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-Menos mal, pensábamos que os había pasado lo peor...- dijo Molly una vez habían entrado en Hogwarts junto con toda la orden.

Ron y Hermione los esperaban mientras que Harry había ido junto con Ginny al gran comedor de incógnita con los demás. Ahora que Snape había ocupado el puesto de Dumbledore como director, el colegio que algunos podían llamar un sueño se había vuelto una completa pesadilla.

-Estáis todos bien?- preguntó Hermione mientras revisaba por última vez el plan.

Ron por otra parte suspiró mientras miraba de reojo a George quien no le había dirigido la
palabra desde el día que discutirnos por Jaylene.
-George...- empezó a decir algo inseguro, haciendo que este no lo mirara.

-Si tienes algo que decir... Fred estará encantado de escucharte.- mencionó este dándole la espalda.
-Necesito hablar contigo, es importante.- insistió este ahora arrepentido.

El gemelo bufó para ignorarlo e intentar separarse de su hermano pequeño. Sin embargo este sol ose piso delante de él.
-George.- dijo este.

-Me da igual lo que me tengas que decir, no voy a cambiar de opinión sobre ella.- dijo este muy seguro de si.
-Por eso! Quería hablarte de Jaylene!- dijo finalmente este dejando sorprendido al pelirrojo quien se cruzó de brazos.

-Acabas de llamarla por su nombre?- preguntó sin entenderlo.- Que ha pasado?
-Eso es lo que te quería decir... yo, realmente lo siento por decir todas esas cosas.- dijo este ahora algo nervioso.- Estuvo mal.

-Estuvo horrible.- añadió Fred pasando casualmente por ahí.
-Cállate.- le pidió Ron ahora rodando los ojos.

-No lo entiendo.- murmuró ahora George mirándolo raro.- Y ese cambio radical?
-Ella... nos salvo a los tres, es decir, nos abrió la puerta de las mazmorras para poder escapar. Ella... es buena.- dijo este finalmente ganándose una mirada de preocupación de su hermano.

-Esta bien? Jaylene está bien?- le preguntó ahora muy nervioso.
-Eso creo... bueno, no se veía muy contenta, pero quien no, su padre da escalofríos...

Era verdad que Lucius diera tanto miedo? O al menos que lo transmitiera por qué en el fondo... el señor Malfoy era el más cobarde de todos.

-Jaylene, Draco!- los llamó inmediatamente haciendo que los chicos bajaran de inmediato las escaleras.- Preparaos.

El platinado frunció ole ceño y se evitó preguntar al respecto.
-Para qué?- preguntó sin poder contenerse la chica ganándose una mirada de odio y enfado de su padre.

-Nuestro señor requiere nuestra presencia, es la hora de acabar finalmente con todo.- dijo mientras se colocaba una chaqueta d ell más cara.- Que hacéis aún ahí?
-Acabar con todo? A que se refiere con eso?- volvió preguntar ella sin entender o al menos esperando no hacerlo.

-Harry Potter se encuentra en Hogwarts, es la oportunidad perfecta para matarlo de una vez por todas y acabar con la profecía. Cuando eso pase, nosotros estaremos en el lado correcto.- contestó Narcisa por su marido con tranquilidad.

Jaylene miró a Draco quien no decía nada, estaba demasiado perdido y claramente ninguno de los dos quería enfrentarse a la gente que consideraba su familia.

-Vamos Jaylene, a que esperas?- le preguntó ahora nervioso Lucius mientras la miraba incrédulo.
-No quiero hacer esto.- murmuró ella mirando su varita.- Que pasa si Voldemort no gana?

Y lo siguiente que se escuchó, fue la mano del señor Malfoy impactar con la mejilla de la chica, asustando a Draco quien miró a su padre molesto y furioso al igual que Narcisa quien apartó al hombre de golpe.

-No te atrevas a decir su nombre de nuevo! No te atrevas a decir que nuestro señor es débil o perderá!- le dijo este molesto mientras se iba junto con Narcisa a otro lado.

-Jay...- murmuró Draco mirando que ella estuviera bien.- Te duele mucho?
-Tranquilo.- contestó ella ahora llevando su propia mano a su mejilla.- No es nada que no haya hecho antes.

El platinado negó.
-Por qué le contestas? Sabes que siempre pasa lo mismo, y sigues haciendo lo mismo...- dijo este sin entender a su hermana.
-No quiero ir a Hogwarts, sabes como me miraran todos?- preguntó ella ahora cansada.

Ambos chicos se sentaron en las grandes escaleras de la mansión mientras esperaban a que sus padres dejaran de gritar pues estaban discutiendo como era normal.
-Y crees que yo lo tengo mejor?- preguntó el platinado.- Llevo toda mi vida molestando y fastidiando a Potter y sus amigos.- mencionó este.

-Al menos no tienes nada que perder. La familia de George me odia... exceptuando Ginny y creo que Fred...- murmuró ella ahora abrazándose a sí misma.

En ese momento, Draco soltó una carcajada.
-No me creo que estemos hablando de esto, que nos ha pasado?- preguntó este mirando a su hermana quien se encogió de hombros.

-Aún recuerdo cuando casi te rompes la cabeza en estas escaleras... eras tan tonto...- mencionó ella ahora mirándolo con una pequeña sonrisa burlona.
-Habló la que se ensució todo el vestido por querer salvar un pájaro.- mencionó el platinado mirando a su hermana que rodaba los ojos.- Extraño esos tiempos.

-Todos lo hacemos.- siguió diciendo la platinada.- Tampoco hay mucho que podamos hacer ahora...

En ese momento, Draco se pudo de pie decidido. Miró a su hermana la cual estaba algo desanimada.
-Que haces?- le preguntó ella ahora muy confundida.

-Hay algo que debo hacer, Potter, digo Harry me ha quitado mi varita.- murmuró este.- Quiero recuperarla.
-Y que piensas hacer al respecto?- le preguntó ella ahora mirándolo de reojo.- Conseguirás que te maten si vas allí.

-Por eso me acompañarás... vamos, tienes que cuidar de mi recuerdas?- intentó decirle este a lo que ella negó.- Por qué? Ha pasado algo más?

-Más?- se preguntó a sí misma Jaylene recordando cómo todos los de la orden literalmente la habían secuestrado.- No hay nada más... prefiero quedarme aquí.

El platinado asintió dando a entender que entendía la postura de la chica cuando en verdad no tenía ni idea de nada.
-Vaya, esa no es la Jaylene que conozco...- empezó a decir este ahora cruzándose de brazos.

-Y eso?- preguntó ella ahora con curiosidad.
-Desde cuando te importan los demás? Desde cuando le hemos hecho caso a alguien que se ha burlado de nosotros?- empezó a decirle Draco.

La platinada frunció el ceño.
-Y desde cuando tus ganas por animar a la gente?- le preguntó ella con una pequeña sonrisa.
-No me gusta verte triste, te pones más fea de lo que eres...- respondió este bromeando.

Y Jaylene en ese momento pensó. Por qué le daba miedo enfrentaré a la orden si eran ellos los que le debían temer?

my weakness (George Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora