UN DÍA EN LA TIERRA

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Habían tenido un mes demasiado activo, Samael había ido a todas partes con los demonios, conociendo los rincones del infierno, estaba feliz y pronto cumpliría años. Había pensado demasiado que quería como regalo y ya lo sabía, solo esperaba que no se lo negaran. Samael se despertó con toda la actitud, se vistió y bajó a desayunar. Sus padres ya estaban en la mesa y el último demonio que quedaba en la mesa, se levantaba para ir a cumplir sus obligaciones diarias. Él tomó su lugar y los sirvientes le acercaron su desayuno, comió sus primeros bocados en silencio y tomó de su zumo.

--ya sé que quiero de regalo.

--¿ah, sí?

Pregunta Lucy, llevándose su copa de vino a la boca. Tyler lo miró y esperó a que hablara y pidiera su regalo.

--sí, quiero ir a la tierra.

--¿a la tierra? ¿para qué? -pregunta Tyler.

--quiero pasar un día en la tierra, con ustedes, ir a comer un helado, al cine, como una familia, ahora que no corremos peligro, quiero hacerlo.

Lucy se lamió los labios y dejó la copa en la mesa. Era un deseo demasiado interesante, pero demasiado comprensible.

--¿es como un cierre para ti?

Pregunta Lucy. Samael lo pensó, tal vez era así, quería cumplir uno de sus sueños, quería pasear por la ciudad con sus padres, como si fueran normales.

--sí.

--bien, hay que hacerlo, partimos esta noche.

--¿qué?

Preguntaron Samael y Tyler al mismo tiempo. Lucy sonrió y se puso de pie, organizando todo en su cabeza.

--¿por qué en la noche? -pregunta Samael.

--¿no quieres dormir con los terrenales?

--sí, pero ¿dónde?

--en su departamento, no se preocupen, yo arreglaré todo.

Dice feliz, saliendo del comedor. Tyler la miró salir y después miró a su hijo, que seguía procesando la información dicha por su madre.

--¿qué acaba de pasar?

--nada, solo tu deseo de cumpleaños será cumplido.

Samael sonrió, era mejor que la navidad. Se preparó para salir esa noche, guardó lo necesario en una mochila y ansiaba que llegara la noche, quería estar por última vez en la tierra, con sus padres. Trató de distraerse leyendo libros y salió a recorrer la ciudad, cuando regresó se dio un baño y esperó a que su madre llegara por él. Lucy y Tyler guardaron sus cosas y Tyler cerró la mochila.

--¿estás segura de esto?

--sí, él lo quiere, es lo mínimo que se merece.

--jum, será divertido.

--sí, ¿compraremos helado?

--si eso quieres.

Lucy sonrió y Tyler la abrazó, para después besarle los labios. Cuando estuvieron listos, pasaron por Samael y después de dejar algunas órdenes, salieron del infierno. Lucy dijo algunas palabras en latín y abrió el portal a la tierra. Samael entró primero, después Tyler y al final Lucy, el portal se cerró. Él departamento estaba como la última vez que estuvieron ahí, estaba hecho un caos, pero Lucy se había encargado de tenerlo perfecto.

--es muy extraño estar aquí.

Dice Samael. Tyler asintió, había vivido en ese departamento desde que tenía dieciocho años y los momentos que había vivido con Lucy y Samael, habían sido hermosos, ese departamento tenía mucho valor sentimental.

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