IV. MUNDO CAELI

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Narra Camila Neira Roberts

—Oigan perras, ¿A dónde vamos a salir hoy?— Pregunta Saraí mientras está tirada en mi cama.

Yo estoy viendo mi armario para mirar con qué me voy a vestir para el Instituto, pero al verme indecisa evado la pregunta de Saraí y hago una nueva.

—Oigan cuando venían hacia acá ¿Cómo estaban las corrientes de aire?— Pregunto mientras sigo mirando perchas de mi armario

— La verdad es que están muy indecisas aunque de algo estoy segura y es que afuera hace un frío atroz— Me responde Emilie, ella está... Me volteó a verlas un momento ¿Debajo de Saraí? Bueno qué más da, estoy acostumbrada a sus raras formas de afecto.

Elena está pegada del teléfono y está tirada a los pies de la cama, de pronto se levanta de un salto.

—Tengo la respuesta a la pregunta de Saraí— dice Elena muy emocionada mientras voltea la pantalla de su celular holográfico proyectando la imagen más grande y todas vemos la invitación, es de Laylin una chica del Instituto.

—Bueno ya tenemos planes— Dice Saraí de lo más relajada con ese acento de inexpresividad que mantiene la mayoría del tiempo.

Todas reímos, pero al ver que aún no me he metido al baño Emilie toma la palabra

— Oye morsa no vinimos a despertarte temprano para que lleguemos tarde— De un empujón echa a Saris al piso quien hace una mueca ofendida.

—Oye, qué mala— Le replica la pelinegra por tal acto.

Pero Emilie le saca la lengua, viene y me empuja a lo que opongo falsa resistencia.

Al final entró en el baño riendo gracias a mis amigas, ellas son las mejores.

Bueno mi nombre es Camila Neira mi madre murió en una masacre hace 17 años, justo un año después de darme a luz, su nombre era April Roberts, mi padre se volvió a casar con una buena mujer que ya poseía un niño con otro hombre y el bebé era dos años mayor y es mi hermanastro, nunca nos hemos llevado mal aunque lastimosamente nunca le podré decir mamá.

Salgo del baño con una toalla envolviendo mi cabello y otra mi cuerpo, me pongo mi ropa interior y la ropa que finalmente elegí, un Jean azul oscuro ajustado, un suéter manga larga tejido de color negro y botas del mismo color con cordones, tienen solo un poco de tacón y son al estilo militar.

Seco y peino mi cabello con el cepillo, lavo mis dientes y finalmente salgo de mi habitación donde encuentro a mis tres amigas hablando sobre lo que usaremos esta noche, me siento en mi tocador y solo me pongo una máscara para pestañas, me hago un sutil delineado en mis ojos y aplico un brillo suave en mis labios. Estoy lista.

Me paro mirando a mis amigas que reparan en el hecho de que ya estoy lista y ellas no habían parado de hablar.

— Bendita sea la madera en la que te han hecho amiga— Dijo Elena mientras hacía uno de esos silbidos que hacen los hombres cuando ven a una mujer con buenos atributos.

Todas reímos por su vocabulario.

—Gracias El, por tú... Particular cumplido— Me dirijo a coger un bolso de terciar donde meto mi celular, audífonos, inalámbricos y otras cosas.

—Bueno ya que se vinieron todas tan temprano solo por mí, las invito a desayunar— Les dije mientras abría la puerta de mi cuarto para que salieran.

—Por eso te amamos Cam— Dijo Saris cuando pasó por mi lado. Cerré la puerta después de salir y choque con un gran cuerpo, Cameron Neira lastimosamente mi hermano mayor un sobre protector de primera muy arrogante, es un 5-trabajador, estudió en la preparatoria de Adflatus, lado sur de nuestra ciudad, estudió mecánica, sabe reparar cualquier tipo de vehículo y hace las mejores reformas para autos, no le va nada mal no es rico como un 2, pero no se muere de hambre, hace un año que no vive con nosotros, ya que decidió comprarse una casa apenas se graduó, mis padres están orgullosos de él por lo que ha logrado, aunque eso no evita que haya habido discusiones, ya que mi padre y mi madrastra Atenía, esperaban más de él y esperan más de mí.

—Hola, enana— Me dijo con mi monte cariñoso, ya que yo mido 1.60 y este mastodonte que tengo por hermano mide nada más y nada menos que 1.85 metros.

—Hola, idiota. ¿A qué se debe que tengamos tu magnífica presencia esta mañana?— Marque el sarcasmo en mi pregunta mientras bajaba con él al lado siguiendo a mis amigas que ya estaban sentadas en la mesa.

—Pues.... Vine a llevarlas al Instituto antes de irme a trabajar— Dijo con una sonrisa

—Todas tenemos auto Cameron y además Egren iba a venir por mi hoy— Respondo confundida.

—Primero, los autos de tus amigas y el tuyo los están remolcando en este momento para llevarlos al taller— Dijo con su sonrisa arrogante de siempre.

—¿Qué?— Gritamos las cuatro, mis tres amigas solo prestaron atención a nuestra charla cuando mencionaron sus autos. Corrimos a asomarnos por la ventana para ver que efectivamente los estaban remolcando.

—Y segundo— Habló mi hermano atrayendo otra vez nuestra atención —Tu novio está un poco ciego para conducir en este momento—

—¿Qué hiciste Cameron?— Dije apretando el puente de mi nariz con mi dedo gordo y mi dedo índice.

—Él siempre está muy pegado a ti y no me agrada— Dijo como un niño pequeño.

—Es tu maldito mejor amigo Cameron, llevo ya tres meses con él, puedes aceptarlo ya— Me crucé de brazos aunque debía levantar bien la mirada para verlo a los ojos.

—Siempre serás mi hermanita chiquita— Él pareció empezar a pensar en algo y después sonrió— ¿Y si te lo compenso a ti y a tus amigas cocinando?—

— Depende ¿qué cocinarías?— Dijo Em entrometiendose, ella es la más glotona.

—Les parece waffles con chocolate— Dijo él con un tono de voz victorioso pues ya nos tiene en la palma de su mano.

—Muy bien supongo que podemos olvidar este pequeño percance— dije con tono diplomático. Se río y desapareció por la cocina para lucir sus dotes de cocinero.

Vamos en el hermoso y moderno auto de Cameron con las barrigas bien llenas y cantando canciones como locos, llegamos al Instituto y me despido de mi hermano con un beso en la mejilla.

— Cuídate enana y procura estar a 5 metros de tu noviecito por lo menos— Su sonrisa de lado me indica que lo hace solo para fastidiarme.

— Tú eres un caso sin remedio— Le respondo irónica, puse los ojos en blanco y cerré la puerta.

Con mis amigas fuimos a cada clase, a la primera de hoy viernes tengo con Em química elemental y Saris con El tienen dominancia del poder.

Me senté en una silla con Em al lado y aprovechamos los minutos de antelación con los que llegamos al aula que en este momento está prácticamente vacía.

— Si sabes lo que significa que haya tantos cambios en las corrientes de aire, ¿verdad? - me pregunta Em para asegurarse que he captado todas esas cosas

— Si lo sé, ya falta un día para la prueba. Habrá doble luna llena y se acerca el momento en el que tenga que ir a buscar a mi prima perdida— Dije en un tono serio, no propio de mí, pero que adopto en estas situaciones.

— Y yo te apoyaré en todo estamos las dos juntas en esto Cam— Em me regaló una sonrisa muy agradable que me tranquilizó

— Sí, necesitamos ser discretas—

Y con esas últimas palabras la ventana se abrió haciéndonos sentir un escalofrío, la puerta del aula se deslizó con el particular sonido de siempre y entró la profesora seguida por muchos estudiantes que se ubicaron en sus respectivas sillas para atender a la clase.

CUATRUPLEXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora