Lucy se movió entre las sábanas, había un ruido molesto que perturbaba sus sueños. Volvió a escucharlo y frunció el ceño, casi quedándose dormida nuevamente. Tyler se movió y Lucy abrió los ojos por completo. Volvió a escuchar el escándalo y se levantó, buscó su ropa interior debajo de la cama; anoche no le había importado donde quedaba, solo tenía un deseo y no incluía el paradero de su ropa interior. Se vistió con rápidez y bajó.
Mammon tenía a Lilith agarrada de los brazos, mientras esta miraba a Belcebú y a Belfegor con ojos asesinos.
--¡ya se los dije! ¡tengo que ver a Lucifer!
--¿para qué? Ni siquiera entiendo que haces aquí, se supone que no puedes entrar al infierno -dice Belfegor.
--soy bruja, genio, si quiero puedo hacerlo.
Ella volvió a estirar los brazos con la intención de soltarse, sin éxito y bufó. Lucy se acercó y los ojos de Lilith brillaron.
--¡Lucifer!
--suéltala, Mammon.
Mammon obedeció y aflojó su agarra hacia Lilith, ella se soltó con brusquedad y acomodó su chaqueta en sus hombros..
--Lucifer, tengo algo que decirte.
--bien, solo cálmate, hay personas durmiendo aún.
Ella asintió y Lucifer caminó hasta uno de los sillones, seguida de los demás. Ella tomó asiento y palmeó su lado. Lilith se sentó y apartó un mechón de cabello rubio de su cara.
--¿qué sucede?
--después de que ayer te fuiste, investigué un poco más. La verdad es que nunca creí del todo lo que las brujas me decían, así que básicamente, las obligué a que hablaran.
--¿lo saben?
--así es.
Lucy trató de esconder toda la emoción que corrió por su cuerpo, al fin sabría quien había despertado al Dios De La Destrucción, era un buen avance.
--¿quién?
--el hijo de Satanás.
El ambiente cambió de inmediato en el castillo, Lucy se negaba a creer lo que Lilith decía, todo tenía que ser una mentira.
--Lilith, el hijo de Satanás está muerto.
--no, Lucifer, no lo está, no se quién te dijo lo contrario, pero ese chico no tiene ni una pizca de muerto.
Ella apretó los dientes con fuerza y la ira se apoderó de cada célula de su cuerpo. Respiró con pesadez y miró a Belcebú.
--tráiganme a Satanás.
Belcebú y Belfegor asintieron, saliendo rápidamente del castillo. Lucy se puso de pie y subió las escaleras. Caminó por el pasillo rápidamente, sus pisadas hacían eco por todos lados. Samael terminó de abrocharse la agujeta de su zapato, todo el escándalo lo había despertado y decidió vestirse. Abrió la puerta de su habitación cuando escuchó las fuertes pisadas, viendo la espalda de su madre, frunció el ceño un poco y la siguió. Ella entró a su habitación y dejó la puerta semiabierta. Samael se tiró al suelo y observó. Lucy abrió el armario y aventó el candado a alguna parte de la habitación.
Tyler salió del baño ante el ruido y se quedó parado a mitad de la habitación cuando miró todo tipo de armas de tortura en ese pequeño armario al que nunca le había puesto demasiado interés.
--¿Lucy?
--Satanás es un imbécil, es un bueno para nada.
Dijo ella mientras tomaba un látigo de cuero con pequeñas navajas adheridas en las puntas, se miraban filosas y fáciles de adherirse a la piel.
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Samael
FantasyESTO ES UNA SEGUNDA PARTE Después de casi 15 años, Lucy regresa a la tierra dispuesta a proteger a su hijo. Samael se encuentra rodeado de una vida perfecta, hasta que su madre aparece en la puerta con una amenaza que el desconocía. Samael descubre...