Quince

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Las siguientes imágenes mostraron a Quynh y a Andy salvando a muchas mujeres, de la horca y de la quema. Las mostraron peleando contra pueblos enteros y fanáticos religiosos. Hasta que finalmente las atraparon y las sometieron a juicio por ser brujas.

Las vieron morir ahorcadas. Cuando se daban cuenta que no podían morir, las volvían a encerrar en un calabozo y las volvían a sentenciar nuevamente a morir ahorcadas. Murieron más de treinta veces ahorcadas.

Nunca morí por ser quemada viva. — Dijo Quynh. — ¿Cómo crees que será? — Preguntó.

Insoportablemente doloroso. — Respondió ella con sinceridad y ambas rieron.

Somos vos y yo. — Dijo Quynh, mirándola intensamente.

Hasta el final. — Prometió ella con convicción.

El recuerdo mostró como unos guardias y sacerdotes entraron y se llevaron a Quynh.

"Son muy poderosas juntas".

Andy vio como la metían en un ataúd de alguna especie de material metálico y luego no vio nada más porque cerraron la puerta del calabozo. Se escuchó la voz de Quynh llamando su nombre a lo lejos, pidiendo que la salvé. Andy gritó el nombre de Quynh con todas sus fuerzas y tiró tan fuerte de sus cadenas que sus muñecas largaron sangre y sus huesos se rompieron.

Los siguientes recuerdos fueron de Andy luchando con sus cadenas y fallando miserablemente una y otra vez. Hasta que también fueron a buscarla a ella.

La puerta del calabozo se abrió. Entraron tres guardias, un sacerdote y el cardinal. Entraron una mesa con ellos. Pero Andy no prestó atención a eso, sino que se concentró en qué poder hacer para pelear contra ellos.

No tuvo mucha posibilidad de pelear porque la ahorcaron. Ese fue el método que usaron para moverla, desataron sus cadenas de la pared, la acostaron en la mesa y la encadenaron a esta y al piso.

¿Dónde está Quynh? — Pidió saber ella, antes de que nadie tuviera tiempo de hablar.

Su prisión fue el océano. — Respondió el sacerdote.

La tuya será el fuego, pero primero vamos a entretenernos un poco. — Le dejo saber el cardinal.

La rociaron con agua bendita y rezaron varias oraciones. Luego le preguntaron qué demonio era y cuál era su nombre. Se lo preguntaron muchísimas veces, pero Andy se mantuvo en silencio. Ni siquiera habló cuando le quemaron todas las partes de su cuerpo con crucifijos. Como las marcas desaparecían después de unos minutos, la quemaron una y otra vez.

— ¿Se supone que eso es un exorcismo? — Preguntó Nile impresionada, lágrimas descontroladas cayendo de sus ojos.

— Al parecer si. — Respondió Nicky, siendo el único que encontró su voz para poder hacerlo.

— ¿Cuánto tiempo tardaron en rescatarla? — Preguntó Quynh, sorprendiendo a todos porque hasta ese momento había estado en estado de shock.

— Un mes, o tal vez un poco más. — Respondió Joe.

Quynh se ubicó en medio de Joe y Nicky, y se sentó en el piso. Necesitaba tenerlos cerca para poder soportar todo eso. Ellos agradecieron que se estuviera finalmente dejando ser vulnerable. La realidad es que esto de ver los recuerdos de Andy no era solamente una tortura para ella, sino para todos ellos ya que los estaban pudiendo ver desde su punto de vista.

Los siguientes recuerdos fueron todos de distintos tipos de tortura. Le cortaron sus partes íntimas porque eso era lo que hacía a las mujeres ser demonios, le cortaron y le quemaron diferentes partes de su cuerpo, la raparon y le cortaron la cabeza buscando marcas de lucifer, y la violaron.

A million ways to dieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora