Lucy jugaba con su comida, estaba demasiado distraída y todos lo habían notado. Belcebú chasqueó los dedos y ella lo miró con cara de pocos amigos. Samael la había notado rara desde que se sentaron a comer, no sabía si era por lo que había pasado hace unos días, sus ideas de regresar a la tierra ya habían quedado en el olvido.
--sé que nadie lo dirá, pero ¿qué carajos te pasa?
--se quien despertó al señor de las tres D.
--¿quién? -pregunta Amon.
--el hijo de Satanás.
Todos se quedaron perdidos y se miraron entre ellos, preguntándose con la mirada si realmente habían escuchado bien.
--no te ofendas, Lucifer, pero los muertos no pueden despertar a Dioses. -Dice Mammon.
--él no está muerto, Mammon, está vivo y muy enojado.
--aaa, no entiendo. -dice Asmodeo.
--utilizaron un ritual de resurrección.
--¿Malak aceptó?
Lucy miró a Belfegor con poca paciencia y Belcebú suspiró frustrado, a veces sus compañeros eran lentos.
--no lo entiendes, Malak fue engañado, todos saben que no puedes usar la magia de la muerte nada más porque sí. Convencer que la muerte rompa las reglas es difícil.
--mierda.
Todo se quedó en completo silencio y Samael levantó una ceja, todo sonaba como en su escuela, cuando alguien hacia algo malo en el salón, se le daba su merecido. Sin embargo, sabía que las cosas que se trataban en esa mesa eran realmente difíciles y no eran tan sencillas de ejecutar, no solamente él corría peligro, sino que todos en esa mesa, y entendía que su madre no solo pensara en él, sino que en todos los demás.
--entonces, ¿no puedes hacer nada por ahora?
Lucy miró a Samael y le tomó la mano. Samael entrelazó sus dedos con los de ella y Lucy negó. Le avergonzaba no tener una respuesta esperanzadora para él.
--no, mi amor, por ahora no hay nada que hacer, lo siento.
Samael no dijo nada y solo pudo imaginar lo frustrada que debería sentirse. Lucy se removió en la cama incómoda, sentía presión en su pecho y no sabía por qué, sin embargo, no abrió los ojos, estaba cansada. Jadeó cuando la presión se hizo más fuerte y cuando se quiso mover no pudo. La desesperación recorrió cada parte de su cuerpo y todo a su alrededor se desvaneció, comenzando a caer en el vacío. Se sentó en la cama rápidamente y puso su mano en su pecho, respiró con rapidez y respingó cuando sintió algo tocar su hombro. Tyler se despertó cuando ella saltó en la cama.
--¿estás bien?
Lucy no le contestó, no dejaba de pensar en esa rara sensación, sabía que ya la había sentido, pero no recordaba donde.
--¿Lucy?
Ella lo miró y pronto una imagen cruzó en su cabeza; la Lanza de Longino atravesando su cuerpo. La misma sensación de presión se apoderó de su cuerpo nuevamente y lo comprendió todo.
--lo tengo.
Dijo ella en un susurro, se puso de pie y salió disparada de la habitación. Tyler levantó una ceja y negó un poco divertido. Lucy se sentó en el trono y llamó a Malak. Él apareció segundos después, se quitó la capucha y la miró con interés.
--¿qué sucede?
--¿conoces alguna arma sagrada?
--muchas.
--¿una que no tenga alguna misión?
Malak frunció las cejas, tratando de recordar cada una de ellas, eran demasiadas las cosas sagradas que había alrededor del mundo, pero solo una le cruzó por la cabeza.
--mmm, la Daga de Laton.
Lucy levantó ambas cejas con interés, había olvidado por completo esa daga, era tan poco peligrosa que olvidó su paradero.
--¿por qué? me intriga saber qué es lo que piensas.
--en una trampa.
--¿para...?
Malak hizo un ademán con las manos, y Lucy asintió. Él la miró complacido, a su parecer Lucifer siempre tenía buenas ideas, sabía que eran ideas que llegaban de un momento para otro y que a veces eran alocadas, pero nunca dudaba de su eficacia.
--¿sabes dónde se encuentra?
--tal vez, la buscaré y luego te informaré, sabes que no la puedo tomar debido a mi posición...
--sí, a veces las reglas son una enorme mierda.
Malak asintió y ella sonrió, ahora que sabía la respuesta no dudaría por nada, terminaría con esos dos en cuanto tuviera la oportunidad.
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Samael
FantasyESTO ES UNA SEGUNDA PARTE Después de casi 15 años, Lucy regresa a la tierra dispuesta a proteger a su hijo. Samael se encuentra rodeado de una vida perfecta, hasta que su madre aparece en la puerta con una amenaza que el desconocía. Samael descubre...