Once

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La pantalla volvió a tomar color y pudieron observar como Andy era llevada a pie, encadenada con otras personas, hacia alguna ciudad. De pronto, las imágenes mostraron algo que todos pudieron reconocer, el coliseo romano.

— ¿Ese es el coliseo? — Preguntó Nile asombrada.

— Si. — Asintió Nicky.

— Andy fue una gladiadora. — Adivinó Nile, comprendiendo la situación.

— Al parecer si. — Dijo Joe.

— Pensé que sólo había gladiadores, no gladiadoras. — Comentó Nile pensativamente.

— Otra prueba de la manipulación de la historia, como los hombres quitaron el lugar y la función importante de muchas mujeres. — Explicó Booker.

— Patético. — Expresó Nile con sinceridad. — Al menos todos ustedes saben que Andy puede matarnos a todos si quiere hacerlo, jamás lo negarían, ¿no? — Dijo, algo divertida ante eso.

— Jamás lo negaríamos. — Aseguró Booker.

— De hecho nos ha matado un par de veces a los tres. — Sumó Joe entre risas.

— ¿Qué? ¿En serio? — Preguntó ella porque no se había esperado eso.

— Un par de veces, cuando hemos logrado frustrarla hasta su punto límite. — Respondió Nicky, sonando más defensivo por Andy que por ellos.

El siguiente día se vio repleto de recuerdos de enfrentamientos en el coliseo. Los gladiadores eran esclavos que peleaban contra soldados del ejército romano para entretener a las personas. Andy se ganó la admiración y el cariño de la gente después de su quinta pelea. Cuando había una pelea en que ella participaba las tribunas se llenaban de personas y se podía escuchar los gritos de aliento "¡Andromache, Andromache, Andromache!". Era realmente magnífico poder ver esos recuerdos de ellas, era como si en ese momento hubiera sido famosa.

— Se siente como si fuera una famosa de Hollywood o una cantante reconocida internacionalmente. — Comentó Nile, apreciando como el público cantaba a favor de Andy.

Andromache se había ganado al público porque pelando ella era mejor que los soldados romanos, era invencible. Podía usar cualquier arma que dejaran a su alcance a la perfección: dagas, espadas, flechas, hachas, lanzas, sogas. Y cuando no le daban un arma, usaba sus propias manos. Ella sabía hacer los movimientos perfectos para fracturar brazos, cuello, piernas.

Así continuaron los recuerdos, mezclando recuerdos de sus peleas en el coliseo con sueños sobre Quynh. Por lo que creían, Andy no entendía por qué soñaba con aquella mujer.

Hasta que apareció algo nuevo. Andy empezó a soñar con un hombre.

— Lykon. — Lo reconoció Quynh.

Quynh lució totalmente destruida ante la aparición de ese hombre en los sueños de Andy. Se acercó a la pantalla y acarició la cara de Lykon, expresando el cariño que le había tenido y lo mucho que lo extrañaba.

El equipo de inmortales sintió algo de alivio ante la aparición de Lykon, ahora sabían que Andy iba a darse cuenta de la conexión de sus sueños. Soñaba con dos personas diferentes, porque esas personas eran como ella. Andy no iba a volver a estar totalmente sola. También sintieron curiosidad ya que ninguno de ellos había conocido a Lykon, y observar los recuerdos de Andy por lo menos les iba a dar una pequeña idea.

Andy pasó muchos años luchando como gladiadora, descargando todo el dolor de las muertes de su hijo y de Aquiles en sus peleas. Sabía que en algún punto estaba siendo letal, pero era la única manera en que había logrado descargar un poco de su tristeza.

A million ways to dieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora