51. ¿Cómo terminó todo así?

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¿Cómo terminó todo así?

Canción:

Mr. Brightside; The Killers

TW- mención de suicidio

A primera instancia, cualquier persona con dos dedos de frente no aceptaría la invitación de un extraño para comer. Pero como JiSung había devaluado tanto su vida que en realidad no le importaba.

Aunque, eso no lo tentaba a querer salir corriendo.

Ramyeon de verduras para ti. Tteokbokki para mí... —murmuró el hombre con notoria felicidad.

JiSung miró un momento su plato, cayendo finalmente en cuenta de lo que significaba.

—No tengo dinero —se apresuró en decir JiSung en voz baja—. No sé cómo pagarle.

—Ah, no importa, no importa —renegó enseguida el hombre, sonriendo bajo su barba antes de empezar a comer.

La mesa se quedó en silencio. El hombre comía con entusiasmo; emitiendo un pequeño ruido de delicia por cada cosa que ingería haciendo a JiSung sentirse más y más incómodo.

—Come, come —alentó el hombre, viendo como JiSung no se movía—. A los quince yo comía todo lo que se me atravesaba. Era una bestia.

—Tengo dieciocho —volvió a responder en voz baja.

—Son los nuevos quince.

Vacilante, JiSung, tomó los palillos y los desfundó. Volvió a abrir el pote y, jugando con la sopa, revolvió un poco los fideos para que se despegaran.

—¿Y?, ¿Eres de por acá cerca? —el hombre se esmeraba en hacer una conversación. JiSung se mantuvo en silencio—. Soy de Nowon-gu, por ahí en las calles bajas cerca de la avenida, ¿Lo ubicas? —negó—. Vivo entre una pollería y una pescadería- en edificios sobre los locales. Un consejo para tu vida adulta: son los más baratos. No arriendes esas porquerías de departamento que no tienen ventana. Claro, el olor a comida puede ser asqueroso, pero son un gran espacio y estarás siempre seguro, así que puedes llegar a la hora que quieras a casa.

JiSung asintió, mostrando que tomó el consejo. El hombre siguió hablando, contando experiencias en su vivencia ahí y en su trabajo de traductor e intérprete que le daba lo suficiente para subsistir.

—¿Tu casa queda muy lejos de acá? —volvió a preguntar el hombre, revisando su reloj de muñeca—. La hora punta continúa..., pero conozco una estación de tren no muy lejos de acá que no alza los precios a esta hora- si sabes a lo que me refiero.

—Uh- no me sirve demasiado...

—¡Oh!, ¿Eres de pueblo?, tienes un acento realmente marcado —canturreó agraciado, apuntando indiscriminadamente a JiSung—. ¿Sansu-ri?, ¿Changchon-ri?, ¿Gajeong-ri?

Ante cada mención JiSung negaba, pareciéndole lógico que no debería darle ese tipo de información a un extraño. —Un pueblo cerca. Necesito llegar al terminal interurbano.

Ash, pero eso queda muy lejos de aquí —apuntó el hombre.

«Ni siquiera sé dónde estoy parado.»

—Entonces, cuéntame —una vez más, el hombre se recostó en el respaldo de la silla—. ¿Qué te trae por aquí?, ¿Qué hace un chico de quince un jueves en la tarde en Seúl?

—Tengo dieciocho.

—Lo mismo.

JiSung no se había dado cuenta de que el hombre se encontraba esperando de su respuesta, por lo que terminó soltando un suspiro antes de colectar un poco de fideos en los palillos. —No tengo que hablar de estas cosas con gente que no conozco.

Mr. Brightside; MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora