30. 진정한 사랑 Parte 2

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-Te ves...woah...simplemente, wow.

Taehyung terminó de ajustarme el cinturón color dorado del traje y se apartó pocos metros para verme y para que yo pudiera verme en el espejo.

-Gracias, Taehyung... - respondí, mirándome al espejo y sintiendo mis ojos ensanchándose al ver mi reflejo.

Mi pelo terminaba en la mitad de mi cuello y en la zona del cráneo estaba decorado de bellas flores que Taehyung me había puesto. Llevaba un traje blanco, con detalles dorados y de color celeste envolviendo la tela.

Volver a llevar pantalones después de tanto tiempo fue un descanso, pero me sentía igual de elegante que llevando vestido y corsé, sólo que más cómodo, como relajado de algún modo

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Volver a llevar pantalones después de tanto tiempo fue un descanso, pero me sentía igual de elegante que llevando vestido y corsé, sólo que más cómodo, como relajado de algún modo.

Me miré en el espejo y prácticamente no me creía que ese reflejo fuera el mío. Yo no me veía así, no podía ser tan...angelical, tan divino.

Aunque era el día de mi boda.

Si podía llamarse así, porqué no era oficial, pero...era una boda. Simplemente sabía que lo era. Lo era.
Nos estábamos casando, estábamos celebrando la promesa de querernos para siempre. ¿No era eso casarse?
Aunque, actualmente, casarse era sólo cuestión de dinero, de terreno o interés.

No por amor.

Por eso no había firmado nada, no hacía falta.
Sólo necesitábamos querernos, ese era el único contrato que Yoongi y yo teníamos entre nosotros y adoraba eso.

Aún no habíamos hablado de qué pasaba después. Yoongi tendría que casarse con una doncella con buena familia y yo...me quedaría en las penumbras supongo o volvería a mi asquerosa vida de pueblo que tanto odiaba.

En un futuro, no estaba seguro, pero en ese instante no quería ver a Yoongi con alguien más.
Quería que fuera feliz, claro, pero quería poder brindarle la felicidad suficiente. Porqué sabía que conmigo era feliz y yo a su lado también lo era. Nos lo habíamos contado más de una vez, nuestra relación permanecía rebosante de confianza.
No quería perder eso.
Nunca.

Pero el presente era demasiado importante en aquel entonces como para preocuparme por el futuro.

Taehyung se fue con caballo hasta el lugar de la ceremonia, a comprobar que todo estaba en orden y así, volver para decirme cuando me tocaba salir y llevarme con él.
Estábamos en sus aposentos del castillo, sabiendo que nadie entraría y así podía prepararme a salvo.

Asentí y, antes de marcharse, me dio un suave beso en la frente.

Suspiré, tratando de calmar mis nervios, aún con la vista en el espejo.

Era el día de mi boda, al fin y al cabo.

Woah...

Pensarlo de esa manera me hizo que mi corazón diera un vuelco y que mi estómago hirviese de emoción.

Dama de la corte | YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora