Conquistando a mi mejor amigo || TodoDeku

Capítulo 7

Después de las presentaciones y de que Inko casi se fuera de espaldas al saber que tenía en su casa al hijo del héroe número uno de Japón, les pidió a los chicos que fueran a lavarse para sentarse a la mesa a comer lo que había estado preparando para los chicos durante toda la mañana.

Inko estaba feliz de recibir a un amigo de su pequeño, le alegraba el corazón verlo más feliz y con más seguridad en sí mimo que nunca, y su intuición de madre le decía que el albino era un buen muchacho, una buena presencia en la vida de su hijo, la peliverde no podría estar más feliz.

Una vez sentados a la mesa, Todoroki se levantó porque recordó que había dejado la canasta de Fuyumi en el recibidor y quería entregársela a la dueña de la casa.

—Señora Midoriya, mi hermana le envió este presente en agradecimiento por recibirme en su casa —después de poner la canasta en la mesa, Shoto tomó su mochila y sacó el contenedor con soba—. Y esto lo he preparado yo, gracias por tenerme aquí.

—Oh, no tenían que molestarse en absoluto, ¡pero qué bello detalle de parte de ambos! por favor agradécele a tu hermana de mi parte, y estoy segura que ese soba está delicioso, comámoslo ahora —Inko destapó el contenedor y con una sonrisa lo puso al centro de la mesa junto a los demás platillos—. Qué lindo es tu amigo, Izuku.

—Lo es —las mejillas del peliverde no tardaron en colorearse, Todoroki en verdad era tan especial.

—Gracias, señora Midoriya —Shoto se encontraba feliz, un sentimiento cálido comenzaba a expandirse por su pecho, sentirse aceptado por la mamá de su mejor amigo y la comodidad que había en el ambiente era tan agradable.

—Basta, dime Inko, por favor, la próxima vez que vengas te prepararé un postre delicioso.

¿Próxima vez? Entonces la señora Midoriya estaba considerando recibirlo en su hogar de nuevo, no cabía duda de dónde había heredado Midoriya su bondad y amabilidad.

—Pero ahora adelante antes de que se enfríe, ¡coman mucho!

Durante la comida, las risas y anécdotas no faltaron, los muchachos estaban atentos a las graciosas historias de la peliverde en sus años de preparatoria, que constantemente estaba en la enfermería por ser tan impulsiva o descuidada, así que esa característica en Midoriya también era por parte de su madre.

—Izuku, no te fuerces demasiado en los entrenamientos, yo me solamente me raspaba las rodillas, tú te las destruyes.

—¡Mamá!

—No se preocupe señora Inko, yo lo cuido.

—¿Es eso así? entonces muchas gracias, Todoroki, me tranquiliza saber que mi pequeño está en buenas manos. —A la peliverde le hacía mucha ilusión saber que su hijo tenía un amigo tan bueno con él, ella quería mucho a Katsuki y estaba feliz de que con Izuku fueran amigos desde la infancia, pero siempre le preocupó que su hijo no hiciera más amigos o que dependiera por siempre del rubio.

—Y dime, Todoroki, ¿también eres amigo de Katsuki?

—Eh, algo así.

—Ya quisiera el extra mitad y mitad, tía.

Y hablando del diablo.

—¡Kacchan! ¿en qué momento entraste? —por estar contemplando a Todoroki, Izuku ni siquiera notó en qué momento el rubio se metió al departamento.

—La bruja me mandó a decirle a mi tía que necesita que le preste la cafetera extra que tiene porque la nuestra dejó de funcionar.

—Oh, ¡con gusto! Izuku, lleva a Katsuki al armario donde está la cafetera y luego acompáñalo a llevársela a Mitsuki, por favor, yo me quedaré con Todoroki.