15. Una perfecta navidad (2)

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❝Capítulo quince: Una perfecta navidad, parte 2❞

Y ahí se pasaron horas, mientras bromeaban, charlaban, cantaban, todo mientras terminaban de armar el famoso árbol de navidad.

Este se veía genial, para empezar, tenía un piso aterciopelado de color blanco como la nieve, de una forma circular extensa, solo un poco más que alrededor del árbol en la parte inferior.

Luego seguía el árbol, el cual era de un color verde oscuro, tapado levemente por algo de nieve artificial; las esferas eran de un color plateado y rojo claro, acompañados de unos adornos con forma de copos de nieve platinados, junto con estrellitas colgadas de plateado. Se veía realmente hermoso, pero esto solo era el árbol, se vería aún mejor cuando estén puestas las tarjetas acompañadas de los regalos, los cuales serían puestos en el transcurso de la semana.

Al terminar, retrocedieron para ver su trabajo, quedando totalmente sorprendidos, eso fue obra de ellos, sin ayuda de adultos, era realmente satisfactorio verlo.

— ¡Por las barbas de Merlín! — exclamó Sirius, demasiado sorprendido — en mi casa el árbol era horrendo, muy opaco y sin vida, y claro, lo armaban con magia — comentó, aún sorprendido por lo que veía.

— En la mía el árbol no tiene adornos, o no muchos — mencionó Remus.

— Mis padres lo armaban con magia, pero de verdad notas el esfuerzo cuando lo haces tú mismo — continuó James mientras soltaba pequeñas carcajadas.

— Sin palabras — terminó Luke.

— Se ve realmente increíble — agregó la joven con una notable emoción — ahora solo falta decorar la casa con los mismos adornos — terminó de hablar, llevando los decorativos de la mesa a los sillones, ya que empezarían por la sala.

— Y no te olvides de los regalos — volvió a hablar James con gracia.

— Claro que no, Jamie — y ahí se le prendió el foco a la joven — ¿qué tal si lo envolvemos con el mismo papel de regalo?, habló de las tonalidades de los adornos para que combine —

— ¿Y cómo haremos eso? — preguntó Sirius.

— Simple, comprando bastantes de estos papeles de envolver cuando vayamos por los regalos — habló con tono de obviedad.

Culminaron su pequeña charla, dedicándose así a decorar toda la casa, comenzarían por la sala, seguido del comedor, luego las habitaciones junto con el pasillo, la entrada de su hogar y para finalizar, la cocina.

Los padres de la joven no se metían en lo que hacían ellos, ya que era su diversión de los jóvenes, aparte de que su cariñosa hija les advirtió que no lo hicieran a menos que se lo pidieran.

Estaba claro que la muchacha quería regalarles una navidad inolvidable en su casa, claro que adornar no podía sonar muy divertido, pero estos vivían rodeados de magia, con un simple hechizo sus padres ya tenían todo decorado, por lo que, la joven creía que la parte más emocionante era preparar todo para las fiestas.

Pasaban las horas, sin detenerse en el almuerzo, ya que de cuanto en cuanto, iban a comer algo ligero acompañado de un refresco, por lo que no era clave un almuerzo en ese momento, aunque si debían cenar, dado que sus padres ya estaban preparando la cena.

Estos ya habían terminado casi todo, solo le faltaba la cocina, la cual decorarían cuando sus padres se desocupasen de ella.

Mientras tanto, en ese momento se pusieron a observar su obra maestra.

La sala estaba con adornos plateados junto con rojos claros, como estrellas, moños acompañados de Santa Claus de varios tamaños.

El comedor tenía los mismos detalles, solo que, en este, tenía estrellitas plateadas colgando por la parte superior.

El principio es el fin y el fin es el principioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora