9. 댄스

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-¿Cómo me veo? - pregunté, dando un giro en mi hermoso y grande vestido de un tono rosado claro precioso y mangas exageradas. 

-Jamás la había visto tan hermosa. - respondió Taehyung, aún en su pose firme de siempre - ¡Será la estrella del baile! 

-Mh...tampoco quiero ser el centro de atención. Digo, en realidad, la celebración es de la unión de terreno de Yoongi. - respondí, retocando mi peinado en el reflejo de un jarrón que había en el mueble delante mío, en el pasillo.

-¿Yoongi? ¿Desde cuándo se ha vuelto tan cercana a su majestad? - sonrío coquetamente mientras lo preguntaba y apoyó sus brazos en el mismo mueble.

-Bueno, hemos estado hablando un poco, ya sabes... - respondí, en un intento fallido de disimular mi sorpresa y sonrojo ante la pregunta.

-No la creo, ¿qué ha pasado entre ustedes dos? Ambos estáis muy risueños últimamente. - detecté sus intenciones al momento.

-¿Qué cotilleo buscas, Taehyung? - respondí, en una carcajada.

-¿Cotilleos? ¿Yo? ¡No sé de dónde saca estas conclusiones! - dijo, actuando su sorpresa de un modo gracioso.

-Para empezar, sabes que puedes hablarme formalmente y, bueno, tal vez ayer tuviésemos...un encuentro. - confesé, acariciando mi supuesto pelo.

-¡Cuéntame, cuéntame! - insistió Taehyung, volviendo su espalda hacia el mueble para verme mejor.

Puse en cuestión hacerlo y, en realidad, no tenía nada que perder. Además, Taehyung era como un amigo cercano en el palacio, con quien charlar con calma y pasar un buen rato y prefería no desaprovechar esa relación tan amistosa, pero íntima a la vez que teníamos.

Abrí mis labios para empezar a contarle todo lo sucedido la noche anterior, pero las voces y los pasos de los invitados entrando en el salón de baile me interrumpió antes. Taehyung y yo nos miramos, en alerta y dejando que nuestra expresión facial hablara por nosotros. Entonces empezamos a andar, prácticamente correr hacia la habitación unas puertas a la derecha que tenía contacto con la gran puerta que daba la bienvenida al salón de baile.

El salón de baile, según me había contado Taehyung, era una gran sala, con una plataforma para la orquestra y mesas con comida repartidas en la que sólo ocurrían eventos como el baile de esa misma noche o otras celebraciones grandes en la que acudía bastante gente.

Era importante que estuviese ahí en el momento, ya que iban a presentarme como nuevo miembro de la corte después de presentar a toda la corte en sí. Cada miembro iba acompañado de otro del género opuesto y bajaban por las escaleras delante de la puerta del salón de baile y se adentraban en la multitud, sumándose en ella. 

...

-Y, ¿de dónde eres bonita? - me preguntó el hombre, sonriendo amablemente, haciendo que las arrugas de su cara se hiciesen notar ante el acto, lo cual me pareció bastante adorable.

-Del pueblo de la región del norte. - respondí, devolviendo la cálida sonrisa, aunque tuve que elevar mi voz para que me pudiese oír, ya que mucha gente estaba hablando y la música de la orquestra no ayudaba.

-¿¡El pueblo?! - preguntó, casi exclamó una mujer alta que se añadió a la conversación, mostrando el escote con un vestido de color verde claro no muy amplio y el pelo rizado, recogido en una trenza que caía en su espalda.   
Asentí con la cabeza, tratando de ser lo más amable posible a pesar de su descortés tono de voz. 

-¿Cómo puede una plebeya formar parte de la corte si se puede saber? - exclamó. La palabra "plebeya" provocó un leve silencio en la pequeña multitud que nos rodeaba, lo que me incomodó, llenando mis mejillas de un color rosado y encogiendo mi postura inconscientemente. 

Abrí mi boca y cogí aire, para responder, aunque no tenía nada claro que iba a decir, pero un hombre detrás mío, con una voz raspada, pero honesta, respondió:

-¿No sabe que el Rey Yoongi hizo unas audiciones en el pueblo para aconseguir una dama de la corte? Las decisiones de su majestad deberían respetarse.

La gente se giró hacia él y giraron sus cabezas esperando una respuesta de hacia la mujer que lo había preguntado, la cual cubrió su rostro con un abanico y se distanció del lugar.

La multitud volvió a esparcirse y perdí de vista al hombre mayor con el que estaba hablando.

La gente se movía muy de prisa y había personas de todos lados. En su mayoría, se formaban grupos de 3 o 4 personas que hablaban o paseaban por el sitio y a veces se agrupaban grupos algo grandes, como el que acababa de formarse a mi alrededor hacía un momento y se deshacían en cuestión de segundos.

La dinámica social de la situación se entendía con facilidad, pero añadirse era más difícil de lo que parecía. Especialmente cuando eras una plebeya, que para todos los ricachones que había en ese salón, era como un bicho de campo o un animal. Almenos así me sentía y no quise admitir que, en realidad, me dolió bastante el comentario de la mujer. Pero, sabía que no debía enfocarme mucho en eso, yo valía mucho más que un absurdo estatus social o un comentario ignorante.

Además, yo sí sabía porqué Yoongi quería que estuviese en palacio y adoraba esa idea de su manifesta silenciosa y sutil. Como estaba cambiando tantas cosas, pero de un modo en el que nadie lo notase y actuase como realmente era.

Era un genio.

No podía evitar sonreír al pensar en él o oír su nombre. La vaga imagen de él llevándome hacia mi cuarto en sus brazos cuando caí dormido en ellos seguía estancada en mi mente y me hacía simplemente volar.

...

-¡Señor Jeon! - exclamé - Que alegría verle.

-Todo un placer Lady Jimin. ¿Cómo está? - respondió junto a una leve reverencia y juntando sus manos cubiertas por guantes blancos después.

-Muy bien, bueno, es mi primer baile, así que es un poco raro, pero es una experiencia...interesante, que digamos.

-Ya veo...yo ni si quiera recuerdo mi primer baile, si le soy sincero. - dijo, cogiendo su pequeña copa de vino y sosteniéndola en sus mano derecha mientras hablaba.

-¿A qué se debe eso? - respondí, mordiendo levemente una manzana que había en las mesas de comida.

-Llevo siendo príncipe de una región desde que nací, como puede comprender, así que estoy más que acostumbrado a bailes como estos. Solía corretear por el salón de bailes de mi castillo y saludar a los invitados amistosamente. Bien, eso siempre decía mi madre. Era el centro de atención en esta clase de fiestas. - dijo, riendo.

-Ya veo...¡seguro que era un niño adorable!

Sonrío amablemente, tomando un sorbo de su copa y añadí:

-¿Y su corte? ¿Dónde está?

-Ahora que lo menciona, no estoy seguro. Siempre suelo dejar que vayan a lo suyo y hagan amistades en estas ollas de burgueses, miembros de cortes y a saber qué más.

Lo último lo dijo con una carcajada ligera, pero me pareció bastante profundo como le restaba importancia al asunto mismo.

-¿Y tu corte? - preguntó.

-¡Oh! Ni idea.

Dama de la corte | YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora