Hwang Hyunjin recibe un mensaje de un número desconocido pidiéndole ayuda ¿Tendrá que ver con lo que ocurre en la ciudad o es solo una broma?
Desapariciones, secuestros, adolescentes muertos, todo comenzó hace 10 años y cada vez son más frecuentes e...
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—¿Y conseguiste algo? —Preguntó Changbin sentándose en una silla junto al escritorio de Minho, yo me senté en el sofá al lado de Jisung.
—Si y no —Minho suspiró frustrado— El chico se llama Yang Jeongin, tiene 16 años. Es hijo de una familia de clase media compuesta por su madre, su hermano mayor y su hermano menor. Aunque no es el alumno perfecto, nunca se mete en problemas. Vive cerca del lugar donde lo viste y al parecer no suele salir mucho de casa a menos que quiera comprar algo —Suspiró de nuevo y continuó— Conseguí las grabaciones de una cámara de seguridad de la tienda de electrónica que está frente a tu trabajo, pero no se puede ver la cara del secuestrador en ningún fotograma del video. Y tal como dijiste, no tenía placa y no hay ninguna forma de ver al interior de la camioneta... Intenté seguir el camino de la camioneta para encontrar al chico, pero no hay ninguna cámara que enfocara el cruce, así que no se adonde fue, le perdí completamente la pista.
Se recostó del respaldar de la silla y se llevó una de las donas a su boca.
Sentí un peso en el hombro, al voltear, era Jisung. Se había quedado dormido otra vez, solo que ahora recostado de mi hombro y abrazándose a mi brazo como si este fuera un peluche o una almohada. Lo dejé ahí porque se notaba que estaba cansado.
—¿Por qué no van a sus casas, se duchan, comen algo sano, duermen un poco y luego siguen con la investigación? —Dije preocupado por los dos chicos.
—Tengo que ir a casa de la señora Yang para averiguar más cosas. Necesito saber si la llamaron para pedir rescate o algo.
—Pero también necesitas descansar. No puedes trabajar si en cualquier momento corres el riesgo de desplomarte del cansancio.
—Tienes razón —Apoyó su cabeza en ambas manos y bostezó— Pero acompáñame, no creo poder llegar solo a casa.
—Está bien. Changbin, ayuda a Jisung.
Minho apagó su computadora y lo ayudamos a limpiar un poco para luego dejar el despacho en busca de dos taxis para ir a las respectivas casas de nuestros amigos.
Nada más entrar al taxi, Minho recostó su cabeza de mis piernas y se quedó profundamente dormido. Solo me limité a acariciar su cabello.
Me preocupa que trabaje tan duro, pero no puedo pedirle que se lo tome con más calma, porque en el fondo sé que se esfuerza tanto porque quiere encontrar a su hermano.
Llegamos al edificio y le pagué al taxista. Minho seguía dormido, por lo que tuve que subirlo a su apartamento cargándolo en mis brazos.
Una vez adentro, lo dejé en la cama y cerré las cortinas. Le quité los zapatos y el uniforme para dejarlo en ropa interior, solo le coloqué un short y luego lo tapé con las sábanas para que no tuviera frío.
Fui a darle comida a sus gatos, pero al parecer la vecina de Minho ya lo había hecho.
Él le había dejado sus llaves a una señora mayor del apartamento contiguo, porque sabía que algunas veces estaría tan ocupado que no podría encargarse de sus gatos, así que ella venía a darles comida y agua, algunas veces hasta los peinaba. La señora nunca tuvo hijos, así que en cuanto Minho se mudó al edificio, ella comenzó a tratarlo como su propio hijo, por lo que al enterarse del agotador trabajo de Minho, se ofreció a ayudarlo con eso y Minho aceptó.