Satanás gimió por milésima vez, después de que Lucifer había abandonado la habitación, Lilith se ofreció a curar sus heridas. Belcebú silbó.
--que día.
Satanás gimió una vez más y Lilith puso los ojos en blanco, si seguía moviéndose nunca acabaría. Tyler suspiró, estando de acuerdo con Belcebú.
--nunca la había visto tan enojada. -dice Tyler.
--siempre hay una primera vez para todo, Tyler. -le contesta Amon.
--traté de tranquilizarla, y ella me empujó.
--¿qué hiciste qué?
Pregunta Asmodeo levantando una de sus cejas. Tyler se encogió de hombros, ¿qué quería que le dijera?
--una cosa que tienes que saber sobre ella es que, cuando está así de enojada es mejor no meterse en su camino, solo observa y cállate. -dice Belfegor.
--cuando ella llegó aquí y la tiraron en la puerta, estaba bien, realmente no creo que estaba molesta, más bien herida. Pero hubo un momento, tan solo una milésima de segundo, donde Gabriel se acercó y todo bajo nuestros pies se encendió. -añade Belcebú.
Samael se puso de pie, después de que su madre se fue, él se sentó lejos de todos. Caminó en la misma dirección en la que su madre se fue y entró a otra habitación. Ella estaba sentada en un enorme trono y miraba a un punto inespecífico.
--creo que lo ideal es pedir perdón. -dice Samael de repente.
--¿sí?
Ella dejó de mirar a la nada y miró a su hijo, tendría más tiempo para pensar en lo que había hecho. Él se sentó en uno de los asientos y suspiró.
--si algo te pesa lo ideal es disculparte con la persona que has lastimado.
--¿has hecho algo malo?
--sí, una vez, cuando tenía siete años. Mi padre tenía una amiga que se llamaba Sarah, eran muy cercanos, comía en nuestra casa y nosotros de vez en cuando en la suya, pero yo nunca lo vi así. Mi padre siempre me dijo que algún día volverías y yo realmente lo creí durante toda mi infancia, y me parecía muy horrible que él saliera con Sarah. Así que hice algo al respecto, me pasé semanas recolectando arañas, Sarah les tenía miedo, y un día que fue a nuestra casa, se la dejé caer encima.
Samael sonrió a medias, recordando aquel día, lo divertido que fue y lo mal que se sientó después.
--Sarah y papá nunca más volvieron a hablarse.
Lucy no dijo nada, desde su punto de vista eso solo había sido una pequeña travesura. Pero, ante todo lo dicho por Samael, una oración se repitió nuevamente en su cabeza: "mi padre siempre me dijo que algún día volverías y yo realmente lo creí durante toda mi infancia".
--yo realmente iba a volver, yo no quería perderme todo de ti; tu primera palabra, tus primeros pasos, tu primera travesura... pero no encontré la solución al problema, no podía estar cerca de ti porque mi presencia te ponía en peligro, no podía tenerte aquí porque serías un blanco fácil.
Samael agachó la mirada y se miró los dedos, él tampoco quería perderse todo de su madre; su cara de felicidad al decir su primera palabra, su cara de orgullo al dar sus primeros pasos, su cara de enojo al hacer su primera travesura.
--lo siento. -dijo Lucy.
--yo también.
Lucy salió minutos después y miró a los demonios aun en su antiguo sitio. Satanás ya lucía un poco mejor, pero la mueca de dolor seguía en su cara mientras Lilith, seguía pasando el algodón con alcohol sobre sus heridas. Lucy suspiró y se acercó a él. Satanás levantó la mirada.
--yo... Satanás, en verdad lo sien...
--no.
Satanás negó de inmediato y se puso de pie. Sabía lo que diría y ciertamente no quería escucharlo.
--no, Lucifer, no quiero oírlo.
--pero, me equivoqué y te lastimé, creo que es lo correcto.
Satanás negó. No importaba lo que había sucedido, él no dejaría que su reina pisoteara su orgullo solo por un simple error.
--tal vez no te equivocaste después de todo, tal vez todo lo que está pasando si es mi culpa. Debí de haber asesinado a ese niño desde que nació, pero tenía la esperanza de que sirviera aquí, en el infierno. Solo dejé que un virus se desarrollara entre nosotros, te intentó asesinar y ahora la vida de tu hijo está en peligro.
Satanás suspiró y se volvió a sentar en el sillón, siempre iba a creer que su hijo había sido su más grande error. Lucy sintió un poco de empatía por él, uno de sus más grandes miedos después de que supo que Samael venía en camino era ese, tenía miedo de que su hijo se conviertiera en alguien desagradable.
--Belfegor, tráele una camisa a Satanás.
Belfegor asintió y se puso de pie, perdiéndose entre los pasillos del castillo. Satanás se volvió a Lilith y ella volvió a su tarea.
--¿y ahora qué? -pregunta Asmodeo.
Lucy se encogió de hombros, había muchas cosas que hacer y con muy pocos recursos, pero tenía que admitir, que al menos, saber quien era el causante de todo, la hacía sentir con más ventaja.
--por el momento creo que, debemos encontrar al niño. Así que, tenemos que poner todo de nuestra parte, todos nuestro aliados deben cooperar.
Todos asientieron y Lucy le dio la camisa a Satanás una vez que Belfegor regresó. Lucy suspiró y regresó a su habitación, cerró el pequeño armario y colocó el candado, esperaba nunca más volver a usarlo.
--creo ciegamente que es de sabios pedir perdón.
Lucy volteó y miró a Tyler recargado en el marco de la puerta. Lucy se encogió de hombros, suponía que sí.
--me equivoqué y supuse que lo adecuado sería pedirle perdón... a mí me hubiese gustado que mi padre se hubiese disculpado conmigo.
Tyler sonrió un poco y se acercó a ella, tomándola de las manos, sentándose en la cama, él había sido testigo de algunos de los resentimientos que Lucy todavía tenía respecto a eso.
--recuerdo que cuando te conocí no me caías para nada bien, eras la persona más soberbia que hubiera conocido y la soberbia era algo que no solía tolerar.
Lucy sonrió, recordando aquella vez que lo obligó a llevarla a su casa, o cuando ofendió a su amiga María.
--pero mirate ahora, Lucy, reconoces cuando te equivocas y estás dispuesta a pedir perdón con tal de remediar ese error. Sinceramente, eso solo me hace amarte más.
Lucy sonrió y sin pensarlo, se acercó a Tyler para besarlo. Samael sonrió y se alejó de la puerta, ahora sabía que arriesgarse con su madre, valía la pena.
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Samael
FantasyESTO ES UNA SEGUNDA PARTE Después de casi 15 años, Lucy regresa a la tierra dispuesta a proteger a su hijo. Samael se encuentra rodeado de una vida perfecta, hasta que su madre aparece en la puerta con una amenaza que el desconocía. Samael descubre...