"El Reino Perdido"

"Capitulo: 7"

“Sin darme cuenta rodee mis manos sobre su cintura, el no me miro simplemente siguió cabalgando.
…
“Narra Saray”
Llevábamos varias horas cabalgando, quedaba demasiado lejos el reino “Urnus”, ¿Por qué tuvo que suceder todo esto?, ¿Qué pasara con mis padres, con mis hermanas y sobre todo con mi tía?, tengo miedo que algo terrible puedan sucederles. 
Yo aun seguía sujetada sobre la cintura de Federico, es que aun no comprendía absolutamente nada…
De un momento a otro, escuchamos un fuerte ruido que nos hizo sobresaltar.
El blanco animal se detuvo y comenzó a caminar con lentitud.
- ¿Qué sucede? (Pregunte preocupada)
El solo me miro con sus ojos verdes y me hizo un gesto de que haga silencio.
Yo solo obedecí. 

El caballo avanzaba lentamente, cuando de pronto el cielo se torno oscuro un fuerte viento comenzó a soplar, Federico trago saliva en seco, me miro un segundo, y sentí que con su mirada me quiso decir algo, pero no comprendí…
Hizo un gesto con la soga que sujetaba al caballo, y comenzamos a correr a toda velocidad, en ese preciso instante me asuste más de lo que ya estaba. 
Pude observar que el húmedo césped se comenzó a teñir de negro, los arboles se movían con fuerza.
- ¿Qué ocurre? (Pregunte nuevamente pero esta vez gritándole).
- Son ellos… (Me respondió un tanto nervioso).
- ¿Quiénes? (Pregunte alarmada).

Al Instante pude notar que de la nada comenzaron a salir caballos negros con sus jinetes que vestían armaduras de soldados.
- OH no… (susurre abriendo los ojos como dos platos).
Ellos comenzaron a perseguirnos a toda velocidad, Federico solo avanzo a todo lo que daba, pero alrededor nuestro comenzó todo comenzó a salir fuego.
El indefenso animal se asusto, parándose en dos patas, generando que caigamos al suelo, rápidamente el caballo se fue a todo lo que daba, el fuego nos rodeo de una manera rápida.
Yo solo me aferre a los brazos de Federico.
- Tranquila, no va a pasar nada… (Me digo mirándome fijamente a los ojos).
- ¿Cómo lo sabes? (Le pregunte temblando).
El no respondió, con un movimiento de manos comenzó alejar el fuego, pude sentir que de sus manos salía un frio viento.
Los guerreros de fuego avanzaban cada vez más rápido, ellos pasaban sobre el fuego sin ningún problema.
Nos rodearon, éramos dos contra diez hombres. 
Desprevenidamente Federico me sostuvo entre sus brazos, antes de que hable me lanzo en el aire, el con sus manos provoco un viento que me sostenía. ¿Qué haces? (Le pregunte gritándole desesperada).
- Lo siento… esta es mi batalla, no la tuya…
- Espera… (trate de gritar)
Pero aquel viento que me llevaba por los aires iba demasiado rápido.
- Sera tu batalla, pero no te dejare morir. (Me dije a mi misma).
Sin dudarlo, hice crecer un inmenso árbol que provoco que me estrechara contra el, antes de caer al suelo forme con mis manos una inmensa y larga liana. 
Pude observar que a los lejos, Federico intentaba combatirlos, pero lo único que logro fue que lo desvanecieran en el suelo, unos de los guerreros de fuego se acerco a él, formo con su mano derecha una pequeña chispa.
Antes de que lo ataque, salte de la inmensa liana y le pegue una brutal patada, provocando que caiga en el suelo vencido. 
Lo ayude a pararse y me miro un tanto molesto:
- ¿No te dije que esta era mi batalla?
- Lo sé… pero no te dejare morir… (Respondí segura). 
Sin darme cuenta alguien me sujeto de la cintura, provocando que no me pueda mover. Comenzó a correr para llevarme al caballo.
Federico me siguió a toda velocidad, gritando mi nombre desesperadamente.
Cerré los ojos y susurre unas palabras, que yo solo comprendía. 
De la nada la tierra comenzó a moverse, haciendo que crezcan pequeñas plantas de ellas, el hombre intento subirme a su caballo, pero no puedo ya que esas pequeñas plantas le sujetaron los pies. No pudieron moverse y con velocidad me acerque hacia Federico.
El solo me abrazo tiernamente, pero se separo rápidamente.
-Vamos dije subiéndome a unos de los caballos, el no pronuncio palabra alguna y nos fuimos a toda velocidad…