19. Un reencuentro algo... ¿inesperado?

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❝Capítulo diecinueve: Un reencuentro algo... ¿inesperado? ❞

Y así comenzaba un nuevo curso, con estudiantes de aquí para allá en el Callejón Diagon, lugar donde quedaron encontrarse los amigos.

La joven la había pasado muy bien en Ámsterdam, conoció a los vecinos de sus tíos, con los cuales salía a jugar todas las tardes, curiosamente, estos eran de su edad.

Con sus tíos, se llevaba de maravilla, ellos la trataban como la hija que no tuvieron, mientras que ella los veía como la única familia cercana que tenía, claro esto era exceptuando a sus padres.

Por el lado de los amigos, estos habían quedado las dos últimas semanas de vacaciones, por lo que, todos, cumpliendo su palabra, visitaron a James.

Y para finalizar Luke, este volvería dos semanas antes de comenzar las clases, casi paralelo a la vuelta de la joven, todo esto para poder comprar sus materiales en el callejón.

— ¡Sirius! Apúrate — llamaba James desde abajo. — ¡Sirius! — exclamó de vuelta — ¡vamos a llegar tarde! —

— Ya estoy — contestó el azabache mientras bajaba las escaleras — ¿Cómo me veo? — preguntó mientras se desordenaba el cabello.

— ¿Y eso que importa?, vamos a llegar tarde — respondió nuevamente el ojiavellana.

Y así, los cuatro amigos se subieron al auto del matrimonio Potter, partiendo hacia el Londres Muggle.


— padres, vamos a llegar tarde — avisó la joven preparándose para salir de su hogar.
— Ya estoy hija, solo falta tu padre el demorón — respondió su madre, con algunas risitas de por medio.

— Hija, todo a su tiempo — contestó su padre, el cual ya estaba sacando las llaves del auto — aparte, no entiendo porque tanto entusiasmo, solo iremos a comprar tus útiles —

— Y encontrarme con mis amigos — completó la joven.

— ¿Pero tanta alegría?, ¿acaso traes algo con ese tal Sirius? — preguntó su padre mientras reía.

— ¡Papá! — exclamó la chica, un tanto avergonzada.

— ¡Hija! — respondió este de la misma forma.


— Remus — llamó el ojigris — ¿me veo presentable? — preguntó mientras por milésima vez se volvía a desordenar el cabello, se le notaba muy ansioso.

— Presentable... no — contestó poniendo una expresión inexplicable.

— Al parecer — habló James, mientras se acercaba por atrás, pasando su brazo por los hombros de su amigo ojigris — a nuestro Sirius le gusta alguien, si no, no puedo justificar su comportamiento — agregó con algunas risitas.

— No es cierto — negó el mencionado.

— ¿Quién es esa misteriosa persona? — preguntó Peter, el cual se encontraba al lado del castaño.

— ¡No me gusta nadie! — gritó algo alterado.

— Bien, entendí fuerte y claro que no te gusta alguien — mencionó una muy conocida voz por atrás de este.

— ¡______! — exclamó el azabache con demasiada felicidad.

— ¡Sirius no me gusta nadie Black! — contestó la joven de la misma forma mientras soltaba unas risitas, el ojigris la iba a abrazar, pero alguien se interpuso en su acción.

— _______, querida amiga — habló James, interponiéndose en el abrazo que el azabache daría, esta vez, dándoselo él.

— Jamie, querido amigo — contestó ella mientras se trepaba en este y lo abrazaba — pasó demasiado, me hacían falta tus ocurrencias — terminó de hablar, así como se soltaba de su agarre.

El principio es el fin y el fin es el principioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora