_____ _____, una joven muggle, o eso es lo que creía hasta que cumplió los 11 años, este suceso cambio por completo su vida.
Hará unos maravillosos amigos que la acompañaran hasta el resto de sus días, aventuras, bromas, corazones rotos, todo esto l...
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Un martes por la mañana, los amigos junto con Lily se encontraban en una muy interesante conversación, donde después de mucho tiempo, tenían una convivencia armoniosa, había pasado demasiado que no se llevaban así, pero esto tenía su motivo.
— Oye Lily — llamó Peter — ¿por qué no estas con Severus? — preguntó, sintiéndose extrañado que la pelirroja los acompañase, ya que, era muy extraño contar con su presencia.
— Sev está enfermo así que todavía no puede asistir a las clases, al parecer lo hechizaron — respondió algo desanimada, respuesta que hizo que el dúo problemas compartiera miradas cómplices, las cuales no pasaron desapercibidas para Remus o _____.
— Lo iré a visitar después de las clases, espero que se encuentre bien — completó la ojiesmeralda.
Al llegar a Herbología, se situaron en los lugares correspondientes a su casa, esa hora la compartían con las águilas.
La profesora Sprout no tardó en comenzar su clase, en las cuales la mayoría en el lugar prestaba atención, ya que se veía que lo que tratarían ese día, no sería fácil.
Al dar las indicaciones, hizo una pequeña demostración, para luego, ordenar a que su clase hiciese lo mismo.
Al pasar unos momentos, un chico de tez pálida, cabello platinado, ojos azules brillosos acompañado de una túnica de Ravenclaw, habló.
— He podido notar que esto tiene la cabeza llena de torposoplos, y por eso es tan desagradable, debería desocuparse para mejorar — dijo en voz alta, con tono de seriedad, ganándose unas carcajadas por algunos de la clase, en estos estaba incluido el dúo problemas, por lo que, la joven Gryffindor les dio un codazo para que dejaran de hacerlo.
Igual no se le dio más importancia, la mayoría había vuelto con lo indicado, por lo que dejaron de reír y concentrarse en lo que debían.
Cuando termino la clase, se fue desocupando poco a poco, quedándose así, dos personas. La joven y el chico platinado.
— hola — saludó la Gryffindor al notarlo.
— ho-hola — respondió con una sonrisa, trabándose en sus palabras adredemente — Xenophilius Lovegood — se presentó extendiéndole la mano — ¿quieres que te ayude con eso?
— No, no hay problema — respondió la Gryffindor con la amabilidad que le caracterizaba.
— Tú podrás decir eso, pero los nargles no me dicen lo mismo, así que te ayudaré — volvió a hablar el ojiazul — listo, te estoy ayudando — mencionó lo que estaba haciendo, causándole varias carcajadas a la chica.
— ____ ____, un gusto, me has caído bien — mencionó con una sonrisa.
— Yo y Yo opinamos lo mismo, nos caíste bien también, normalmente no hay personas cuerdas con las que hablar — respondió el platinado con un extraño acento.
