Capitulo 35

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— Estas pastas son excelentes. — le dijo Taehyung a Jungkook a mitad de la cena. 

El restaurante era de lujo, Jungkook se sentía un poco fuera de lugar. 

— Sí... bueno,  he comido mejores fideos. 

— Que pocos gustos culinarios tienes, Jeon. — dijo Taehyung dando otro bocado mientras probaba el vino tinto. — Mm ¿estás seguro de que no quieres probar? — le preguntó por milésima vez en la noche. — está delicioso. 

— No me gusta el alcohol, amor... ¿Cuántas veces voy a tener que decírtelo? Aparte el vino me parece asqueroso. 

Taehyung dejó su copa al lado y se sirvió un poco más. 

— Que pocas pailas gustativas tienes. 

Jungkook se alzó de hombros y bebió de su agua. 

Estaban pasando una linda velada. Era su primera cita oficial. 

Las cosas estaban saliendo bien. 

Taehyung alargó su mano hacia el otro lado de la mesa y tomó la mano de jungkook con delicadeza. 

— Me gusta estar aquí contigo. 

— A mi contigo, Hyung. — Jungkook le dio un apretón de mano, que significaba que lo quería realmente. —oye... con respecto a YeonJun y Soobin... ¿Qué podemos hacer para ayudarlos?

Taehyung se mantuvo pensando por un momento, luego le soltó la mano y pidió la cuenta. 

— No lo sé... Soobin al parecer ya no quiere saber nada con Jun.  Y Jun no está dispuesto a sacrificar su dignidad para que Soobin le de una nueva oportunidad. Aparte... no creo que se la dé. 

— Comprendo... pero aún así... ellos dos, quizás se merecen estar juntos. 

— Bueno, esa será su propia decisión. No la nuestras. Nosotros ya intentamos hablar con YeonJun, pero si el no quiere arriesgarse, no lo hará y listo. Soobin encontrará a alguien que le haga saber que vale la pena luchar por él. 

— Yo... yo creo que YeonJun está luchando. 

— ¿Sí? — pregunto incrédulo. — ¿Cómo puedes saberlo siquiera?

Jungkook me señala la ventana con la cabeza. 

— Por que están ahí afuera discutiendo. 

Soobin estaba dolido de todas las maneras posibles

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Soobin estaba dolido de todas las maneras posibles. Esa noche solo le apetecía ir a comer a un restaurante solo y aparecía YeonJun, de la nada, con un ramo de flores y una caja pequeña de chocolates blancos. 

— Es muy tonto de mi parte decir que me perdones. — fue lo primero que le dijo al verlo. — te estuve esperando frente a tu casa... quería hablar contigo, pero te seguí hasta aquí. 

—¿Ahora resulta que eres un acosador?  — Soobin se cruzó de brazos y observó a su mejor amigo de pies a cabeza: YeonJun estaba destrozado completamente. Tenía ojeras y los cabellos negros azabaches revueltos hacia cualquier lado. Se notaba que no había dormido nada. 

— Solo... escúchame por favor. — dijo él, aproximándose a Soobin. 

— ¿Acaso tu me escúchate cuando te dije FRENTE A TODA LA ESCUELA QUE TE AMABA? ¡Pues no! ¡me dejaste ahí sin mas y te fuiste, orgulloso de ser hetero! Orgulloso de dejarme solo. 

YeonJun negó con la cabeza y bajó el ramo de flores. Los hombros le temblaban. 

—Yo... yo sí te quiero.

— Pero como un amigo. — rechistó Soobin, dando un paso hacia adelante. Algo le daba la impresión de que YeonJun se iba a desmayar ahí mismo. Por mucho que ahora lo detestase, no podía dejar que se cayera y se golpeara la frente o la nuca. — tu mismo lo dijiste. "nunca te voy a amar, no te necesito" — A Soobin le temblaba la voz. — si no me necesitas, ¿para qué rayos me buscas ahora? 

YeonJun dio otro paso adelante y volvió a tenderle las flores y los chocolates. 

— No creas que con un regalo solucionarás las cosas. — dijo Soobin —Me parece muy tonto de tu parte, Choi. 

YeonJun abrió los ojos, Soobin lo llamaba por su apellido solo cuando de veras estaba cabreado con él, lo cual había sucedido muy pocas veces en diez largos años. 

— Yo tenia miedo y sigo teniendo miedo — contestó Jun, roto. — pero te amo desde el momento en el que nos hicimos amigos. Me oculté toda la vida, y no supe qué hacer cuando tu me dijiste que también me querías. — YeonJun miró las flores y se dio por rendido. ¿para qué las había comprado? Soobin tenía razón, no podía arreglarlo todo con un presente bonito. YeonJun se dio media vuelta, con la garganta cerrada y lo miró sobre su hombro. — tienes razón, Soobin-ah. No sé qué estoy haciendo aquí, fui tan cruel contigo que ni siquiera te merezco. — YeonJun lanzó las flores al piso y luego se dio la vuelta para darle los chocolates. — quédatelos, después de todo a mi no me gustan. 

Y luego desapareció por la calle desolada, con el corazón en un puño. 

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Pobres bebés, si que los hago sufrir. :(

Hate to love you *TK* ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora