LA PELEA PARTE 1

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Lucy despertó temprano, dejó en la cama a Tyler y bajó, todo estaba normal, tan normal que lo sintió raro, desayunó en silencio y fue a hacer sus tareas. Tuvo almas realmente interesantes que enjuiciar, pero frunció el ceño cuando escuchó el alboroto venir del castillo oscuro, detuvo los juicios y miró a Belfegor entrar.

--¿qué sucede?

--Lilith, Lucifer, está aquí y alega que, tiene que decirte algo.

Lucy se puso de pie de inmediato y dejó todo a cargo de Belcebú. No podía ignorar a Lilith después de todo lo que había hecho por ella, sí, era Lucifer y podía hacerlo, pero, no se sentía con el derecho de hacerlo. Lilith estaba sentada en uno de los sillones y se puso de pie de inmediato cuando miró a Lucy. Ella frunció un poco el ceño cuando miró la enorme cara de preocupación de Lilith, supo que lo que tenía que decirle era realmente serio.

--¿qué pasa?

--es él, Lucifer, está aquí, en el infierno.

Lucy apretó los puños y entendió porque todo estaba tan normal, él se había encargado de que nada fuera alterado, que la vida siguiera igual para todos y atacar cuando nadie lo espere.

--cuando todo esto empezó, dejamos un hilo alrededor del infierno, fue roto esta mañana.

Lucy miró la puerta de inmediato y su instinto de madre salió a flote, corrió de inmediato hasta la habitación de Samael y se relajó de inmediato cuando lo encontró en el suelo leyendo. Samael levantó la cabeza y levantó una ceja, un poco desconcertado.

--¿qué sucede?

--está aquí.

Samael se puso de pie de inmediato y se acercó a su madre, mirando por la ventana, con la idea de que entraría saltando por la ventana. El infierno se puso de inmediato en alerta cuando se corrió la noticia de que El Dios De La Destrucción estaba en alguna parte del infierno. Todos tomaron sus armas y estaban al cuidado del castillo oscuro, listos para atacar en cuanto El Dios De La Destrucción se hiciera presente. Leviatán y Satanás también se hicieron presentes y estaban dispuestos a sacrificarse con tal de proteger a la familia real. Lucy suspiró y se cruzó de brazos, mirando por una de las ventanas.

--toma.

Lucy miró a Mammon y tomó su espada, todos estaban tomando armas, totalmente listos para lo que se aproximaba. Samael miró a su madre y se acercó.

--¿estás asustada?

--no tanto.

--yo sí.

Samael miró hacia la ventana, tenía el poder ahora, pero temía por todos, por cada uno de los demonios existentes en el infierno. Lucy lo miró y acarició su cabello.

--no tienes porque, Samael, nada te pasará.

--es que, no es miedo por mí, es por todos.

El corazón de Lucy se llenó de orgullo, Samael ya era parte del infierno y ahora, como príncipe, entendía que todo lo que conformaba el infierno ahora era parte de él.

--no te preocupes, todo estará bien.

--¿de acuerdo con el plan?

--de acuerdo con el plan.

Samael sonrió y tomó la mano de su madre, decidió a esperar con ella hasta que todo comenzara. Tyler desde su lugar sonrió, todo lo que siempre había querido para ellos, ahora estaba pasando. Cada vez que Samael le preguntaba sobre su madre, solo podía imaginar esta escena, los dos siendo cómplices. Las horas pasaron y pasaron y no sucedía absolutamente nada. Samael se quedó dormido en uno de los sillones y Lucy se sobó las cienes.

--esto está muy raro, ¿dónde está?

Dice Amon recargado en la pared, mirando hacia a fuera, esperando a que algo pasara. Belcebú se recargó en el respaldo del sillón y cruzó una pierna.

--tal vez está esperando a que seamos débiles. -dice Belcebú.

--puede ser. -dice Amon.

--tal vez deberíamos salir a buscarlo. -dice Asmodeo.

--¿a dónde? El infierno es grande, tal vez lo que quiere es que hagamos eso y atacar cuando nadie esté cuidando de Lucifer. -dice Leviatán.

--tal vez debemos irnos a dormir.

Dice Mammon dormitando en el sillón, todos lo miraron con ojos asesinos y Mammon rodó los ojos. Lucy suspiró y abrió los ojos.

--¿pueden callarse? Quiero pensar y sus voces no me lo permiten.

Lucy volvió a cerrar los ojos, pero los abrió cuando un estruendo se escuchó. Amon se pegó a la ventana y sonrió.

--está aquí.

Todos se pusieron de pie y Samael se sentó en el sillón, tallándose los ojos, miró a todos caminando de un lado a otro.

--¿qué sucede?

Preguntó adormilado, pero no necesitó palabras para entender lo que estaba sucediendo. Se puso de pie y siguió a su madre. Todos salieron del castillo y caminaron hasta estar lejos de la ciudad. El Dios De La Destrucción sonrió en grande cuando la miró, pero su sonrisa se ensanchó cuando miró a Samael.

--Lucifer.

--tontín.

Ambos se miraron con todo el odio del universo y después Lucy sonrió de forma cínica y suspiró, recargándose en una de sus piernas.

--te daré un consejo, vete, perderás.

--y yo te daré otro, hablas demasiado, Lucifer, más de lo que actúas.

--puede, pero esta vez no pienso solo hablar.

El Dios De La Destrucción soltó una carcajada y Lucy frunció los labios, odiaba que no se tomara sus amenazas en serio.

--solo quiero a tu bastardo, Lucifer, entrégamelo y dejaré todo por la paz, esperaré a que mueras y tomaré mi lugar.

--eres un tonto iluso, ese lugar no es tuyo, nunca lo fue, creí que ya te lo había dicho. Yo nunca moriré, ese lugar quedará disponible hasta que yo decida retirarme.

El Dios De La Destrucción apretó la mandíbula, si no podía tener el trono, entonces le quitaría de todos modos lo que ella cree que es lo más valioso en su larga existencia; su hijo.

--bien, de igual forma te lo quitaré.

El Dios De La Destrucción se dio la vuelta y tomó velocidad, lanzando una lanza hacia la dirección de Samael, no iba a seguir permitiendo que Lucifer siguiera jugando con él.

SamaelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora