Capítulo 17

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NARRA JUNGKOOK

Imagina levantarse con unas ganas horribles de mear, y para tu desgracia no estás en tu recamara, si no mas bien en el cuarto de huéspedes en casa de la novia de tu padre. ¿Qué debía hacer? ¿Pedirle el baño a la señora Park? ¿Ir al baño sin preguntar?

Jodida mierda.

Lo más lógico era ir a la habitación del enano y pedirle el baño, así que aguantándome con todas mis fuerzas las ganas, salí de la habitación, encontrándome en el pasillo tres puertas. Demonios. Ahora cual es la puerta. No es como si lo recordara con tan solo dos visitas que ha tenido en esta casa.

Abrí lentamente la puerta de la derecha encontrándome con un cuarto bien y ordenado y pulcro. Imposible que sea del enano. La cama estaba tendida de una forma muy cuidadosa, que causaba tal placer visual. Sin contar que los colores de la habitación era blanco y rosa pastel bajo. Definitivamente este no era el dormitorio de Jimin.

Pero lo que no me cabe en la cabeza es... ¿en dónde está la señora Park? ¿Qué confianza me tenía como para dejarme solo con su hijo? Ósea, es la novia de mi padre, pero...nos hemos visto solo por dos ocasiones.

Me metí en la puerta de al lado dando por fin con el baño, suspiré de alivio por fin salió todo lo que mi vejiga guardaba, pensé en darme una ducha. Bajé para buscar a la madre de Jimin, pero solo encontré una nota que decía que iba a ir al mercado.

Subí de nuevo aburrido por el silencio del espacio, una sonrisa cruzo por mis labios al entrar a la habitación amarilla de Jimin, quise reír cuando lo encontré tirado boca abajo con media sabana tapando su pequeño cuerpo. Una pequeña gota de baba bajaba por su boca. Qué asco

Me metí al pequeño baño de su habitación, no sin antes tomar una toalla de alguno de sus cajones, cerré lentamente la puerta y me di una refrescante ducha. Oh Jimin no sabes lo que te espera. Es hora de mi venganza por casi dejarme sin hijos.

Enrolle la toalla por mi cintura y Sali del baño. Ahora Jimin estaba boca arriba con su boca entreabierta y brazos extendidos a cada lado de su cabeza. Debería tomarle una foto para chantajearlo luego. Tome de la sabana que lo envolvía y tire, pero este ni siquiera se inmuto. ¿Qué?

Su entrecejo se unió y entonces me percate que estaba soñando, me acerque hasta el quedando de cuclillas frente a su cara, parecía estar disfrutándolo por lo que su rostro reflejaba ¿Qué estas soñando Jiminnie?

—Enano—palmeé su cachete, nada...—Enano...—volví a palmear. ¿es enserio? —¡Enano! —grite en su oído, a lo que él salto, y abriendo los ojos lentamente, aunque cuando me evaluó, sus ojos se abrieron inmediatamente a la par.

—Buen día enano—le sonreí abiertamente. O estaba sorprendido o era imbécil, ninguna palabra salía de él.

—¿Q-que haces aquí? —balbuceo.

—Vine a cobrarme ese pequeñito rodillazo que me diste en la entrepierna— lo amenace, pero su reacción no fue la que esperaba y empezó a reírse. Fruncí el ceño. Al parecer no me creía así que decidí caminar de manera peligrosa hasta la cama, fue allí que su rostro palideció al saber que no estaba bromeando.

Me acerqué hasta su rostro acorralándolo contra el respaldar de la cama, pude ver como tragaba saliva constantemente. Podía escuchar su corazón latir con fuerza por el silencio de la habitación.

—¿Tienes miedo enano? —mire sus labios para acercarme mas y asustarlo. Relamí mis labios a lo que él solo forzó con sus manos para alejarse, pero no se lo permití. Fue allí caí en cuenta en sus pequeños ojos.

Todo lo que he dibujado [#1] YM°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora