Me iba a caer al suelo pero Federico me sostuvo con fuerza.
- Tranquila… (me susurro al oído).
- Lo lamento mucho querida princesa, hay algo más… tu tia Tiana…
- NO!!! (Grite con fuerza mirándolo con odio a los ojos).
- Tu tía Tiana falleció también…
En ese momento me quede completamente pálida, mas lagrimas brotaron de mis ojos, pegue un leve grito desvaneciéndome rápidamente sobre el suelo, echándome a llorar como una niña pequeña.
- Ella se suicidio… (termino de decir con una sonrisa triunfante en su rostro, como si estuviese disfrutando de mi dolor).
Yo lloraba desesperadamente, las lágrimas no dejaban de salir de mis ojos, sentía como mi corazón latía con fuerza, me sentía destrozada, había perdido a mis padres y a mi querida tía, ni siquiera me pude despedir…
Federico lo único que hacía era abrazarme con fuerza, estaba feliz de que el este conmigo.
- Bueno, bueno…ya basta de lagrimear por tonteras, vamos a lo importante… (se froto rápidamente las manos).
- ¿A qué te refieres? (Dije levantando rápidamente la mirada y secándome las lágrimas).
- Bueno querida princesa, quería esperar hasta la noche para decírtelo pero ya que insistes tanto… (Aclaro con una sonrisa triunfante en su rostro).
- ¿Qué sucede…? (Pregunte demasiada alterada).
- Tu princesa Saray, serás mi esposa… (Termino la frase alegremente).
Al escuchar esas palabras, me pare rápidamente junto con Federico, lo mire fijamente a los ojos y dije: - ¿Usted se ha vuelto loco?, yo no me voy a casar con la clase de persona que es usted, además no me puede obligar. (Dije segura de mis palabras).
- Vámonos Federico… (Y comencé a caminar en línea recta hacia la salida).
Al llegar a la puerta, algo nos bloqueó el paso, fueron unos guardias.
- Ustedes no se irán a ningún lado… (se paró rápidamente dirigiéndose hacia donde nos encontrábamos).
- Como ya dije antes, tu Saray serás mi esposa quieras o no. (Sonrió).
- Primero muerta, ¿Quién me den tendrá para salir de aquí?
Golpee con fuerza a esos dos guardias que nos bloqueaban el camino, comencé a correr junto con Federico, oí que Arturo grito “guardias deténganlos” y al instante cientos de guardias nos rodeaban.
-¿Ahora qué? (Pregunto Federico demasiado alterado).
Intentamos combatirlos con nuestros poderes, pero por alguna extraña razón no hacían efecto.
- Debe a ver algún campo de fuerza, que no nos permite utilizar nuestros poderes.
Trate de explicarle a Federico, pero rápidamente un guardia me sostuvo bruscamente de la cintura elevándome en el aire.
- Suéltame… (gritaba con fuerza).
Federico quiso ayudarme pero un guardia lo capturo sosteniéndolo con fuerza de las manos. Intentaba luchar contra aquel hombre que no me soltaba pero era en vano, él era más fuerte.
- Vaya, vaya… ¿con que querían huir?
- Déjala… (grito Federico tratando de soltarse del agarre de aquel guardia).
- Llévenselos… (ordeno Arturo sin darle importancia a nuestras palabras).
- NO… FEDERICO… (Gritaba desesperada al ver que se lo llevaban).
- SARAY… (Grito con fuerza mi nombre).
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"El Reino Perdido"
Ação¿Qué harías si al nacer estas dotada de grandes poderes y dones que tu familia no contiene? Eso le sucedía Saray, aquella princesa que tenia poderes diferentes a lo de sus padres y a la de sus envidiosas hermanas, ella era la menor de la familia, y...