𝐌𝐔𝐄𝐒𝐓𝐑𝐀𝐒 𝐃𝐄 𝐀𝐌𝐎𝐑 ━━━ 𝐡𝐚𝐨𝐬𝐨𝐨𝐧 ❜

XVII

Seis meses pasaron, tan rápidos y aburridos para Minghao, y tan eternos y agónicos para Soonyoung.

Los días del peligris se basaron en encargarse que la misteriosa desaparición de Jeon Wonwoo y Kwon Soonyoung fuese creíble para sus padres, amigos y demás personas involucradas en la vida de ambos. No fue fácil, pero un par de e-mails fueron suficientes para burlar a todos los crédulos. Por otro lado, Soonyoung pasaba sus días en una desesperación total que era nublada algunas veces por las cortadas que provocaba en su propia piel. El pequeño de mechones azabaches aprovechaba el hecho de vestir una camisa de manga larga y la carencia de luz en el desolado sótano para ocultar su sufrimiento en forma de heridas.

Durante dichos seis meses, Soonyoung cambio de múltiples maneras. Su cuerpo ya no era musculoso y bien formado, ahora estaba demacrado y manchado de todo tipo de heridas, además de un adelgazamiento poco saludable debido a la pobre alimentación que tenía. Siempre le adornaban bolsas oscuras debajo de sus cansados ojos, y su voz se quebraba con suma facilidad. Además en el ámbito emocional, ¿Acaso era necesario mencionarlo? El pobre chiquillo era infeliz en todo aspecto, se odiaba; la voz infernal en su cabeza sólo se hacía más fuerte cada día que transcurría, a tal punto que atormentaba sus sueños, convirtiéndolos en horribles pesadillas.

Y su único alivio temporal era ese cuchillo sobre su piel o sus uñas rasgando sus muñecas para re abrir las heridas frescas.

¿Por qué no te suicidas de una buena vez? Nadie te ama, nadie te extrañará. Soonyoung sollozaba intentando tragar el llanto que amenazaba con salir en demasía, ese día en especial la voz de sus pensamientos era más fuerte y destructiva, rompiéndole el corazón sin necesidad que Minghao se encontrase ahí soltando veneno en forma de insultos.

La única razón por la el pequeño y demacrado chiquillo no tomaba la opción de la muerte era simple, y al mismo tiempo compleja: Xú Minghao.
¿Cómo se puede ser tan imbécil? Pensarían muchos, ¿Cómo se puede seguir amando a alguien que hizo todo eso? La respuesta por parte de Soonyoung era más simple y breve de lo que cualquiera pensaría.
"Él fue el único que me ayudó y me amó cuando nadie más lo hizo. Todo esto es por amor."

El pobre e iluso azabache, en su negación, seguía viviendo en ese mundo de fantasía donde creía fervientemente que Minghao le castigaba porque le amaba. Que todo era su culpa por causarle infelicidad y por ello merecía cada uno de los golpes, insultos, violaciones... incluso merecía sufrir por la muerte de Wonwoo.

Soonyoung tomó una bocanada de aire antes de recostar su cuerpo contra el frío suelo del sótano, y una vez se acomodó soltó todo el aire que sus pulmones habían retenido. Podía jurar que llevaba más de veinticuatro horas sin dormir, aunque no podía ser preciso al haber perdido toda noción del tiempo.

Cerró sus ojos y en menos de cinco minutos, cayó en un sueño profundo. Para su suerte, no tuvo algún tipo de pesadilla, aunque tampoco tuvo sueños. Solamente un espacio negro, y ese había sido la siesta más calmada que pudo tener en meses.

(...)

El recibido característico de la puerta inundó el silencioso espacio, seguido de los pasos de Minghao al bajar las escaleras. Soonyoung abrió lentamente sus ojos, ajustando su vista para visualizar al peligris frente a él, observándole desde arriba con un rostro inexpresivo.

-Hola, Soonie. -La voz de Minghao hizo presencia, causando un gran asombro en el pequeño azabache; por primera vez en mucho tiempo, el tono de voz del menor era calmado y en cierto punto se podría decir que sonaba animado.

-Hola, Hao. Te he extrañado mucho.

-Y yo a ti, mi vida.

Y, como si el mundo y las circunstancias que les rodeaban no existieran, ambos pasaron un tiempo juntos. Como antes; donde se juntaban rutinariamente para charlar de trivialidades, sin temas especiales ya que lo único que importaba era la presencia del otro. Soonyoung sentía una calidez inundando su pecho al poder compartir un momento así de nuevo con la persona que amaba, sin peleas ni golpes.