Capitulo 21

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Los últimos días habían sido un desastre, Esther, siendo siempre una digna reina del drama, convenció a todos de que había enloquecido y le reclamé millones de cosas absurdas y sin sentido. Que no soportaba que se casará antes, que aún seguía dolida por lo de Fred y que la culpaba por las furtivas miradas que Jagger lanzaba hacía ella, cuando creía que nadie lo observaba.
Con Jagger tratamos, claro que inútilmente, negar las mentiras de mi prima, pero ¿Qué hacíamos cuando la señorita “no rompo un maldito plato” , es tan buena en su actuación?.

Debíamos disculparnos por ser tan groseros, y a pesar de la insistencia de mis padres, ninguno de los dos estaba dispuesto a hacerlo . Por mi parte, Esther, Fred y mis padres, podían irse en una doble luna de miel a la mierda.
Discutí y me negué a seguir siendo parte de esa idiotez, si querían otra dama de honor, que se la buscaran, porque yo estaba fuera de esto. Ni loca caminaría y me pararía junto a ella, cuando todo lo que quería hacer era golpearla.

La cosa terminó, con Jagger convenciéndome de asistir, era solo por ese motivo que ahora estaba arreglándome para ello. Pero antes había hecho algunos arreglos.
El impoluto vestido blanco, que tanto ansiaba mi prima, acababa de tener un accidente, a penas hacia unas horas. Solo esperaba escuchar sus malditos gritos cuando descubriera que debería casarse con un vestido color mandarina. No solo eso, entre algunas de las maldades que Jagger y yo pensamos, se encontraba el pastel, el cual paso de ser un biscocho de chocolate, a ser uno de plátano, fruta a la que Fred era alérgico.

—¡Ahhhhhhh! ¡Mi cabello esta jodidamente verde! —sonreí cautelosamente, antes de mirar a mi madre, esta vez no podrían culparme, no me había movido de su lado.

—¿Y ahora qué? —me quejé, negando sin mirarla.

Mi madre se debatía entre ir a comprobar a Esther o seguir arreglando su cabello. Pero su dilema fue resuelto en cuanto la susodicha entró con toda una línea a mitad de su cabeza, color verde perico.
No podía perder el tiempo y dejarme al descubierto, por lo que fingí sorpresa, mirando de mi prima a mi madre.

—¿Qué demonios trataste de hacer en tu cabeza? —pregunté frunciendo el ceño.

—Fuiste tú Rain y juro que me las pagarás, maldita idiota. ¿Qué pensaste, que no me casaría? Lo haré igual, solo debo lavar otra vez mi cabello.

—Mmm… ok. No haría eso, de hecho, llevo mucho tiempo aquí, peine a tía Gema y a Claire, y como veras ahora estoy peinándome yo. No me acuses por eso, no me interesa si te casas o no, solo me quedaré cinco días más e iré a casa de los padres de Jagger.

Habíamos hablado con su madre Katherine y su padre Adrián, los cuales habían estado encantados de que asistiéramos. También estarían la hermana mayor de Jagger, Eva  , quien vendría con su esposo y su pequeño hijo.

—No has venido en cinco años ¿Y ya piensas en irte?  En serio Rain, no se ni porque me sigo sorprendiendo, eres muy egoísta. —ella me llamaba egoísta, cuando había hecho y deshecho a su antojo, sin importarle lo que yo quería.

Jugando con JaggerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora