Dieciseis

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Los próximos recuerdos que pudieron observar en la pantalla fueron de Andy aprendiendo a manejar. Estaban viendo recuerdos sobre ello porque mientras aprendía a hacerlo había tenido varios accidentes. Les causó algo de gracia porque ahora Andy era una excelente conductora y amaba manejar.

Luego vieron recuerdos sobre la revolución industrial. Joe, Nicky y ella participaron en las manifestaciones y resistencias obreras en contra de la explotación laboral. La manera en que participaban de esas situaciones eran protegiendo a los grupos oprimidos, tratando de evitar que fueran reprimidos por las fuerzas policiales.

Después estuvo el momento de la revolución francesa.

Olimpia de Goges fue sentenciada a muerte por publicar la "Declaración de los derechos de la Mujer y de la Ciudadana". Andy no podía creer eso, no cuando uno de los lemas de la revolución francesa había sido la igualdad. Pero claramente esa era otra mentira, igualdad era solamente igualdad para quienes los que estaban en el poder consideraban iguales.

Ella fue al acto de ejecución. Quería detenerlo. Quería salvar a esa mujer.

Andromache, no deberías estar aquí. — Le dijo Nicolo, apareciendo a su lado.

¿Por qué no? — Preguntó ella con curiosidad.

Vamos, te conocemos, sabemos que querés detener su muerte. — Dijo Yusuf.

¿Y qué tendría de malo si quiero salvarla? — Pidió saber ella.

No tiene nada de malo. — Aseguró Nicolo.

Pero es peligroso, dejarías expuesta la inmortalidad. — Razonó Yusuf.

Ellos tenían razón. La plaza estaba repleta de personas, era muy riesgoso intervenir en la situación.

Tal vez no podamos verlo ahora, pero su muerte va a ser reconocida y valorada en un futuro. — Intentó animarla Nicolo.

Los tres observaron como a aquella mujer le cortaron la cabeza. Nicolo y Yusuf agarraron sus manos para contenerla y darle fuerzas.

Odio a los hombres. — Dijo ella frustrada, mientras caminaban de regreso al departamento donde estaban viviendo.

¿Deberíamos tomarlo como una ofensa? — Preguntó Yusuf, divertido ante eso.

Nosotros también odiamos a los hombres. — Asintió Nicolo.

¿Por qué todos los hombres no pueden ser como ustedes, que respetan a las mujeres y nos tratan como iguales? — Preguntó ella, pateando un par de piedras para descargar su enojo. — De esa manera el mundo sería un lugar mejor. — Agregó con seguridad.

Quynh y vos nos entrenaron bien. — Apreció Nicolo.

Si. — Afirmó ella pensativamente. — Creo que resultaron bastante bien. — Dijo finalmente, con una pequeña sonrisa.

Gracias, nosotros también te queremos Andromache. — Dijo Yusuf con humor y cariño.

Después de eso, volvieron las muertes por ahogarse. Andy se tomó un tiempo para navegar el océano atlántico en búsqueda de Quynh, y terminó en el actual Estados Unidos. Ella se unió a una brigada del ejército y peleó para la independización de aquel país. Participando de las fuerzas revolucionarias norteamericanas se fue haciendo camino hacia el sur del país, y finalmente se concentró más en liberar personas negras y personas de los pueblos originarios norteamericanos que de la independencia en sí.

A million ways to dieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora