Todo lo que he dibujado [#1] YM°

Extra 2 [NAMJIN]

☁️ Advertencia ☁️
Este smut es un poquito más fuerte que el anterior, así que si no te gusta no lo leas, por favor, no esta demás advertir.

Ya había pasado un buen tiempo en el que Namjoon y Seokjin iban al gimnasio juntos, obviamente el moreno fue obligado por el castaño.

—Namjoon, maldita sea, levanta tu delicioso culo de ahí y haz algo productivo. —fue lo que su hyung le había dicho. Por supuesto que Nam se enojo por lo atrevido que fue Jin, pero simplemente no dijo nada.

Ahora no se quejaba, le había ido bien en este tiempo, se encontraba últimamente con más masa muscular en sus piernas, brazos y trasero. Según Seokjin el moreno se veía más apetitoso.

Namjoon estaba alzando algunas pesas de mancuernas mientras observaba al castaño a través del espejo como este realizaba sentadillas concentrado. Seokjin tenia un cuerpo increíble, esa ropa deportiva definitivamente lo favorecía.

El moreno sonrió por su pensamiento, no iba a mentir, le gustaba Jin. Le molestaba la actitud del castaño, no porque él sea atrevido, si no por los sucios y obscenos pensamientos de Namjoon, haciendo que muchas veces pierda el control con algunas de las insinuaciones que Jin le ofrecía, obviamente este último se ha mantenido en su postura porque no quiere ser de esos hombres que caen enseguida, o eso es lo que él piensa.

La sonrisa de Nam no duró mucho en su rostro cuando vio a un desconocido tomar la cintura de Jin y este no hizo nada para alejarlo.

Ni siquiera lo pensó cuando empujo al tipejo lejos, tampoco se inmuto cuando Jin lo miro con desaprobación. Fue como si su cuerpo se mandara por sí solo, sus manos sujetaron el rostro ajeno y unió sus labios con los del castaño.

Jin se sorprendió, pero no tardó mucho en corresponder al beso posesivo y fogoso que le brindo Namjoon. Tampoco se alejo cuando el mismo rodeo su cuerpo apresándolo en sus brazos, fue imposible para el castañono gemir contra la boca ajena cuando los dedos del moreno se clavaron en su cintura con posesividad.

—¿Podemos ir a mi casa? —preguntó Namjoon contra sus labios, Seokjin ni siquiera lo pensó cuando asintió.

Abandonaron el gimnasio tomados de la mano. Sus bocas se volvieron a encontrar contra la puerta del auto del moreno, Jin sintió el frio metal del vehículo en su espalda, pero el calor que le brindaba Namjoon hacia un placentero contraste.

—Así jamás llegaremos a tu casa—murmuró en un jadeo. Namjoon le regalo una sonrisa coqueta acompañado de sus dos hermoso hoyuelos.

Sin mas que decir subieron al auto con rapidez y se dirigieron a la casa de Namjoon, el ambiente era puro deseo, en el camino no pudieron faltar las caricias juguetonas que ambos se daban, entre esas estaban los pequeños pellizcos que Nam dejaba en los delgados y perfectos muslos de Jin.