25. Solo no te alejes

173 14 2
                                    


─────

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

─────

CAPÍTULO VEINTICINCO

SOLO NO TE ALEJES


— ¡Remus! — gritó su amiga hacia el castaño — ¡Remus! — volvió a gritar esperando que su llamado fuera escuchado, lo cual, así fue.

El joven Gryffindor volteó, y al visualizar a su amiga, se acercó a paso ligero y así llegó a ella en un par de segundos.

— ¿Si? — preguntó con esa sonrisa que le caracterizaba.

— ¿A dónde vas?..., ¿te puedo acompañar? — preguntó con una gran sonrisa.

— Claro, voy a la biblioteca, espero no importe.

— Ay, Remusin, claro que no importa, también me gusta ir a la biblioteca.




...




— ¿Ya terminaste con el libro? — preguntó el castaño hacia su amiga.

— Sí, ¿tú?

— También..., _____, ¿te puedo hacer una pregunta?, claro, aparte de esa.

— Si, claro.

— Te tengo demasiada confianza, eres mi única amiga cercana y quiero que si te digo esto, no te molestes o te alejes — habló muy inseguro, no quería decirle, pero sabía que tarde o temprano lo descubrirían, así que prefería contarle a su amiga Gryffindor primero.

— Remus, me estás asustando..., ¿no serás un asesino?, te juro que si lo fueras no le diría a nadie — bromeó mientras lo miraba a los ojos.

— _____..., eso no es, te lo aseguro — contestó entre risitas — pero..., me cuesta decirlo, es difícil, quiero que seas la primera persona que lo sepa.

La joven tan solo se quedó mirándolo, esperando que prosiguiese, pensando que necesitaba darle su tiempo para que soltara todo lo que tuviera que decir.

— Y-Yo... yo, bueno... yo soy — Remus no pudo continuar ya que partió en llanto, haciendo que su amiga se sorprendiera totalmente y se parara, para así, acercarse y abrazar a su amigo.

— Rem... Remusin, mírame — dijo intentando que el castaño la mirara — sea lo que quieras decirme, si no estas preparado, no lo cuentes por ahora, yo puedo esperar — completó mientras que con una mano sobaba su espalda.

— Lo-Lo sé — respondió mientras continuaba llorando, pero muy bajo para que nadie que estuviese cerca escuchase — pero... pero de verdad quiero contártelo ahora.

— bien, Remusin, sea lo que sea aquí estaré, no me iré — contestó su amiga, haciendo que ese comentario, tranquilizara un poco más al castaño.

— Yo... yo... yosoyhombrelobo — dijo lo más rápido posible, palabras que su amiga no logró captar bien, poniendo una cara de confusión, la cual, no pasó para el castaño y aclaró — yo soy hombre lobo — volvió a hablar a la vez que volvía su llanto — entiendo..., entiendo que no te quieras juntar más conmigo, de verdad lo entiendo, pero tenía que contarlo.

— Remus, Remusin — llamó su amiga al ver que el castaño se escondía entre sus brazos apoyándose en la mesa — Remus..., no pasa nada, Rem, de verdad no pasa nada, no me voy a ir — completó intentando hacer sentir más al castaño.

Pero al ver que el castaño seguía sollozando escondiéndose entre sus brazos, decidió seguir hablándole cerca de él.

— Remusin, seas un hombre lobo o un centauro, no me importaría, no me importa de hecho, tu presencia siempre me ha sido grata y siempre lo será, eres una persona demasiado especial para mí...

Al pronunciar cada palabra, hacía que los sollozos disminuyeran, verdaderamente Remus se sentía afortunado de tenerla como amiga, sus palabras, aunque fueran cortas, le sirvieron de mucho.

Remus no sabía que responder, levantó su cabeza y la miró, se encontraba allí sonriendo, intentando contagiarle la sonrisa, algo que si logró. El castaño sin articular alguna palabra, se le acercó y la abrazó, necesitaba un buen abrazo.

— gracias... — susurró cerca de ella — de verdad gracias.

— Rem, para eso están los amigos — continuó consolando la joven.

— Solo... solo no le digas a nadie, ni a los chicos, todavía no — comentó mientras se separaba de ella, regalándole una sonrisa sincera.



El principio es el fin y el fin es el principioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora