Perfect ~ MYG ✔️

Another story: Epílogo.

— Sí, Hyuk, ya estoy en el aeropuerto. — Recojo la pesada maleta de la banda transportadora al salir del avión, mientras intento mantener el celular pegado a mi oreja. Me duele muchísimo el trasero tras veintitrés horas de vuelo con una escala en Milán y otra en Hong Kong. 

— Dejé las llaves bajo el tapete. Recuerda, es el 104, animal, 104. — Dice mi hermano, escuchándose un poco apresurado. Al fondo, puedo oír comandos a coros. Me pregunto ¿Se verá igual de guapo con uniforme militar?

Tras una despedida rápida haciéndole saber que recuerdo perfectamente dónde queda su departamento y que no voy a quemarlo intentando cocinar, cuelgo impresionada ante lo que acontece frente a mí.

Veo el calendario. Por supuesto, es primero de Marzo... Ya comenzaron los preparativos. Su rostro no cambia nada y creo que cada año está más guapo. 

La última vez que lo vi fue hace tres años en la cena de Navidad que Minhyuk organizó para que conociéramos su nuevo departamento en Gangnam. ¿Será posible que este tipo de enormes anuncios digitales por todo el aeropuerto celebrando su cumpleaños le incomoden? Yo creo que no, con el paso de los años supongo fue acostumbrándose.  

Hablamos hace unos dos días antes de que dejara mi departamento compartido con mi mejor amiga Susan en Nueva York, para mudarme de nuevo aquí. Dijo que definitivamente enviaría a alguien a buscarme al departamento de Hyuk.

A pesar de que hablamos seguido, siempre es una emoción e intriga tremenda volver a verlo. La primera vez lo volví a ver y que quedamos para ir a cenar, fue cuando vine en las vacaciones intersemestrales de la facultad; yo había cumplido 19 y él 21. Al principio fue muy raro porque no sabía cómo comportarme, pero después de dos cervezas, todo pareció regresar a la normalidad.

Me besó como si el tiempo no hubiera pasado y yo no me opuse a ello.

Y así nos comportamos cada vez que regreso. Es como si nunca me hubiera ido. Con el paso de los años dejó de ser doloroso y fue más llevadero; cada quien salía con quien quisiera y cuando nos veíamos, después de algunos meses o algún par de años, él volvía a ser mi novio por una semana.

Sin embargo hoy, solo quiero dejar mis maletas en casa de Hyuk e ir a la agencia a la que he aplicado semanas atrás porque quiero darle a Yoongi una sorpresa.

Respiro profundo un par de veces antes de entrar en aquel enorme, imponente y recién construido edificio. El ruido de la ciudad de Seúl en horas laborales me impide rectificar mi decisión una vez más; ya todo está decidido.

Veo hacia mis espaldas las casas de campaña instaladas en la acera de enfrente. A pesar de tratarse de una excelente zona, esta escena parece más bien una película del cine de arte donde tratan de especificar y detallar la diferencia de las clases sociales en una sola toma.
Pero no, ninguna de aquellas chicas parece de escasos recursos. Muy por el contrario, pueden darse el lujo de faltar a clases en su instituto privado para venir a acampar en pequeños grupos a las afueras del lugar con un solo propósito: ver a alguno de esos chicos - dotados con belleza nata y decorados con la más alta costura- que tanto apoyan, dueños legítimos de sus suspiros desde hace ya algunos años.

¿Él será igual?

Aprieto mis puños por última vez y traspaso la puerta de cristal giratoria. La recepción da un aspecto imponente y corporativo muy al estilo de los Estados Unidos; por todo el lugar cuelgan en las paredes blancas fotos de jóvenes y trofeos por decenas adornan una repisa altísima de acrílico transparente situada en el muro principal.

Creo que sí consiguió lo que soñaba.

— ¿Puedo ayudarle en algo? — La voz cálida de una chica tras el escritorio me hace volver en sí.