Conquistando a mi mejor amigo || TodoDeku

Capítulo 23

El tan ansiado sábado llegó, por fin, su día libre en la playa estaba por comenzar y todos estaban más allá la euforia.

Ese día Shoto e Izuku despertaron al mismo tiempo, ambos estaban emocionados de poder pasar todo un día juntos en la playa.

Pero no sólo querían pasar el día en la playa como si fuesen simples amigos, no, ambos estaban decididos a pedirle al otro formalizar su relación.

Y los grandes cambios no pueden lograrse sin valentía e iniciativa.

—Buenos, días, Shou... Shou-chan. —Izuku dijo aquello e inmediatamente escondió su rostro en el pecho del más alto.

Aún recostado y sin decir nada, Todoroki tomó la mano derecha de Midoriya y la llevó hasta sus labios para comenzar a repartir delicados besos en cada centímetro.

—Tú piel es tan suave.

—Pero... mis cicatrices... —El peliverde se atrevió a levantar un poco la mirada y se encontró con una vista que le robó el aliento.

Shoto no sólo estaba repartiendo besos al azar, con delicadeza y una mirada de adoración estaba besando todas y cada una de sus cicatrices.

Era cierto que Izuku había trabajado mucho en sus inseguridades y actualmente ya no le representaban un impedimento tan grande, incluso comenzó a apreciar sus propias cicatrices como parte de su historia, pero que el muchacho del que estaba enamorado las besara era algo muy distinto.

Se sentía vulnerable, ¿y cómo no hacerlo?

Todoroki era tan perfecto ante sus ojos que le parecía increíble estar ahí, siendo halagado a la par que ese mismo chico besara sus rugosas marcas.

—¿Alguna vez has oído hablar del kintsugi?

—Uh, no, no en realidad...

—Aquí en Japón existe una tradición milenaria, que consiste en reparar objetos rotos con oro en polvo y pegamento —Todoroki explicaba a la par que acariciaba las cicatrices del peliverde—. Por lo tanto, los objetos que se reparan de esta forma son más valiosos para sus dueños, ellos piensan que "las cicatrices" que resultan de esa reparación son parte del objeto y representan un momento único en su vida. Y en lugar de ocultarse deben ser motivo de orgullo.

Midoriya no sabía qué decir, probablemente, incluso aunque quisiera decir algo, las palabras no saldrían en ese momento, pero Shoto continuó con su explicación.

—Esos objetos "rotos" se vuelven más hermosos después de ser reparados. —el más alto depositó otro beso sobre las cicatrices producto del festival deportivo del año anterior, cuando el pecoso se destrozó la mano por ayudarle y liberarlo de una carga que había tenido durante toda su vida—. Tan hermosos como tú, Izuku.

—Entonces déjame adorar tus cicatrices también, Shou-chan. —Y dicho aquello, Izuku se armó de valor hasta quedar apoyado sobre ambos brazos y alcanzar la cicatriz en el rostro del bicolor con sus labios.

El día de ambos no pudo haber comenzado mejor, y todo apuntaba a que sería un día magnífico.