"Capitulo: 24"

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“Narra Saray”
Nos encontrábamos caminando, ya que Federico había perdido su caballo, llevábamos caminando varias horas, estábamos demasiados agotados, y con bastante hambre.
- Descansemos aquí… (Dijo Federico sentándose junto a un árbol).
- De acuerdo… (Suspire cansada, sentándome junto a el).
- Tengo demasiada hambre… (Protesto Adelaida tocándose el estomago).
- Yo igual… (continuo Federico).
- ¿No tenemos nada para comer? (Pregunte pensativa).
Federico negó con la cabeza rápidamente.
Yo camine lentamente en el medio de unos inmensos arboles, cerré los ojos y alce mis manos al compas del viento, rápidamente mi cabello comenzó a flotar y los arboles temblaron provocando que de ellos caigan cientos de frutos diferentes,
Federico y Adelaida me quedaron mirando asombrada mente.
- Ahora podemos comer. (Dije levanto una manzana del suelo y dándole una gigantesca mordida). 
- Sabroso… (Comente con la boca llena).
Federico tomo una manzana al igual que Adelaida.
Los dos le dieron una inmensa mordida.
- Mmmm… es la manzana más deliciosa que pobre en toda mi vida. (Dijo Adelaida llena de alegría). 
- Que maravilloso don tienen Saray…
- Gracias Adelaida... por cierto ¿Cuál es tu don? (Pregunte terminando de comer mi manzana).
- Mi don es demasiado extraño, tengo el control de los animales… (Dijo en seco).
- Guau eso es realmente asombroso… (Termine de decir con la boca casi entre abierta).
De la nada las hojas de los arboles comenzaron a moverse ferozmente, todo el lugar temblaba, me asuste por un momento pues no sabía que estaba pasando, cuando de pronto en el horizonte del gran cielo pudimos notar que había un gigantesco dragón color negro.
Mis ojos se abrieron como dos platos y comencé a correr junto con Federico y Adelaida.
El dragón noto nuestra presencia y no tardo en atacarnos, comenzó a soplar de su boca un fuego ardiente.
Pude notar que en su frente tenía el cello de los guerreros de fuego, otra vez no estaban atacando, maldita sea.
- Al suelo… (Grito Federico empujándonos a las dos, el fuego nos rozo en la espalda).
Sentía demasiado miedo, jamás en mi vida había visto un dragón, intentamos levantarnos pero nuevamente el dragón provoco el gigantesco fuego.
- ¿QUE HACEMOS? (Dije desesperada).
- No lo sé… (Grito Adelaida).
- Adelaida… ¿tú no puedes hacer algo?, dijiste que tenias el don de los animales. (Dije con algo de esperanza).
- Si… pero no de DRAGONES!!!!.
Federico se levanto rápidamente del suelo y saco su espada, comenzó atacar a la inmensa bestia.
- NO FEDERICO, ES PELIGROSO. (Grite demasiada asustada).
- Alguien tiene que pararlo. (Grito).
El dragón evito a Federico, observe que él me miraba a mí, rápidamente comencé a correr con todas mis fuerzas, tenía demasiado miedo, el lanzaba un gigantesco fuego, de la tierra provoque que salieran inmensas plantas carnívoras que lo comenzaron atacar, pero él no tardo en vencerlas.
Maldije por lo bajo, el dragón se acerco más hacia mí, volvió a soplar un terrible fuego que rozo contra mi brazo izquierdo provocando que caiga desvanecida del dolor al suelo.
Grite desesperadamente, dolía demasiado, el dragón se paro junto a mí, para ese entonces Federico y Adelaida se encontraban demasiado lejos.
Rápidamente sentí como me iba desvaneciendo aquel dragón comenzó absorber mi poder de una manera dolorosa, cada vez sentía que tenía menos fuerza, aquella bestia estaba quitándome todos mis poderes con solo soplar un aire de su boca.
Note como Federico lo ataco por detrás generando que aquel monstruo ruga del dolor, él le había cortados las inmensas alas, el dragón corrió con todas sus fuerzas asustado. 
(…)
Saray comenzó a cerrar los ojos con dificultad, se encontraba pálida y tenía la respiración entre cortante, aquel muchacho se acerco a ella rápidamente y la sostuvo entre sus brazos.
- Saray, Saray despierta, Saray vamos no te vayas quédate conmigo… (Decía el demasiado alterado).
Pero lo único que presencio fue como ella había acabo de cerrar los ojos.

"El Reino Perdido"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora