Es la época de los 90's y Taehyung tiene una enemistad de muerte con Jeon Jungkook, ese chico lo pone loco del remate, y no solo eso, sino que Jungkook se junta con sus antiguos mejores amigos, quienes lo dejaron de lado por ser gay (¡un maldito ma...
Los labios de Jungkook se deslizaban sobre los de Taehyung con lentitud. Al principio fue una leve caricia en la que ambos dudaron en unir sus labios, tal caricia cual susurro, cual secreto.
Respiraban uno el aliento del otro. Mantenían sus frentes unidas, y al final Taehyung se aventuró a atraer a Jungkook todavía mas cerca de su propio cuerpo. Ambas de sus manos reposaban bajo la chaqueta del menor, acariciando la tela de su remera, con fuerza, con ansias y deseo culposo.
Lo odiaba, lo odiaba por haber caído en sus manos.
Y por eso sucedió lo inevitable.
Taehyung actuó rápidamente y Jungkook no tuvo tiempo de pensar en nada más. Taehyung se acostó sobre él en la cama y empezó a besarlo en los labios, tal como si nunca hubiera besado a nadie más.
Las piernas de Jungkook se separaron para que Taehyung se acomodara entre ellas.
Su cerebro le preguntaba por qué estaba haciendo algo como eso, pero su corazón solo le gritaba que se callara por un maldito momento. Que disfrutara de los labios tan sabrosos y suaves de Jungkook.
Que en ese momento le pertenecían a él y a nadie más.
Taehyung nunca había sentido una carga eléctrica y emocional como aquella. No estaba excitado, para nada, pero si se sentía embriagado por la escencia de Jungkook. Por sus labios al recorrer los del contrario. La suavidad, la textura, lo bien cuidados que estaban.
Aparte de que tenían un ligero sabor a fresa, gracias a las malteadas tan deliciosas del parque de diversiones. Se sentía exquisito.
Jungkook, por otro lado, estaba en las mismísimas nubes: era como si su cerebro se hubiese apagado al cien por ciento, al igual que su cuerpo. Apenas movía sus manos que estaban sujetas a la espalda y el hombro de Taehyung. Por poco y apenas se había dando cuenta de lo que estaba sucediendo cuando la lengua de Taehyung se abrió camino entre sus labios.
Fue una de las mayores sorpresas de su vida.
Jungkook había besado a muchas chicas solo para mantener la mentira y jamás le había llegado a gustar ni a disfrutar. Pero esto, los labios de un chico, de un hombre, de un varón que de vedad le gustaba desde hacia tres malditos años...
Ah, se sentía jodidamente celestial.
La lengua de Taehyung recorrió con lentitud el labio inferior de Jungkook y luego lo mordió con un poco más de fuerza, solo la necesaria para que eso se sintiera jodidamente sexy, sin lastimarlo.
Las piernas de Jungkook se cerraron al costado de las de Taehyung y éste profirió un gruñido escandaloso.
Jungkook no supo cuánto tiempo había necesitado oírlo. Ahora creía que no podía vivir sin volver a escuchar ese sonido tan magnifico que él mismo había provocado. A Taehyung le había gustado, y su voz carrasposa, varonil y gruesa se lo habían confirmado con un simple gruñido dramático.
Taehyung pasó sus manos de la nuca de Jungkook hasta su pecho y ahí se quedaron un momento, intentando canalizar el latido del corazón de Jungkook, pues quería, ansiaba saber si él no era el único en sentir que el corazón se le iba a salir del pecho.
Al parecer, Jungkook estaba peor.
Jungkook tomó a Taehyung desde la nuca para profundizar el beso y abrió los ojos tan solo un segundo para verle la expresión y lo que vio lo dejó anonadado:
La expresión facial de Taehyung era como ver un mar de estrellas brillar en medio del océano. Algo mágico, pues a pesar de sus nervios, su rostro se mantenía tranquilo, como si necesitara a Jungkook como el aire para respirar.
Como si lo necesitara para mantenerse vivo.
Y ese pensamiento, animó a Jungkook a morderle el labio y llevar el beso un paso más allá.
Ahora era él quien lo controlaba.
Atrajo a Taehyung todo lo que pudo contra su cuerpo y dejó sus manos en las mejillas del contrario. La saliva se le mezclaba y se separó solo un momento para tomar aire, pero cuando Jungkook quiso volver a besarlo, Taehyung se alejó, embobado.
Lo miró a los ojos, completamente colorado de la vergüenza.
Taehyung se pasó la lengua por los labios, deseoso de más. Pero por dios, necesitaba respirar, que se moría.
— Increíble. — dijo Jungkook.
— Jamás pensé que besarte se sentiría tan... — pero Taehyung no sabía que palabra usar. O más bien sí, pero temía decirla.
— ¿Tan...? — quiso saber Kook.
Taehyung tragó saliva, y acercó su nariz a la de Jungkook. Sus labios rozaron y él susurró sobre sus belfos:
— Tan jodidamente necesario.
Jungkook sonrió y sus ojos se encendieron como dos fuegos, pero Taehyung vio una galaxia en ellos.
— ¿Qué crees que sucedería si volvemos a besarnos? — le preguntó jungkook, suavemente.
Taehyung no se resistió.
— Naturalmente, seria todo un problema. — le guiñó el ojo. — y yo, amo los problemas. — le susurró al oído.
—Será mejor que cierres esa puerta con seguro, entonces.
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