Lucy caminaba de un lado a otro, después de haber ordenado que metieran a los chicos al calabozo y casi obligar a Samael que se fuera a la cama, miles de preguntas no dejaban de volar por su cabeza. Satanás suspiró al verla tan perdida y miró directamente a su hijo, que apartó la mirada de inmediato. Lilith apretó los labios y miró a la chica con desaprobación, no solo la chica quedaba mal ante Lucifer, sino que ella también. La chica lloraba, estaba asustada y sabía que tal vez, era su última noche con vida.
--bien, ¿qué demonios estabas haciendo en las catacumbas?
Preguntó al fin Lucifer. El hijo de Satanás sonrió con arrogancia y se pasó la lengua por los labios, dispuesto a fastidiarla.
--¿por qué tendría qué decírtelo?
--porque las acciones que has estado haciendo han sido erróneas y siniestras, has puesto en peligro la vida del príncipe.
Dice Satanás, metiéndose en la conversación. El chico pone los ojos en blanco y decide ignorar a su padre, como si él nunca en su vida hubiera hecho algo malo.
--ese niño no tiene las habilidades para ser un príncipe digno, es mitad mundano, por lo tanto, es impuro, es un mestizo cualquiera.
--oye, eso suena bastante racista, es discriminatorio.
Dice Lucy ofendida, ella odiaba el racismo en todas sus presentaciones y el niño lo único que estaba haciendo era que cayera más bajo en su escala de malas personas.
--me importa un comino lo que pienses, Lucifer, El Dios De La Destrucción vendrá, y matará a tu bastardo.
Lucy levantó una ceja y sonrió con cinismo. El chico hizo su cuerpo para atrás, tratando de proteger a la chica por si Lucifer intentaba hacer algo.
--puede, pero estoy completamente segura de que no estarás aquí para verlo. Así que te daré la siguiente opción; cuéntame todo y tal vez te deje vivir.
--no me interesa verlo, con saberlo me es más que suficiente.
--que conformista.
Ella puso una de sus manos en su pecho, fingiendo decepción, ella no había entrenado a cobardes demonios. La chica suspiró y Lucy la miró por primera vez, estaba completamente asustada y Lucy sonrió ampliamente.
--bien, ya que no te importa lo que puede llegar a pasarte, te lo pondré de otro modo; ¿has olido la carne de una bruja quemarse?
Los ojos del chico se desorbitaron y miró a la chica, que comenzó a sollozar asustada por su destino incierto.
--¡aléjate de ella, maldita!
Lucy soltó una carcajada complacida por el efecto de sus palabras. El hijo de Satanás golpeó los barrotes de su prisión e hizo una mueca furiosa.
--¿qué sucede? No huele tan mal, creo.
El chico estiró una mano entre los barrotes, con la intención de golpear a Lucy. Ella solo dio un paso hacia atrás y miró con decepción los intentos inútiles del chico.
--no se te ocurra lastimarla.
--¿por qué no? Ella tuvo la valentía de jugar con la magia de la muerte, la engañó y te revivió, yo creo que se lo merece.
Lucy se puso de cuclillas y miró a la chica, que yacía en el suelo con sus rodillas pegadas a su pecho.
--¿no lo crees linda?
La chica sollozó fuerte y se pegó a los barrotes, teniendo por primera vez a Lucifer de frente, su aliento chocando con su rostro.
--por favor, no.
--¿por qué no?
--estoy embarazada.
El ceño de Satanás se frunció de inmediato y miró a su hijo con total desaprobación. El chico agachó la cabeza, su padre aun le asustaba. Lilith cerró los ojos y negó disgustada, esa chica había echado a perder totalmente su vida.
--oh, mira, Satanás, serás abuelo, felicidades.
Lucy sonrió divertida y dejó una cara totalmente seria en cuestión de segundos. La chica volvió a sollozar.
--¿te da miedo perderlo?
--s-sí.
--apuesto que no te importó si yo perdía al mío, porque eso hiciste, al revivirlo pusiste la vida de mi hijo en peligro, ¿por qué tendría qué importarme él tuyo?
La chica cerró los ojos y más lágrimas salieron, nunca pensó en las consecuencias de sus actos, ni siquiera pensó en que sería capturada. Lucy se puso de pie y miró a Satanás.
--sácala de ahí.
Satanás se acercó y abrió la celda. Su hijo rápidamente cubrió a la chica con su cuerpo, y Satanás lo tomó del hombro, dándole un aventón, haciéndolo caer al suelo. Satanás tomó a la chica del brazo y la sacó de la celda. Lilith la tomó y la chica sollozó en sus hombros. Satanás salió de la celda y cerró la puerta, su hijo se pegó a los barrotes y lo miró.
--no lo hagas, padre, es mi hijo.
--es una aberración, lo que has hecho está mal y tienes que pagarlo.
Lucy soltó un suspiró de satisfacción y sonrió feliz, las cosas le estaban saliendo demasiado bien. Satanás volvió a tomar a la chica del brazo y la arrastró hasta el enorme círculo hecho de hierro. Lilith amarró sus manos y pies. La chica intentó soltarse, pero no pudo y solo miró a Lilith.
--por favor, madre, detenla.
--no puedo hacerlo, has jugado con lo prohibido, has traicionado al ser al que le has jurado lealtad, al ser que te dio todo lo que tienes ahora. Has roto las reglas, Rita, y tienes que pagarlo.
La chica volvió a sollozar y Lucy se acercó a un pequeño armario, lo abrió con todo el gusto del mundo y tomó un pequeño aparato. Regresó con la chica y se lo mostró, una especia de tubo con la punta redonda.
--¿sabes qué es esto? Es un juguete de tortura que yo diseñé hace algunos siglos atrás, cuando las brujas se querían pasar de listas; entrar al infierno y seducir a mis demonios, con la intención de embarazarse y así, poder tener entrada libre al infierno. Es un mal comportamiento y tenía que arreglarlo
Lucy presionó un pequeño botón oculto y el aparato se llenó totalmente de cuchillas filosas capaces de cortar al mínimo toque. La chica sollozó una vez más y movió sus brazos con desespero.
--se introduce en la vagina, y hace cortes profundos y dolorosos.
Lucy sonrió fascinada con el artefacto, había funcionado demasiado bien con las brujas escurridizas.
--creo que, es capaz de producir un aborto, ¿qué piensas Lilith?
--aaa, creo que sí.
--bien, Satanás ¿me harías el honor de desnudarla?
Satanás asintió y le arrancó el vestido, dejándola en ropa interior. La chica lloró con desespero y Lucy se acercó, puso la mano en su vientre y la miró.
--aaa, recuerdo la sensación, saber que tenía una vida dentro de mí me hacía sentir completa, y ¿sabes una cosa? No voy a permitir que nadie me lo quite.
Lucy bajó su mano hasta su ropa interior y desgarró sus bragas, metió en instrumento entre sus piernas y la chica gritó desesperada.
--¡basta!
Lucy miró de inmediato al hijo de Satanás y alejó el instrumento de la chica. El chico cerró los ojos con fuerza y tomó aire.
--te lo diré todo, pero déjala tranquila.
--bien.
Lucy sonrió y se alejó de la chica, le dio el instrumento a Satanás y se acercó a las rejas, recargó la cabeza y miró al chico.
--esperó que tu respuesta sea buena, porque si no, la lastimaremos. ¿Y bien? ¿qué hacías en las catacumbas?
El hijo de Satanás tembló, estaba a punto de traicionar al Dios De La Destrucción, estaba a punto de soltar la lengua con tal de salvar a Rita y a su hijo y supo que eso, dentro de un futuro no muy lejano, le traería bastantes problemas.
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Samael
ФэнтезиESTO ES UNA SEGUNDA PARTE Después de casi 15 años, Lucy regresa a la tierra dispuesta a proteger a su hijo. Samael se encuentra rodeado de una vida perfecta, hasta que su madre aparece en la puerta con una amenaza que el desconocía. Samael descubre...