Es la época de los 90's y Taehyung tiene una enemistad de muerte con Jeon Jungkook, ese chico lo pone loco del remate, y no solo eso, sino que Jungkook se junta con sus antiguos mejores amigos, quienes lo dejaron de lado por ser gay (¡un maldito ma...
A la mañana siguiente, YeonJun golpeó con fuerza su casillero. Tan fuerte que le dejó el puño clavado en el medio.
En su casillero tenía escritas un monto de cosas, burlándose de él y de Soobin.
Todavía no podía creerlo. ¿Cómo era que Soobin se había dado cuenta?
Lo había ocultado tan bien... se había burlado de Taehyung, de Jungkook de algunos otros alumnos en los cursos menores, para que nadie sospechara.
Pero se le escapó que Soobin lo conocía desde hacia diez años.
Se le escapó ese gran detalle.
Y ahora él había arruinado una amistad larga y leal solo por un secreto. Le había mentido y ahora ya era demasiado tarde para ofrecerle una disculpa.
YeonJun le había dicho que no lo amaba...
Qué gran mentira.
El pasillo comenzó a llenarse de los estudiantes que iban apareciendo. En eso Soobin entró desde el patio y se dirigió a su casillero, que por mala suerte, era el consecutivo de YeonJun.
No le dirigió la mirada. Solo se fijo en la magulladura que presentaba la superficie roja metálica del casillero de YeonJun y supuso que él seguiría enojado. Sacó sus cosas y cerró el casillero otra vez, con llave.
En su casillero no había carteles de broma, Soobin era el líder de la clase, y nadie podía meterse con él. Más bien, no querían meterse con él. Su casillero estaba limpio de humillación.
El de YeonJun no.
Soobin dio un paso y YeonJun lo tomó de la chaqueta de licra negra.
— Soobin-ah...
Soobin se zafó de su agarre. Volteó su cabeza sobre su hombro y le dijo en tono neutral:
— Tú no me necesitas... entonces no me hables.
Y se fue directo hacia el salón de los de primer año, con BeomGyu, uno de sus amigos mas jóvenes.
YeonJun se quedó solo en el pasillo. Jungkook y Taehyung lo estaban observando desde los baños, escondidos.
— Sí te necesito. — Le susurró al aire.
Ahora estaba solo, y todo era culpa suya.
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