12. 입술

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-¡¡Woaaahhh!! - exclamé, entrando en el cuarto y dando una vuelta para verlo todo - ¿¡Estos son tus aposentos!?

-Así es. - respondió Yoongi, aún con el mango de la puerta en su mano, en un tono un poco desgastado.

Su dormitorio era la habitación más grande en el que había estado jamás. Justo enmedio había una cama gigantesca, de la que colgaban cortinas que tocaban el suelo. La habitación tenía un tono muy profundo, de colores oscuros, como el negro, marrón y rojo. Dado que era de noche, la iluminación era leve, lo que le daba un toque misterioso, pero insinuante al lugar.

Al otro lado del cuarto había una puerta que parecía dar a un armario y al lado un balcón desde el que se podía ver la preciosa noche estrellada que caía en nosotros

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Al otro lado del cuarto había una puerta que parecía dar a un armario y al lado un balcón desde el que se podía ver la preciosa noche estrellada que caía en nosotros. El balcón se abría en una terraza al salir y habían plantas y flores decoradas.

También había un escritorio al otro extremo con una estantería en la que posaban libros y plumas en .

-Es increíble. - dije, posando mis manos en la falda de mi vestido.

-¿Tu habitación no es parecida? - preguntó, dando pasos hacia mí.

-No del todo, es bastante más pequeña y luminosa. - respondí, riendo - Veo que tu estilo es más oscuro, ¿no?

Devolvió la risa y asintió, metiendo sus manos en los bolsillos.

-Más o menos.

...

-¿¡En serio!? - exclamé, entre carcajadas. Suerte que estaba sentado en la cama de Yoongi, si hubiese estado de pie me hubiese caído de la risa.

-¡Y su madre jamás se enteró! - respondió Yoongi, terminando su anécdota.

-No entiendo como Jungkook y tú sois chicos tan educados ahora y a esa edad, tan gamberros. ¿De verdad hacíais tantas travesuras?

-Bastantes la verdad, pero ni te imaginas como me regañaba mi padre y, claro, luego me tenían muy vigilado. Una vez no salí de mi cuarto en dos semanas.

-¿¡De verdad!? - exclamé, llevando ambas manos a mis labios ante la sorpresa.

-Sí, pero, no te preocupes, me traían la comida y todo. - suspiré aliviado - Igualmente, cuéntame de ti, ¿cómo fue tu infancia?

Por un momento tuve que detenerme a plantearme bien mi respuesta para no levantar sospecha.
A veces, me sentía tan cómodo y tranquilo con Yoongi que se me olvidaba mi tapadera de mujer y tenía que detenerme antes de hablar.

-No la gran cosa, sinceramente. Vivía con mi madre y padre y amás he tenido hermanos. Pero conocía a prácticamente toda la aldea. Nos conocíamos entre todos, era un pueblo pequeño, pero mayoritáriamente, todo el mundo era muy amable entre sí y desde que nací, prácticamente todo el mundo me conocía. Especialmente por mi madre ya que era amiga de todos y la adoraban. Aún lo hacen, cada mañana se pasea por el lugar para hacer recados y habla con todo el mundo. - hasta yo oí mi voz ablandándose - Mi padre no era así, en cambio, conocía a muy pocas personas del pueblo y nadie sabía apenas nada de él. Tuvo que casarse con mi madre a la fuerza, por tratos con mis abuelos, así que su relación no era demasiado buena.

Me giré y ví sus ojos brillantes, a pesar de la oscuridad de la sala, mirándome intensamente, con el ceño fruncido, preocupado. Sonreí un poco para que viese que estaba bien, pero apartó su mirada y preguntó, ientras jugaba con sus manos:

-Lo...¿echas de menos?

Tenía la voz temblorosa, lo cual hizo que mi corazón sintiese una punzada de dolor, leve, pero la sentí.

-No mucho. - respond acercando mi mano a la suya.

-¿Q-qué quieres decir? - respondió, después de que entrelazara mis dedos con los suyos levemente. Pude ver a poca distancia, su sonrojo, lo que provocó el mío y me arrancó una leve sonrisa del rostro antes de un suspiro.

-Es un poco difícil de explicar, pero, creo que debes saber que...decidí hacer las audiciones porqué estaba sometido, osea, sometida a un matrimonio forzado. Lo supe desde que tengo memoria prácticamente. Odiaba mi vida y no tenía otro remedio que...vivirla de la forma más pésima y desaprovechada. Por eso leía libros, para que mi mente estubiera distraída con destinos más afortunados que el mío y personas mejores que yo. Pero leía, conocía el mundo y veía como habían personas con oportunidades tan maravillosas, vidas plenas, momentos únicos, amores tan verdaderos y lo mío era...todo mentira. Mi vida estaba envuelta en una gran mentira y yo estaba atrapado en ella, sin ninguna salido. Todo era...tan falso. La relación de mis padres lo era, mis sueños, mis esperanzas...todo.
Pero, cuando ví el cartel de las audiciones y la bizarra idea de presentarme apareció en mi cabeza...tal vez no toda mi existencia sería una pérdida de tiempo. Tal vez encontraría algo que me hiciese ser yo mismo y ser feliz. Un cambio, giro, ya que no tenía nada que perder. Y, - le miré a sus ojos destellantes que eran mucho más hermosos que la noche estrellada que descansaba sobre nuestras cabezas - siento que, al fin, lo he encontrado. He encontrado ese brillo en mi vida al huír de la mía y me he encontrado a mi mismo, finalmente.

Nos miramos a los ojos como jamás lo habíamos hecho. Él sabía que él era ese brillo.
Yo también lo sabía.

Nos habíamos encontrado el uno al otro y, gracias al otro, habíamos encontrado a uno mismo.

Él era la noche de mi día y yo el día de su noche. Él era la luna de mi cielo y yo su sol.

Reparamos el destino roto del otro sin siquiera darnos cuenta, buscando algo que nos llenase, cuando solo nos necesitábamos mutuamente.

Parecía tan irreal, ya que, en realidad, hacía poco que nos habíamos conocido, pero habíamos pasado tanto tiempo juntos y compartíamos una conexión inexplicable, era algo más que mágico.

Me acerqué a él y hizo lo mismo, sujetando mi mejilla con su mano derecha. Sentí inacabables mariposas en mi barriga, que crecían hasta mi cuello. Cerramos nuestros ojos lentamente hasta que la poca distancia que había entre nosotros fue invadida por un beso.

Quise que ese momento no se terminase jamás.
No quería recordarlo.
Quería vivirlo.
Por siempre.

Dama de la corte | YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora