i, ángel nocturno

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¡He terminado! :D

¡Maldita sea, siiiiiiiií! XD

Después de mil años finalmente acabé de editar esa cosita C:, bien, de acuerdo, aun me falta algo, pero es mínimo y el detalle está en los últimos capítulos, así que ¡bah! Entonces, empezaré con las aclaraciones sobre esta historia.

Como podrás ver en la imagen de la portada (y la que puse aquí arriba), para este fic me basé en los personajes de Granada TV (Colin Jevons y Charles Gray, respectivamente), pero en versiones más jóvenes. Obviamente tú, amor mío, puedes imaginar a quien quieras :D. Solo quise agregar la imagen para que no tengas que ir a buscarla antes de leer :3.

Entonces, tengo una duda antes de empezar, esta historia rebasa los 54.5k (síp, sigo gritando de felicidad por haber terminado algo así en menos de un año XD). Primero, voy a publicar un capítulo a la semana (son en total 25), segundo, realmente me esforzaré por subirlos sin interrupciones, que sí... tal vez a ti te suene como una tontería, pero para mí es complicado conectarme incluso si es una vez a la semana. Así que de ahí viene mi pregunta... diablos, no quiero hacerlo pero la duda me carcome ><.

De acuerdo, aquí va... ¿estarías dispuesta/o a pagar por tener acceso a la historia completa?

No será una versión diferente a lo que voy a publicar, pero en comparación, no tendrías que esperar 24 semanas más en leer el final. Tampoco sería excesivamente cara, yo diría alrededor de los cuatro dólares :D. Pero esta es solo una propuesta para tantear el terreno, ¿ok? Como ya dije, no habría ningún cambio en la historia ><. Eso es todo por ahora, te dejaré pensando en esto, espero que disfrutes este primer capítulo :D

* * *

-¡Señor Holmes, señor Holmes! -Ante los gritos del señor Melas y sus golpes contra la puerta, Mycroft se apresuró a dejar de lado el libro con el que planeaba pasar el rato hasta su hora de dormir. Fue rápido a su encuentro, imaginando una infinita cantidad de escenarios lo suficientemente negativos como para provocar tal desespero en el hombre griego-. Rápido señor Holmes, necesitamos su ayuda. -Sin esperar ninguna añadidura a la aclaración, frunciendo el ceño, Mycroft tomó su abrigo omitiendo decir palabra. Acompañó al señor Melas a la puerta del edificio.

El ama de llaves, agitada y notablemente nerviosa, colocaba las manos apretadas fuertemente contra el muslo de un pequeño hombre tendido sobre el suelo, húmedo por la reciente lluvia, aunque el sujeto parecía estar seco. Un examen minucioso, realizado mientras él y el señor Melas cargaban al hombrecillo dentro de su sala, le reveló su profesión, posición social, en adición a menesteres que le hicieron actuar más rápido de lo que hubiera merecido cualquier otro.

Basados en sus nada despreciables conocimientos médicos atendió la herida -no con exactitud mortal pero aún delicada-, junto a dos ubicadas en el antebrazo derecho y en el vientre. Mandó llamar a la policía y a un médico. Ello con la gracia y rapidez que solo quienes lo conocían se veían capaces de creer entre sus virtudes. Después de todo, un servidor y protector de la justicia como el pequeño hombre requería de una atención urgente aun si su supervivencia no estuviera asegurada.

Por fortuna, hizo lo correcto.

Y muy lejos de importarle la buena opinión del doctor o la incomodidad al tener demasiadas cabezas bajo su techo, Mycroft se alegró de corazón al saber que el detective inspector viviría. No obstante, la noticia de que no podría ser trasladado a un hospital a menos que despertara estuvo a punto de causarle cierta... cosa. Simplemente le desagradaba la idea. Si se mostraba capaz de soportar a los presentes se correspondía únicamente a su saber de que no estarían ni un segundo extra de los que serían requeridos.

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