Clarissa Roberts
Han pasado dos días desde que sé que mi abuela está estable aún no ha despertado, he pasado de largo por el desayuno porque está demasiado temprano son las cinco de la mañana y yo ya estoy despierta, la verdad estoy bastante mejor he logrado superar cada mentira, he logrado entender varias cosas más por mi cuenta y siento que el paseo en moto de hace dos días me ayudó mucho con eso.
Recuerdo que salí a toda velocidad en mi moto, pero sin activar propulsores, no quería terminar en menos de cinco minutos en el lugar más remoto de este mundo de perdición, extraño mucho mi antigua vida, o bueno más bien lo que había en ella, el verde de los bosques, los prados de los enormes jardines de las casas, los animales, las aves trinando cada vez que sale el sol, los perros caminando con sus dueños y jugueteando en los parques, el sonido tranquilo de las autopistas donde transitan motos y autos eléctricos o de energía solar.
Extraño las travesías en el Instituto y tener una vida, tal vez mi familia era un asco, pero tenía la compañía de mis protectores hermanos, ellos lo eran todo, pero ya es hora de que decida si me voy a morir o si voy a vivir, esto es lo que soy al fin y al cabo, no es un sueño ni una pesadilla es la realidad, ellos no quieren ser mis hermanos, muy bien, no es mi problema, tengo a Etihw y Jane y todos parecen ser estupendas personas, personas que no me he dado la labor de conocer o de al menos aprenderme sus nombres; tengo la oportunidad de hacer un cambio, no sé por qué yo, no sé por qué mi madre, y no sé por qué de nada, pero sea cual sea la razón no están equivocados, un honor y un poder como este no es algo con lo que jugar y yo voy a demostrar que soy capaz, por mi madre.
Sentía el viento en mi rostro, no llevaba casco aquí no era necesario, toda la seguridad estaba puesta en la cárcel y sus alrededores, hay cuatro cárceles en total en este mundo, una para cada locación, norte, sur, este y oeste. Por el resto no hay que preocuparse, si ya no tienen su elemento no pueden entrar a ningún mundo, no tienen un poder vital capaz de atravesar las barreras, así es como funciona el mundo, no es tecnología, es simplemente la naturaleza rechazando lo que no pertenece en su sistema, por eso la forma de que estén pasando alcohol y drogas por contrabando solo es posible si hay un elemento interno de alguno de los mundos con el que se encuentran en el mundo de la nada, o si esa persona viene hasta este mundo.
Me sentía libre y sin presiones; era una sensación de lo más linda. Llegue a una especie de edificio que está hecho a pedazos, lo interesante de estos lugares es la forma en la que están las columnas, parece perfecto para hacer parkour con elementos o algún deporte extremo, y a mí me viene de maravilla, siempre me gustó entrenar al aire libre, no usaba mucho las máquinas ni los simuladores solo me dejaba fluir.
Derrapé frenando en seco la tierra sin vida, levanté polvo y el motor soltó humo, olía a una mezcla de esas dos cosas junto con el olor del caucho quemado, me bajé ágilmente de mi moto y acomodé un poco mi alborotado cabello, me quité mi chaqueta de cuero y la guardé en el baúl de la moto, uno nunca sabe qué ladrón puede salir de la nada.
Había fuertes corrientes de aire y eso dio pie a saber con qué elemento iba a empezar, de mis manos se pronunció el aire y me elevo del suelo un poco, luego vuelvo al piso y cierro y abro mis palmas, siento el cosquilleo de la adrenalina y la complicidad propia de mi mirada.
Empecé a correr y de un salto impulsado por el elemento de aire logré subir a una de las columnas. Corro por ella y cuando llego al final cambio a una velocidad muy rápido al elemento de agua, chorros del líquido salen de mis manos y me alcanzan a impulsar en la larga distancia que hay hasta la otra columna y caigo dando una voltereta cuando anuló en el momento indicado mi elemento cerrando los puños, caigo y realizó unas cuantas piruetas más y cada vez que caía con una mano recogía pedazos de piedra del feo suelo y con la otra y el poder de fuego lanzaba disparos de magna, solo me dejaba guiar y fluir con mis tres elementos, pero me sentía demasiado incompleta, sentía que me faltaba media alma y lo detestaba.
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CUATRUPLEX
Science FictionLa leyenda cuenta que la última anormal fue Leticia Macfire quien juró antes de morir que: "Solo quienes piensan por si mismos lograran el control total" Eso es todo, su información ha sido borrada de la historia, la gente inventa cuentos de terror...