Capitulo 39

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Estaba decidida a hacer una escena si era preciso, pero no la quería en el mismo espacio en el que estaríamos Jagger y yo. Empezábamos a vivir juntos y lo sentía como lo más parecido a una luna de miel, no podíamos tener a una intrusa en ella.
No sabía si Jagger podía leerme bien, pero mi mirada le gritaba “no” “olvídalo” y mi rígida postura, la que me provocaba aferrarme con fuerza a la correa de uno de los bolsos, advertía una muerte dolorosa si se atrevía a invitarla a quedarse unos días.

No compraba la actitud inocente de Ivana, su mirada aguada, la cual no terminaba de soltar una maldita lágrima y ese mohín lastimero que se le vería mejor en otra ocasión. Por ejemplo cuando no estuviera tratando de robarme a mi chico, inventando estúpidas excusas para instalarse en su casa.
No podía estar tranquila, cada vez que lo pensaba, me molestaba más.

—Entiendo que tus padres se molestaran, pero yo no puedo recibirte. —Ella miró las cajas en sus manos y los bolsos en las mías y fue todo lo que necesito.

—Déjame ver si lo entiendo, no me aceptas a mí, que soy la futura madre de tu hijo, pero a ella si. ¿Es eso? —mientras Jagger acomodó las cajas en sus manos, yo asentí hacía ella. — ¿Sabes la de cosas que pueden sucedernos en la calle? ¿Y si lo pierdo?

Solté los bolsos y la observé, ella no podía estar tratando de hacer esto.

—No trates de manipularlo. Primero vienes y le tiras la bomba de que estas embarazada, pero cuando te habla de ir a hacerte análisis, simplemente te vas. ¿Por qué no quisiste hacerte esos análisis, si tan segura estas de que es suyo? —quizás no debería involucrarme, pero esto ya era demasiado .

—Que te importa. Esto solo nos incumbe a Jagger y a mí.

—No, ahí te equivocas. Esto también me incumbe, porque estas hablando con mi pareja, en frente mío. ¿O crees qué estoy pintada aquí?.

—Jagger ¿Vas a permitir que me hablé así? —bufé, pidiendo un poco de paciencia.

—Ella tiene mucha razón Ivana, tengo la misma curiosidad de saber porqué no respondías las llamadas, ni accedías a hacerte los análisis.

—Eres él único con quien he estado este último año, quizás para ti no fue nada serio, pero para mí lo fue. ¿De quién fue la idea de los análisis? ¿Fue tuya o de ella? —negué cuando me miró como queriendo matarme.

—Ella no tiene nada que ver, es mi pareja y me escucha, me aconseja, pero nunca trata de manipularme. Deberías aprender eso, no puedes manipularme Ivana, muchas ya lo han intentado.

Y no lo dudaba, con la cantidad de chicas al azar que tuvo, ya tendría medía docena de hijos y un harem de mujeres en su casa.  Sin dudas era algo bueno que Jagger utilizara no solo su miembro, sino también su jodido cerebro.
Pero no me sentía muy a gusto con esta situación. ¿Por qué tenia que estar escuchando una discusión entre ex amantes? Estoy segura de que esto es considerado como masoquismo. Lo mejor que podía hacer ahora mismo, era ingresar y dejarlos hablar a solas. Ya estaba harta de que me juzgaran, cuando los del problemita eran ellos.

—Te esperaré dentro, no te retrases mucho. —volteé a ver a Ivana, quien me miraba cruzada de brazos, en una pose de superioridad.

No iba a caer en las provocaciones de ella, si lo hiciera, terminaría golpeándola y no sería bueno en su “estado”. No solo eso, me haría quedar mal a mí, así que lo mejor era dejarla envenenarse con su propio veneno.

—Permiso Ivana, estas parada en medio de la puerta. —esperé que se moviera, pero no lo hizo. En su lugar pisoteó una vez.

—¿No me invitaras a entrar Jagger? ¿Un poco de agua? Tienes a la madre de tu hijo parada aquí fuera, en medio de un pasillo incomodo.

—¡Oh por Dios! Ya muévete. — cansada de esto, deje caer los bolsos y la moví de un pequeño empujón de mi camino. —Me cansaste, madre de tu hijo esto, madre de tu hijo lo otro, pero nada de aceptar hacerte los análisis. Solo diré esto, no te creo, no te creo nada.

Entré dando un portazo, era lo bueno de tener audiencia, podía enfadarme y hacer mi pequeña escena dramática. Aunque solo era una forma de burlarme de la actitud que la tal Ivana estaba tomando.
Una vez dentro, me relaje en el sofá, encendiendo la televisión. Era algo bueno para acallar la conversación fuera y para no ceder al impulso de poner mi oreja en la puerta y escuchar cada detalle, enfureciéndome a cada segundo.

Los minutos pasaban y Jagger no ingresaba, lo que comenzaba a preocuparme ¿Y si la loca lo había convencido de dejarla quedarse aquí?  Si así fuera iba a acabar con Jagger, era hombre muerto.
Nadie podría esperar que ambas conviviéramos, nos terminaríamos matando. Ella solo busca como sacar lo peor de mi y sinceramente no se cuanto podré aguantar el darle una lección.

Cuando la puerta se abrió, no volteé enseguida, me tomé unos segundos para prepararme. Gracias a Dios cuando lo hice, solo lo vi entrar a él.

—¿Se fue la madre de tu futuro hijo? —pregunté, antes de reírme entre dientes.

—Sí, por suerte. Accedió a hacerse los análisis, iremos en dos días, pero lo que más me costo fue el hecho de que se fuera. Estaba decidida a instalarse aquí.

—Lo noté.  Cuando vio los bolsos y las cajas, creí que saltaría sobre mí. Habíamos elegido el mismo día para mudarnos.

—Pero a mí solo me interesa que tú vivas conmigo. Si el hijo llega a ser mío, me haré cargo y se lo acabo de decir, pero no hay manera en que este con ella.  ¿Lo entiendes? Con la única que quiero estar es contigo.

Me puse de rodillas en el sofá y me acerqué a él. Encarcelé su rostro entre mis manos y lo bese, yo también quería estar solo con él.

—Y ahora que me tienes aquí, en tu casa, ¿Qué harás conmigo?

Su respuesta fue la mejor, la que esperaba. Jagger comenzó a atacar mi cuello con besos y yo solo podía derretirme.

Jugando con JaggerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora