20. Gryffin Black

138 10 4
                                    

❝Capítulo veinte: Gryffin Black❞

— ¡Padres!, ¡llegaremos tarde! — exclamó la joven, desde la planta baja.

— Ya vamos — respondió su padre, mientras agarraba las llaves del auto.


— ¡James! — exclamó Remus desde abajo — vamos a llegar tarde

— No quiero ir — contestó este, mientras bajaba las escaleras.

— Hijo, ¿te sientes bien? — preguntó Euphemia.

— No lo sé, mamá — respondió algo confundido.


— Padres, hasta aquí llegan — mencionó la joven, un tanto triste por haber pasado un escaso tiempo con sus padres.

— Te extrañaremos, no te olvides de mandar cartas, ¡ya sabemos cómo responderlas! — exclamó su madre, con enorme alegría.

La joven se despidió y cruzó la barrera, para luego, buscar a sus amigos con la mirada, los cuales no encontró, por lo que fue en busca de un compartimento.

— ¡Jamie! — saludó la joven, dándole un abrazo.

— Eh, hola — devolvió el saludo algo incómodo.

— Nosotros también existimos — agregó un ojigris, algo malhumorado.

— ¡Siriusin! — se acercó esta para darle un abrazo, sin embargo, por primera vez, este lo rechazó — ¿Te pasa algo? — preguntó un tanto preocupada, él no era así y ella bien lo sabía.

— ______, si, ahora no le hables, despertó con mal humor — agregó Remus, mientras se le acercaba para darle un abrazo.

— ¿Siguen incómodos por lo de la vez pasada? — preguntó la joven algo nerviosa, rascándose la nuca.

— Si — contestó Peter, siendo de lo más sincero posible.

— No, no quiero que lo mal entiendan, no fue nada, ustedes lo saben, yo y Jamie no somos compatibles — mencionó con gracia — no quiero que ese error destruya nuestra amistad — completó cabizbaja.

— Si, bueno, busquemos compartimentó — contestó Sirius, otra vez de mala gana, como si las palabras que había dicho su amiga no existiesen.

— ¡Sirius! — exclamó el castaño, reprochándole.

— Perdón, perdón, solo no desperté bien — contestó este.

— Bien Siriusin, pues mejora el ánimo, ustedes busquen, yo iré por Nathan y Luke — completó, mientras que, al irse, le dio un abrazo y beso en la mejilla al ojigris, cambiando completamente su humor, de ogro a un unicornio.


— ¡_____! — gritaron los Kostov al unísono.

— ¡Mis personas favoritas! — exclamó la joven, mientras se les acercaba.

— ¿Somos tus personas favoritas?, me halagas, pero lamento decir que no es mutuo — bromeó Nathan, mientras abría sus brazos para recibir un abrazo.

— Entonces te quedaste sin abrazo — respondió ella, cruzándose los brazos e intentando parecer molesta.

Sin más, la muchacha comenzó a avanzar en busca del compartimento que habían elegido sus amigos, esperando ser seguida por los Kostov, pero, al ver que no era así, tuvo que preguntarles sobre si consiguieron compartimentó.
Al recibir una respuesta negativa, los guio a los dos, en busca de sus amigos.


— Hasta que llegaron — mencionaba James, mientras abría por completo las puertas del compartimento.

— No nos demoramos mucho — agregó la joven.

— Si, sí, pero Sirius ya se puso insoportable — contestó, ganándose una mirada fulminante de James.

El principio es el fin y el fin es el principioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora