Steve.

-No tengo un plan, es lo primero que se me ocurrió.

Me lamo el labio inferior nervioso, y antes que podamos levantarnos para hacer el plan de Andrew se ve como 10 hombres salen de una casa, detrás de un árbol, hasta detrás de la camioneta.

Empezamos a disparar, Steve se baja a uno de ellos con un disparo en la cabeza.

Y el entorno se llena en el sonido de disparos, los hombres se esconden y nos dificulta disparar.

-Tenemos que irnos, son más que nosotros- dice Noah asustado.

Los disparos de parte de ellos cesan dejándonos confundidos por unos segundos, hasta que por el aire se ve una cosa pequeña de forma circular en dirección hacia nosotros.

-¡CORRAN!- grito,  a lo cual todos nos levantamos y corremos en diferentes direcciones.

Pero no llegamos a tiempo, la explosión detrás de nosotros nos hace volar por los aires al menos un metro.

Caigo al piso pegándome en el hombro haciendo que suelte un grito.

El pitido en mi oído no me deja escuchar, mi vista es borrosa y me cuesta recuperar la vista.

Veo a los hombres acercarse a mis compañeros tirados a unos metros lejos de mi y dispararles en el brazo o pierna, no puedo ver con claridad, pero al ver que no hay sangre me doy cuenta que no son balas, sino dardos tranquilizantes.

Steve se intenta levantar a mi costado y corro hacia él para ayudarlo a levantarse, se queja agarrando su pierna que está sangrando, y con todas mis fuerzas trato de correr con él.

-Aguanta amigo, un poco más.

Steve empieza a disparar a mis espaldas hasta que en uno de esos siento un pinchazo en mi pierna haciendo que caiga al suelo con Steve.

Volteo y veo que un dardo me ha dado justo en la pantorrilla, me la quito y trato de incorporarme y ayudar a mi amigo, pero los hombres se acercan rápidamente hacia nosotros, agarro la pistola y empiezo a disparar, pero mi vista borrosa no me favorece y fallo.

Le disparan a Steve dejándolo inconsciente, peleo, no quiero volver a pasar por eso, uno de esos hombres, uniformados de negro y con unas mascaras negras no me permite ver su rostro, pero lo fulmino con la mirada, mi cuerpo se siente débil, mi brazos no aguantan el peso de mi cuerpo haciendo que caiga para atrás.

Me disparan de nuevo en el brazo y ahí caigo profundamente dormido.

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HAROLD

Por fin los hemos encontrado, no fue tan difícil tampoco, ver que la mayoría de las puertas en esta ciudad estaban abiertas nos daban la pista de que seguramente se encontraban ahí.

Por eso, cuando no estaban cerca apuñalé la llanta de la camioneta para retrasarlos y poder atacarlos de noche.

Veo a Daniel tirado en el suelo, y a un costado Steve, estos dos chicos fueron como mis amigos cuando estuve en la NUCC, más Steve que otra persona y me ha resultado difícil ver que se encontraban juntos, por una parte no quería que él se metiera en esto, solo quería a Daniel, nada más.

Mataron a dos de nuestros hombres, le hago una seña a los demás para que empiecen a subirlos a las camionetas.

Me inclino hacia Daniel, desde la última vez que lo vi se veía más delgado, ahora parece que se ha ejercitado más de la cuenta.

Empiezan a atarles las muñecas y piernas, mientras me lo quedo viendo, todo por este chico, lo llevaré al lugar donde está Rut, estoy seguro que cuando se entere de eso me va a matar y también querrá recuperarla, lo que no sabe es que no lo dejaré, apenas terminen de sacarle la cura le borrarán la memoria y así podrá olvidar completamente de ella, de lo que era y todo el cariño que le tenía.

Yo mismo le amarro las muñecas y los tobillos para que luego uno de mis compañeros se lo lleve.

Es hora de volver.

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Nota de autora: Sin comentarios.

No se olviden de votar que me ayudaría mucho.

¡¡¡Besos!!!

REMEMBER ME (DTM #3) •TERMINADO•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora