Ocho

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Andy murió un par de veces ahogada en el océano y una vez congelada, hasta que finalmente llegó a la otra costa. El paisaje que podía ver en ese momento, era completamente diferente a todo lo que había visto en su vida. Estaba todo cubierto por nieve y hielo.

Empezó a recorrer ese nuevo territorio. Pudieron observar cómo murió un par de veces congelada y probablemente de hipotermia. Hasta que se hizo de pieles más gruesas de algunos animales, y así dejó de morir por el frío.

La próxima vez que se cruzó un grupo de personas relativamente grande, tuvo un enfrentamiento contra ellas. La mataron y ella revivió. Eso la puso en una situación diferente a todo lo que había vivido hasta ese entonces.

La llevaron a la fuerza a una cueva y la torturaron. A partir de ahí comenzaron a observar todas imágenes de las distintas torturas a las que la sometieron. La cortaron en pedazos, la violaron, le quitaron sus órganos y se los comieron, le quitaron toda la piel para usar igual que la de los animales... aunque eso último no funcionó, la piel de Andy se empezó a pudrir y tuvieron que tirarla.

— Creo que este es un momento importante, que nos puede dar una respuesta a muchas de nuestras curiosidades. — Dijo la doctora Kozak.

— ¿Qué? — Preguntó Quynh, porque ella no encontraba nada revelador en observar cómo la mujer que había amado era torturada.

— Que me parece que fue allí donde aprendió a no hablar durante las torturas. — Explicó la doctora Kozak lo que había notado.

Eso era verdad. En las primeras imágenes se habían escuchado los gritos y los lloros de Andy, pero después dejaron de escucharse. Ella ya no emitía sonido durante las torturas. Y lo peor, es que eso parecía enojar más a las otras personas. Las hacía ser más crueles con ella.

— No entiendo porque no grita, no se queja, no algo. Solo está consiguiendo que la lastimen peor. — Comentó Nile resignada, no había podido dejar de llorar desde que las imágenes de las torturas habían empezado.

— Porque es lo único sobre lo que tiene control. Ella no quiere darles el gusto de reaccionar como ellos quieren que reaccione. — Explicó Quynh.

El equipo intercambió miradas curiosas, porque esa era la primera vez que Quynh intercambiaba voluntariamente un comentario con alguno de ellos, sin tener un objetivo por detrás.

Los siguientes dos días continuaron así, Andy siendo torturada una y otra vez. Era realmente agotador y doloroso observar todo eso, pero el proceso no podía detenerse. Los recuerdos iban en orden cronológico.

La situación recién cambió para Andy cuando hubo una fuerte avalancha y todos murieron congelados, incluso ella. Pero como siempre lo hacía, revivió y así pudo irse de ese lugar.

Andy regresó hacia la costa en búsqueda del mar, y volvió a hundirse en él, para volver al territorio de dónde había venido anteriormente. Las muertes volvieron a ser de ella ahogándose, hasta que nuevamente estuvo en tierra.

Exploró el territorio y estuvo un tiempo con un par de grupos de personas diferentes. Sus muertes allí fueron más que nada en enfrentamientos. También pasó un tiempo viviendo con una manada de lobos, o algún antepasado de ellos porque no eran exactamente iguales a los lobos actuales.

En un momento logró hacer contacto con un grupo de personas que al parecer eran pioneras en navegación. Tenían balsas de maderas, con las que se adentraban el océano. Andy cruzó con ellas hacia un nuevo territorio.

El cruce no funcionó exactamente cómo lo habían imaginado. Atravesaron una fuerte tormenta y la balsa se rompió en pedazos. Andy murió un par de veces ahogada.

A million ways to dieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora