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Los alumnos de Hogwarts estaban muy contentos y emocionados por el torneo, donde habían venido dos diferentes escuelas a participar.

Sin embargo, algunos se molestaron bastante cuando supieron que el torneo era para mayores de 17 años. Algunos como los gemelos Weasley estaban furiosos e indignados, ellos querían participar como fuera.

Los alumnos iban metiendo su nombre en el cáliz, donde este elegiría a un estudiante de cada escuela. En ese momento los gemelos entraron con dos frascos en la mano.

Habían conseguido fabricar una poción envejecedora ya que según ellos, era muy injusto que por unas semanas no podían participar.

-George... mira quien está.- dijo Fred de repente mirando de reojo a Jaylene que hablaba con su amiga tranquilamente.

-Parece que alguien no puede parar de mirarte...- susurró Emma emocionada, provocando que la platinada mirara al pelirrojo el cual le dedicó una pequeña sonrisa.

Jaylene trató de no devolverle la sonrisa pero era prácticamente imposible cuando era lo que más deseaba en ese momento.

Ese gesto pareció motivar al pelirrojo quien se puso muy nervioso y contento.
-Listo Fred?- le preguntó con una sonrisa.
-Listo George!- le respondió este.
-Hasta el fondo!- dijeron antes de beber la poción entera.

Todos miraban como ambos gemelos saltaban la línea de edad que Dumbledore había dibujado como protección.

Al dejar sus nombres dentro del cáliz, ellos parecían muy contentos hast a que estos papeles salieron disparados al igual que ellos quienes estaban de lo más confundidos.

Cuando se dieron cuenta, empezó a crecedles una inmensa barba blanca, provocando risas de parte de todos.

Que humillación.

Esa humillación fue interrumpida por el silencio que reinó cuando el mismo Viktor Krum junto con más búlgaros pusieron su nombre dentro del cáliz.

George se dijo en Jaylene que miraba a los chicos del norte al parecer interesada y los celos inmediatamente le llegaron.

-Esos?- le preguntó Emma burlándose de los gustos de su amiga.- Prefiero que acabes con George Weasley que con un búlgaro.
-Por qué no buscas alguna francesa?- le preguntó la platinada de manera divertida.

-Al menos son más atractivas que... oh cielos.- dijo cuando vio que se acercaban hacia ellas.
-Que hacen unas damas tan bonitas solas?- les preguntaron con una sonrisa encantadora.

-Wow, digo que es un gusto, mi nombre es Emma Vanity, y ella es...- empezó a presentarse la rubia de forma amigable.
-Jaylene Malfoy, es un gusto conocerrte al fin.- le dijo uno besándole la mano a la chica quien estaba de lo más sorprendida.

-El gusto es mío.- contestó ella con una sonrisa.
-No está sola, par de idiotas, dejar a mi hermana en paz.- dijo alguien colocándose al lado de ambas chicas quienes rodaron los ojos.

-Eso! Son nuestras novias.- dijo un chico moreno con mucha seguridad.
-No, no lo eres.- le dijo Draco ahora confundido.

-Perdonarlos, son un poco idiotas pero son amables cuando los conoces.- dijo Emma con una sonrisa coqueta.

-Que pasa aquí?- preguntó Viktor Krum situándose al lado de sus compañeros dejando a Blaise y Draco fascinados.
-Ahorra teníamos pensado darr un paseo porr
Hogwarrts, si gustan pueden acompañarrnos.- dijo uno de sus amigos haciendo que el platinado y el moreno asintieran encantados.

George y Fred quien seguían con la barba, no tuvieron más remedio que ir a enfermería, no son antes el gemelo menor mirar a la chica que hablaba con los búlgaros encantada.

Que debía hacer contra eso? George Wealsey traidor a la sangre? Aún recordaba el asco de la cara de Lucius Malfoy al mirarlo.

Entonces, por qué con Jaylene era diferente?
-Vamos Georgie.- le dijo Fred llamándolo para ir a enfermería.

-Claro, os podemos enseñar Hogwarts... vienes?- le preguntó a Jaylene quien dudó.
-Eh, yo... no me encuentro bien. Podéis ir vosotros, nos veremos luego.- mencionó ella ahora con una pequeña sonrisa.

-Te encuentras bien?- le preguntó Draco ahora mirando a la chica quien asintió.
-Si Draco, no hace falta que te preocupes tanto.- dijo acariciando el brazo donde su padre le había tomado.

-Sabes que tengo que hacerlo. Si te encuentras muy mal, duerme un poco.- le sugirió este. Jaylene por otro lado le dio un beso en la frente para dejarlo ir con su ídolo.

Era difícil mentirle a su hermano pero que iba a decirle? Oh Draco, no quiero ir con los búlgaros por que me preocupa George y quiero ir a visitarlo a enfermería. Sin duda no era una opción.

Los gemelos por otra parte estaban estirados cada uno en una camilla esperando que el efecto de vejez pasara cuanto antes.
-Que crees que este haciendo?- preguntó de repente George de un suspiro.

-Y tu crees que lo sé? No soy vidente.- le respondió Fred sentándose en su camilla algo adolorido. Cuando lo hizo, abrió los ojos para encontrarse con la chica que le pedía que estuviera en silencio.

Una sonrisa apareció en el rostro de Fred que miró a su gemelo quien aún no se había levantado y seguía mirando al techo.
-Entonces... por que estas triste?- le preguntó este.

-En serio me estás preguntando eso?- dijo este.- Mi vida es un desastre y ella no me hablará más y yo no se que hacer.
-Ah, y ella... ella por qué es importante?- le preguntó con una sonrisa divertida.

-Que eres un terapeuta o algo? No lo sé, ella es la definición de perfección.- dijo ahora mirando a su gemelo de reojo.- Por qué la pregunta?

-Oh, no es nada. En serio, pero quien es ella?- preguntó Fred mientras se levantaba lentamente.- Solo por si las dudas...

-Qué? Quien va a ser!? Jaylene, es que aún no lo sabes?- preguntó sentándose de golpe encontrándose con la chica.- Mierda.

Iba a matarlo uno de esos días.

Fred trataba de no reír mientras se retiraba lentamente del lugar y le guiñaba el ojo a la chica.
-Que haces... tú, por qué estás aquí?- preguntó este ahora avergonzado.

Jaylene frunció el ceño.
-Sabes? No tengo ni idea por qué estoy aquí, cuando debería estar lejos de ti pero estaba preocupada.- admitió ella cruzándose de brazos, haciéndola lici más tierna a los ojos de George.

El pelirrojo se levantó finalmente, quedando cara a cara. Lo cierto es que Jaylene no era baja, al igual que su familia, podía llegar a alcanzar el metro setenta tranquilamente.

-Bueno, ahora que estás bien... me voy.- dijo algo nerviosa ganándose una mirada divertida del pelirrojo.
-Jaylene, por favor, yo...- empezó a decir algo confuso.- Gracias por... venir.

Ella asintió con la cabeza antes de irse y dejar una pequeña sensación de cosquilleo en George y una pizca de esperanza.

my weakness (George Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora