26. Dualidad.

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La dualidad de Mark al amarlo era notable. Jinyoung podía distinguir, ahora, perfectamente, cuando el mayor pasaba de besarlo con un sentimiento dulce a besarlo como rudo y con desesperación como si mañana acabara el mundo. No obstante, era algo que le fascinaba. Amaba cuando Mark lo miraba con ternura y amaba cuando sus ojos centelleaban de puro deseo apretado en su lado primitivo.

En cuanto, a Mark sobre Jinyoung, era claro que tenía algo por el chico que aunque esté pretendiera ser un chico malo, luego uno correcto a otro amoroso, siempre acabaría unificando todas sus piezas hasta ser la persona de la que Mark se enamoró. Un chico dolido que podía resultar tierno intentado parecer rudo. Mark iba a amarlo correctamente desde el principio hasta el final. Quería ser esa persona capaz de curar a Jinyoung de su pasado que lo hacía sentir culpable, quería recordarle una incontable cantidad de veces que era tierno y enseñarle que la rudeza debería ser una acción para intensificar el acto de ahora.

Las manos de Mark deslizaron hacia arriba su suéter y camiseta de marca, volviéndola insignificante tela sobre el suelo. Jinyoung no se limitó a quedarse quieto mientras el mayor se encargaba de cargar la atmósfera de la sensualidad desnudándolo únicamente a él, sino que una vez que se quitó las zapatillas y empujó sus pantalones junto a la ropa interior hacia abajo, llevó las manos hacia el cinturón de Mark, su mirada buscó la contraria con el objetivo de encender aún más las llamaradas de la pasión.

El mayor sintió su miembro apretarse más cuando Jinyoung rozó éste con sus manos. La vehemente mirada que le regaló Jinyoung debería ser clasificada como no apta para todo público porque era tan caliente. Era una mezcla de atrevimiento con inocencia muy contradictoria.

Ahora ambos estaban desnudos. Mark con las manos en las caderas de Jinyoung muy bajo y rozando apenas su trasero mientras que Jinyoung estaba luchando con ese sentimiento explosivo y reconfortante que le generaba Mark como la nitroglicerina. Sus miembros erectos se rozaban generando una exquisita agonía, al igual que las pieles en sus pechos encajando a la perfección y eso cargaba la tensión sexual entre ellos de algo más.

Hacía un tiempo que no estaban de esa forma tan íntima y era la ocasión perfecta para desarmarse en besos y reconstruirse en una unión de sus cuerpos de forma descomunal.

Mark dio unos pasos hacia adelante, guiándolo hacia la cama hasta por fin recostarlo sobre ella. Sobre el cuerpo de Jinyoung empezó a frotar sus erecciones mientras sus labios se fundían con los del contrario en movimientos lentos que terminaban en succiones, lamidas o mordidas.

Jinyoung no perdió tiempo al acariciar los brazos, pecho, espalda y hombros, en un recorrido de manos suaves y cálidas que le transmitían a Mark un sentimiento de cariño al que se estaba volviendo cada vez más dolorosamente dependiente.

Jinyoung gimió cuando los besos de Mark comenzaron a ser dados en el cuello. Su boca succionando y marcando la piel del menor haciendo que éste se volviera más sensible a medida que su mano también lo acariciaba desde los hombros hasta su abdomen y luego regresando a la parte superior.

-Chupa.-le ordenó Mark tocando los labios de Jinyoung con dos dedos. El menor lamió tentivamente la punta de estos antes de que Mark los metiera en su boca. Jinyoung se veía inmesurablemente erótico desde la perspectiva del mayor quien observaba profundamente la acción. Su caliente boca estaba chupando los dígitos con parsimonia. Mark estaba hipnotizado por la acción de los labios de Jinyoung humedeciéndose cada vez más. El mayor se acercó a su rostro antes de quitar sus dedos.-Eres tan erótico si te lo propones, Jinyoung.-sonrió de lado y Jinyoung se sonrojó. Lo siguiente que sintió fueron los dedos mojados de Mark rozando su entrada. Abrió las piernas para que estuviera más cómodo y Mark empezó a hundir su dedo en él. Las paredes anales de Jinyoung lo apretaron. Sonrió apoyándose sobre sus rodillas más atrás para observar lo que pasaba, Jinyoung recibiendo sus dedos con mejores reacciones. Se volvía cada vez más húmedo y caliente conforme sus dedos más entraban y salían. Él gemía y su respiración sonaba irregular a medida que la excitación arremetía más contra su cuerpo.

Two men and half woman [Markjin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora