Capítulo 29

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Ansiedad.

La misma que me estaba carcomiendo segundo a segundo el alma. ¿Y cómo no estarlo? Si el miedo me estaba matando al saber que estaba borracho y venia conduciendo ¿Y si le paso algo? No. Solo deber ser que viene lento.

Intentaba calmarme, pero...¡Joder! hasta el más mínimo ruido de una ambulancia pasar me vuelve loco. Tengo un nudo en la garganta y la tensión alta al no tener ninguna información de él.

¡Ni siquiera contesta el maldito teléfono!

Tome mi teléfono con las manos temblorosas y marque a Seokjin, contestándome al instante—¿Jimin? —su voz también sonaba tensionada tanto como la mía.

—Hyung...—balbucee no sabía que decir exactamente—...Yoongi.

—¿Yoongi? ¿Él...esta contigo? —tome aire.

—H-hace como media hora le llamé, estaba ebrio, tampoco quiso decirme donde estaba así q-que él dijo que vendría a mi casa p-pero...—el pánico comenzó a entrarme—...no a llegado—mi voz era quebradiza, estaba a punto de llorar.

Es que simplemente no me hago la idea de que algo le haya sucedido. Juro que si lo veo lo voy a golpear hasta el cansancio por ser tan idiota.

—¡Maldita sea! —chilló Seokjin. Iba a responder cuando escuché el rechinar de unas llantas, enseguida corrí a las ventanas y solté todo el aire de mis pulmones cuando vi el auto de Yoongi estacionado frente a mi casa.

—Ya llegó hyung...—dije y me encaminé a la puerta abriéndola de inmediato haciendo que el frio helado me tocara toda la cara.

—¡Gracias al cielo!—lo escuche del otro lado de la linea—¡Por favor Jimin! no dejes que salga de tu casa, lo iré a recoger—me informo a lo que afirme y colgué al ver que Yoongi bajaba del auto.

Todas las ganas que tenia de patearle el trasero se esfumaron cuando lo vi. Sus ojos estaban rojos de tanto llorar al igual que su pequeña nariz, sus hombros estaban decaídos, pero aún mantenía su andar firme y lleno de seguridad como siempre, lo que denotaba que no había tomado mucho.

Estaba sumamente serio y en su miraba se reflejaban el dolor y la tristeza que de seguro en esos momentos lo estaba torturando. No me pude contener y corrí hacia el para fundirme en un cálido abrazo que él no tardo en corresponderme.

—Tranquilo...ya estoy aquí—susurro acariciando mi cabello para luego besar suavemente mi frente.

—¡Idiota! ¿Por qué me haces esto? —golpee su pecho—Me tenias con los pelos de punta.

Él solo rodó los ojos y se dispuso a seguir acariciando mi cabeza de forma lenta, lo mire fijamente a los ojos y no podía dejar pasar por alto su mirada tan triste, así que lo tome por la mano arrastrándolo a mi casa.

Al entrar lo guie hasta la cocina haciéndolo sentar en una de las sillas de la isla, mientras yo me puse a calentar un poco del té que mi madre había dejado preparado anteriormente, me giré y vi a Yoongi viéndome fijamente, casi que con adoración.

A pesar del semblante triste que poseía y la pupila dilataba, efecto del alcohol, se veía extremadamente guapo con su nariz roja probablemente del frio y su cabello despeinado. Estaba vestido con unos vaqueros negros y una camisa del mismo color, la cual tenia los primeros botones abiertos, dejando a la vista un poco de su pecho pálido.

Conectamos nuestros ojos, nos encontrábamos en uno de esos silencios donde las miradas dicen mas que palabras, me acerque lentamente para sentarme frente a él, Yoongi apoyo sus dos codos en el mesón y poniendo sus manos a cada lado de sus mejillas mirándome fijamente aún.

Todo lo que he dibujado [#1] YM°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora