viii, tensión

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¡Sip! Otra vez no pude conectarme la semana pasada, en realidad no he podido hacerlo hasta hoy, entonces he estado sin internet DOS SEMANAS, siento que me falta el aire... demonios, ¿alguien quiere pensar en los niños? (?) XD

Evitaré retenerte mucho tiempo, solo una cosa; ¡Atención a las etiquetas!

Activo mi carta "Te lo advertí" para el contenido de este capitulo, lo que me permite ignorar o desechar cualquier comentario sobre alguna sorpresa desagradable que en definitiva vas a encontrar :D

¡Capítulo!

* * *

Greg esperaba ansioso a que Mycroft Holmes rindiera su declaración. Los gestos extraños en su rostro de a poco empezaba a preocuparlo, ¿acaso se tomó a mal su petición? Cierto, frente a los acontecimientos recientes entre ambos ni soñando se alejaría de él, y si pudiera elegir en definitiva ya estaría tomando la opción de trepar sobre el robusto cuerpo en un intento de fusionarse con esos preciosos labios de ocre rosado.

La situación, desafortunadamente, no se prestaba para eso. Se veía obligado a proteger lo máximo posible a su valiente caballero, quien ya habiendo hecho lo suficiente por él, de permitirle arriesgarse a dejarlo cerca un poco más, le traería consecuencias incalculables a las que ninguno de los dos podría siquiera imaginar su alcance. Tomando en cuenta las veces que estuvo a punto de morir a lo largo del día, añadir más sería inaceptable. Y entendiendo el que permanecer en ese lugar aumentaba el peligro a cada segundo, consideró irrelevante cuánto le apeteciera besarlo o solo estar cerca de él, Mycroft debía ponerse a salvo, debía alejarse de Lestrade.

—Por favor, juro que si es su deseo nos reuniremos de nuevo cuando esto haya terminado, ya que no puedo prometerle su seguridad por cada minuto que decida permanecer aquí. —Su Holmes seguía mirándolo, de algún modo atento a sus palabras y simultáneamente evitando dar la menor señal de haber comprendido las razones. ¿No entendía el peligro que lo rodeaba?—. Yo sé que no tomará a mal mi petición, por favor.

—Usted debería saber lo que significa desacatar una orden oficial, ¿no es así, señor Holmes? —dijo Gregson, fingiendo sacudir su sombrero azul oscuro. Escuchar la voz de un tercero causó de inmediato que Greg y Mycroft se separaran, Lestrade no estaría seguro de haberlo hecho a tiempo hasta que el otro inspector hablara. El color huyó de su rostro y los latidos desenfrenados a cualquier señal escaparían por la puerta trasera—. Desafortunadamente, es mi deber no dejarle ir. —Cada aliento quedó contenido. De cuanto sucedía eran esas palabras, sin lugar a dudas, lo que más temía—. Luego del incidente en el hospital pensé dar con usted en Pall Mall, sin embargo al llegar, temo informarle, los bomberos estaban ya en las últimas etapas para sofocar el fuego de su departamento. Su casera, la señora Stend, me informó que el resto de los pisos no sufrieron daño. Se dio cuenta de lo que sucedía al ir a tocar su puerta y ver salir el humo.

Mycroft cayó ruidosamente al sofá, en el asiento a un lado de Greg. El shock tuvo una razón viable para ser.

—Es obvio que está usted bajo la mira de Charles, naturalmente, no puedo permitir que se marche. Debe, claro, advertir a su familia en caso de ser necesario —caminó a donde Mycroft, su cercanía trajo consigo un sutil aroma a humo y humedad—. De su sala y oficina apenas quedó nada, pero le he traído las prendas que rescatamos de su alcoba. Acepte mi más sentido pésame, señor Holmes. —Aunque sincero, Greg pudo ver en sus ojos una beta de hipocresía que no quiso esconderse del todo, ¿qué tendría Gregson en contra para justificar darle esa mirada a su caballero?—. En el pequeño estudio hay papel y tinta, tome lo que deba y escriba a su trabajo y familia las causas de su ausencia, pues es claro que en sus circunstancias las probabilidades de volver son pocas si no nulas. Hasta que capturemos a Charles, le prometemos hacer lo posible en resguardar su seguridad.

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