"Capitulo: 4"

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“Narra Saray”
La gente corría desesperada por todo el salón, intentando abrir las puertas, pero no lo lograron se encontraban cerradas. De pronto comenzaron a llegar más soldados, mi padre comenzó a atacar a los enemigos junto con mi madre y mi tía, ellos eran los más fuertes del reino. Hans se levanto rápidamente del suelo, tenía una sonrisa malvada en su rostro, yo comencé a correr lo más rápido que podía, el me siguió. Quise esconderme detrás de una puerta, pero logro encontrarme. 
- Aquí estas. ( Me digo con una voz triunfadora).
- Basta… déjame en paz… (Suplique). 
- Shh… no te pasara nada, solo destruiré tu reino y a ti. (Sonrío hipócritamente). 
- El me sujeto forzadamente de las muñecas, pero pude notar que en frente mío había una pequeña flor, que se encontraba en un florero.
Cerré los ojos y comencé a susurrar unas palabras.
-¿Qué haces? (Pregunto él un poco nervioso).
Pero no le respondí, porque rápidamente la pequeña flor se comenzó hacer cada vez más grande hasta terminar de convertirse en una planta carnívora. 
Pude notar que se quedo paralizado, le pegue una fuerte patada en las piernas, generando que cayera al suelo vencido, intento perseguirme pero la gigantesca planta no se lo permitió. 
Corrí y corrí con todas mis fuerzas, quería encontrar a mis hermanas, observe por la ventana y el reino era un caos, la gente corría asustada sin saber a dónde ir, los guerreros de fuego nos estaban ganando la batalla. De pronto sentí que alguien me tapo la boca, trate de gritar pero me di cuenta que era mi tía.
- ¿Qué está pasando? (Pregunte con la respiración entre cortante).
- No puedo explicártelo ahora, tienes que irte. (Me miro fijamente).
- ¿Irme? ¿a dónde?, yo sin ti no me iré a ningún lado. 
- Saray, tienes que irte, no puedes estar aquí, tus padres me lo pidieron, tus hermanas también se marcharan, es por su propio bien. 
- No, no sin ti no me iré a ninguna parte. (Dije con un nudo en la garganta).
- Vamos tienes que irte, antes de que te encuentren, te prometo que nos veremos pronto y te contare todo, te lo prometo. (Digo abrazándome). 
Rápidamente nos dirigimos por una puerta secreta, que ni siquiera yo conocía, mis hermanas y yo nos mirábamos de reojo, podía sentir su miedo.
Mi tía se paro delante de nosotras y digo en voz baja:- Escúchenme bien, las tres se irán por caminos diferentes, cada uno ira a un reino distinto, en unas tres o dos semanas se volverán a encontrar, no les puedo explicar nada por ahora solo obedezcan. 
Observe que de un baúl, sacaba unos bolsos.
- Tengan esto les servirá por unos días, es comida y algunas ropas, ahora dense prisa. (Suplico demasiado alterada). 
Nos acompaño a las tres hasta una salida, no había ningún guardia, así que pudimos salir tranquilamente, las tres nos montamos en nuestros caballos, antes de subirme, la abrace tiernamente y dos pequeñas lágrimas se dibujaron en mi rostro.
- Shh… no llores Saray todo va a estar bien, ahora corre, “vamos”.
Con un gesto de mis manos la salude, y me Monte en aquel caballo, alejándome a toda velocidad del reino.

"El Reino Perdido"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora