Capitulo veintitres.

769 59 0
                                    

Escapar era una opción, una agradable y hermosa opción.

No aguantaría otro minuto mas dentro de esa casa, no. Va en contra de mis principios obedecer.

Terminé de empacar en esa pequeña mochila negra y salí por la puerta de mi habitación ignorando a todos.

Bajé las escaleras y salí por la puerta principal para luego escuchar los gritos de Sara regañandome por salir de la casa. Insusltos, insultos y mas insultos.

Di media vuelta y la escuché.

- ¿A donde irás? - Preguntó levantando sus brazos.

- Eso no te incumbe. - Respondí mirándola a los ojos.

- Bien, veté. - Dijo para luego dar media vuelta y entrar a la casa, molesta.

Volví a mi rumbo y caminé hasta aquella casa tan hermosa que siempre había querido pisar. Aquella casa color marron con blanco, aquella casa donde vivia esa persona que con tan solo sonreir alegra mis dias.

Caminé por unos minutos y llegué a la casa. Caminé por el jardín hasta llegar a la puerta y tocar dos veces la puerta color blanca. El jardín era algo asombroso. Rosas blancas y rojas. De jazmines hasta pequeñas alegrias del hogar. Eran demasiado hermosas y podría pasar horas mirandolas y sacandoles fotos. Guardandolas para luego editarlas y escribir algo bonito en ellas,  imprimirlas y encuadrarlas.

Se escucharon unos pasos desde adentro y luego un "Ya voy" adormilado susurro el.

Tenía la esperanza que fuera el y no Matthew o Jack Johnson. Y para mi suerte, acerté. Era el.

Al abrir la puerta lo observé y el sonrió. Aquella sonrisa que alegra mis dias.

- ¿Sam? - Preguntó - ¿Que haces aqui?

Su voz adormilada, dios santo.

...

Narra Jack Gilinsky.

- Hermano, debes dejar los videojuegos. - Le dije al teléfono.

- Jack, debes dejar a Samantha. - Dijo Matthew en la otra linea.

- Ambos tenemos que dejar nuestras obsesiones. - Dije tratando de no sonar nervioso.

Matthew río por lo bajo.

- ¿Entonces admites tener una obsesión con Samantha? - Preguntó entre risas.

Maldito Matthew.

- Matt, adiós. - Dije tratando de aguantar la risa la cual solté una vez que colgué el teléfono.

Llevaba media hora hablando con Matthew y eran ya las dos de la madrugada. Me acomodé en la cama, golpeé dos veces la almohada para luego descansar mi cabeza en ella y cerrar los ojos para dormir. Estaba exhausto y lo único que quería era dormir unos cien años. Pero algo me interrumpió. Golpes en la puerta lo que significaba que alguien estaba en la puerta esperando a que me levantara.

Perezosamente me levanté de la cama y caminé hasta la puerta de mi habitación, la abrí y salí por esta hacía las escaleras para luego bajar a la sala e ir a la puerta.

- Ya voy... - Susurré y luego abrí la puerta.

Y ahi estaba ella. Con los ojos hinchados mirandome. Sonreí. No por su estado si no porque estaba llamando a mi puerta a las dos de la madrugada.

- ¿Sam? - Pregunté - ¿Que haces aqui?

...

Nine boys. (Magcon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora