Veintiseis

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Andy se despertó bruscamente. Se miró a sí misma y vio que tenía varios cortes y quemaduras en su cuerpo, pero se estaban curando. Respiró hondo un par de veces para intentar calmarse y recordar que todo eso solamente había sido una pesadilla.

A los segundos, las luces de la habitación donde estaban durmiendo se encendieron. Booker, Joe y Nicky salieron de sus camas y se dirigieron a donde ella estaba...

— Andy... — Comenzó a decir Joe.

— No, no sé me acerquen, no creo que podría soportarlo en este momento. — Pidió ella y comenzó a sacar las sábanas de la cama. — Necesito cambiarme y lavar la ropa sucia. — Les dejo saber para que la dejaran ser.

— Bien. — Aceptó Nicky. — Pero cualquier cosa, si nos necesitas, despertanos. ¿Podés prometer eso? — Pidió amablemente.

— Lo prometo. — Aseguró ella, mirándolo a los ojos para que pueda ver la verdad en ellos.

Al parecer Nicky se sintió conforme con lo que vio en su mirada, porque después de eso volvió a su cama. Booker y Joe lo imitaron. Nile entró a la habitación y fue directo a su encuentro.

— ¿Te ayudo? — Ofreció Nile.

— No, no es necesario. — Negó ella.

— Es mi turno de hacer vigilancia, así que puedo hacerlo. — Argumentó ella.

— Gracias. — Agradeció ella.

Entre las dos cambiaron las sabanas. Luego, Andy se cambió, y agarró toda la ropa sucia para llevarla al lavarropas.

— Si querés podés irte a dormir, yo empezaré mi turno de vigilancia antes, total no es como si fuera a dormir después de esto. — Le dejó saber ella a Nile.

Andy se fue hacia el lavadero. Nile sintió que necesitaba compartir su experiencia con alguien, pero no creía que Andy estuviera apta como para tener esa conversación en ese momento. Así que se dirigió a la cama de Joe y Nicky. Para su sorpresa Booker también estaba con ellos, y estaban todos sentados hablando del sueño de Andy.

— Yo fui quien la despertó. — Informó Nile.

— Si, todos nos dimos cuenta de eso. — Afirmó Booker, ya que en el sueño siempre veían y sentían las cosas como si fueran Andy.

— A lo que me refiero es que yo estaba despierta, por eso pude interactuar en el sueño con Andy. — Explicó Nile.

— Eso es nuevo. Estabas despierta, pero aún así estuviste en el sueño. — Dijo Nicky, intetando asimilar todo.

— Si, exacto. — Afirmó Nile.

— ¿Crees que a nosotros nos habría pasado lo mismo si hubiéramos estado despiertos? — Preguntó Joe.

— Es probable, y también es probable que al poder interactuar en el sueño con ella podamos despertarla. — Respondió Nile, expresando su opinión.

— Entonces alguno de nosotros tendría que estar despierto cuando Andy duerme. — Sugirió Joe pensativamente.

— Creo que sería buena idea intentarlo. — Asintió Nile.

Cuando terminó la conversación, Nile y Booker se despidieron de la pareja. Booker se fue a su cama, y Nile se fue a la cocina a preparar té.

Andy se sentó en el techo, tomó un sorbo de vodka y se puso a fumar un cigarrillo. Había vuelto a ponerse la campera de Nicky y la gorra de Joe, y a agarrar la petaca de Booker y los cigarrillos de Nile. Le gustaba tener objetos de las personas que quería con ella, para sentirlas cerca. Buscaba que le dieran paz, que la confortaran dentro de todo su caos. La ayudaban a no perderse demasiado en sus complejos y rebuscados pensamientos.

A million ways to dieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora