Capítulo 20

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  Géminis corrió a su habitación,  cerró la puerta y se tiró a la cama enterrando la cara en la almohada.

  Despertó una hora después, no podía seguir durmiendo, demasiados pensamientos rondaban su cabeza. Se metió en el pequeño baño que tenía y se miró al espejo. En ese momento todo lo que la había estado atormentado esos días la golpeó, sus padres, su pasado, sus sentimientos...

  Cayó de rodillas y parpadeó rápimente para ahuyentar las lágrimas de sus ojos pero amenazaban con salir. Se frotó los ojos con fuerza hasta hacerse daño cuando sintió una mano en su espalda y que alguien se agachaba a su lado. Géminis no necesitaba apartar la vista del suelo para saber quién era.

  - Vete -susurró con una fuerza que en ese momento no tenía. No podía llorar, no podía ser débil y mucho menos delante de otra persona. El elfo no se iba y la voz de la joven se convirtió en un ruego- Por favor, vete.

  El elfo se dispuso a abrazarla pero ella respondió empujándolo hacia la puerta. En ese momento no tenía fuerzas, así que a Legolas no le fue difícil atraparla en un abrazo. Ella luchó y se revolvió todo lo que pudo hasta que se agotó y apoyó la cabeza en el pecho del elfo jadeando como un animal atrapado que no puede escapar de una trampa.

  Las lágrimas intentaban escapar de nuevo y ella ya no podía impedirlo. Hizo un último intento de escapar pero al ver que no podía hacerlo dejó que las lágrimas cayeran silenciosamente por su rostro, todas las lágrimas que no había dejado escapar en tantos años. Se refugiaba en el pecho del elfo para que él no las viera.

  Después de un rato Legolas cogió la barbilla de la pequeña y la obligó a mirarlo, su rostro había quedado empapado por las lágrimas. Ella se sorprendió al ver su rostro, no la miraba como si fuera débil, sino como se mira a una persona fuerte. Legolas sonrió ante su expresión de asombro.

  - ¿Qué ocurre? -preguntó.

  - No me miras como si fuera un animalillo indefenso -dijo ella en un susurro.

  -No lo eres -respondió secándole el rostro. La ayudó a levantarse y a salir de allí y la condujo hasta su cama.

  - No podía dormir susurró ella.

  - Podrías leerme tu libro -propuso él y ella sonrió. A Legolas le impresionaba esa fuerza que tenía, esa capacidad de sonreír después de haber llorado, ella no se rendía nunca. Así ella comenzó a leer, se notaba que la lectura le apasionaba, por su tono podría decirse que se había reencontrado con un viejo amigo y, en cierto modo, así era. Ella leyó hasta que ambos se quedaron dormidos.

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  Hola!! Aquí tenéis un cap extra.

  Gracias por leer.

  Xao

Géminis, un nuevo comienzo- fanfictDonde viven las historias. Descúbrelo ahora