1. El novio llavero

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El Novio Llavero

Canción:

18; Anarbor

—El tiempo pasa, ¿Sabes?, y a veces eso está bien. Solamente tienes que ser optimista.

O eso le había dicho Chan a MinHo el primero de enero, antes de que una pandemia se les viniera encima.

La llegada de la nueva década era algo que daba a esperar de manera ansiosa para los habitantes del pueblo, donde los tarotistas atraían las buenas energías para así tener mejores cosechas como también los agricultores comenzaron a proyectar con buen pronóstico sus cultivos. Sin embargo, aún con la llegada de la nueva década, nada los apartaba de lo anticuado.

La gente del pueblo prefería ver televisión por cable que vía satélite, porque entre cerros la conexión no era muy buena, al igual que el internet y las señales telefónicas. La conectividad no era muy buena en ningún ámbito; por lo que para enterarse de noticias recurrían al clásico periódico, y para la música había una diversidad de tiendas en la galería del pueblo donde cada una especificaba en los gustos. La actividad era alta; el televisor era del último aparato usado al igual que el celular, es por eso por lo que todos recurrían a su clásica y leal amiga:

La radio.

Los murmullos y conversaciones amigables eran recurrentes, en especial cuando todos se conocían en el pueblo.

Cerca de los álamos y del bosque, un poco más allá alejado de la intensidad del pueblo y sus habitantes, se encontraba un chico característico de cabello negro que había revolucionado al pueblo con sus tatuajes de estrellas en el cuello, apoyado en los inseguros parapetos de madera del viejo puente bautizado como 'el puente de los besos', mientras escuchaba en su mp3 un poco de los conocidos Simple Plan, tamborileando sus dedos al compás de la batería y perdiéndose en sus vagos pensamientos junto al humo de su cigarrillo.

Era un mal vicio, claro está; sin embargo, en la sociedad donde había dos tipos de juventud: los que hacían algo para cambiar su futuro o los que no estimaban tener uno, Lee MinHo era catalogado forzosamente en esa segunda estancia, y aunque su padre lo regañase por sus dientes tintados, el pelinegro se decepcionaba de que a su padre le preocupase más su laburo de dentista del pueblo que por los pulmones de su hijo.

I remember every sunset, I remember every word you say... —canturréo MinHo con tranquilidad, viendo como el riachuelo carreaba sonoras piedras, sintiéndose orgulloso de la lista de canciones que él había creado, titulada "Canciones que Lee Know usa para sentirse protagonista"—, we will never gonna say goodbye...

...Será divertido.

—Por favor, Yuna, no seas vándala.

—Todo el mundo lo hace, Hannie, o me vas a decir que nunca nadie lo ha hecho.

—Si haces el grabado no te iré a dejar a tu casa.

—Hannie~

—No me digas, Hannie, por favor.

MinHo giró su cuerpo con curiosidad hacia el lazo izquierdo para ver, como metros más allá, la chica de la relación estaba acuclillada con una navaja en sus manos mientras que el otro chico de polerón grande le hablaba. Pudo reconocerlos como sus compañeros de escuela ya que ellos no tendían a pasar desapercibido, pero solamente conocía directamente a la chica por ser compañero de salón: Shin Yuna; era activa en las actividades municipales del pueblo al igual que en las actividades escolares, además que todo el mundo gustaba de ella por ser una rubia extrovertida. También reconoció a su acompañante, pero no por el nombre; lo reconocía por ser miembro del club de astronomía los jueves, por tener el cabello ridículamente anaranjado y por secundar a su novia en todo lo que ella se proponía.

Mr. Brightside; MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora