Adore You

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— Vamos. Solo es esta vez... Haré lo que sea ¿Sí? Las llaves de mi auto están en la puerta de mi habitación.

— No Minhyuk, quiero dormir. — Balbuceo. No sé por qué respondí su llamada.

— Te regalo mi iPod. — Susurra desde el otro lado de la línea. Creo que está en el baño porque se escucha una especie de eco tras su voz.

¿Tan desesperado estás? — Froto mis ojos, sin la intención de moverme del sillón.

Hyewon me acaba de pedir que veamos una película. ¿Qué harías tú? De verdad quiero quedarme... Hyung. — Suplica.

¿Hyung? A pesar de que sí, soy mayor que él por un mes, Hyuk solo me llama así en rarísimas ocasiones, Específicamente, cuando necesita algo. 
Si no me dan el Nobel de la Paz o mínimo un Premio al Mejor Amigo del Año, estaré muy decepcionado.

Quiero el cargador también y los audífonos. — Suspiro y corto la llamada.

Es mi día de descanso. Mi objetivo era dormir hasta mañana que tuviera que despertar para ir al instituto pero al amor platónico de Hyuk se le ocurrió invitarlo a su casa "a terminar el proyecto de ciencias", la señora Ahn fue al centro comercial y ahora no hay alguien que vaya a recoger a Miah después de su clase de ballet.

Antes de salir de casa, tomo una lata de atún de la despensa de mi madre, la abro y la dejo disponible para el pequeño gato anillado que llegó hace unos días al vecindario pero que mi padre no me deja resguardar porque mi hermano mayor es alérgico a ellos.
Después de asegurarme de que otros gatos más gordos no le han robado la comida a mi amigo anillado, camino diez minutos hasta la casa de los Ahn, salto la barda de su jardín -porque sí, tienen jardín- subo hasta el cuarto de Minhyuk y tomo las llaves del auto estacionado en el garage. 

Su casa siempre me ha parecido extraña. Es una de esas nuevas construcciones traídas por fabricantes occidentales y me recuerda mucho a los programas estadounidenses donde reconstruyen hogares por completo. Su casa representa un completo "después". 

Son las 8:03 pm, así que voy a llegar unos quince minutos tarde. Mientras conduzco, voy maldiciendo a Hyuk por pasarme sus responsabilidades, a la madre de esos dos que se pasa horas escogiendo vestidos ridículamente caros que jamás usará y a Ahn Miah, quien no puedo creer que a sus 15 años sea lo suficientemente inútil como para no poder regresar a casa sola, por su propia puta cuenta. Ahora la detesto. Debería estar durmiendo en casa, debería estar haciendo nada mientras veo videos de gatos en YouTube, debería estar haciendo cualquier otra cosa en vez que ir a recoger a una persona que tiene que esperar a que hagan las cosas por ella.

Cuando llego, abro la cajuela desde adentro, justo como lo hace Hyuk. Ella deja su maleta y azota con fuerza el cofre trasero al cerrarlo.  Pero... Todo ese enojo que sentí, desaparece en cuanto abre la puerta del copiloto de forma brusca y su expresión cambia totalmente al verme. Al parecer también estaba enojada... tal vez porque llegué tarde y tenía en mente desquitarse o reclamar a su hermano. 

Tú... — Pestañea al encontrarse que soy yo quien ha ido por ella. — Y-yoongi. Hola. — Dice mientras se desliza en el asiento.

Hago una leve mueca de sonrisa mientras en mi mente trato de entender dónde es que ha quedado la cólera que sentía hace apenas unos segundos.

Antes de que pregunte, yo hablo.

— Tu hermano no ha terminado su proyecto, así que...-

Perfect ~ MYG ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora